LAS PELÍCULAS
Desde su fallecimiento, las ventas de sus libros se han incrementado año tras año. Hoy superan los 200 millones.
kinghamshire fue, en muchos sentidos, un viajero reacio a este extraordinario destino.
Tuvo un pasado insólito. Sus padres eran noruegos que se habían forjado una nueva vida en Cardiff. Su padre, Harald, un exitoso agente marítimo, murió de neumonía cuando Dahl tenía apenas tres años, dejando a su esposa, Sofie Magdalene, con una familia de seis hijos para criar.
Para decepción de su madre, decidió no ingresar a la universidad, sino unirse a una compañía petrolera con la esperanza de que lo enviaran a algún lugar emocionante.
Cuando estalló la guerra decidió unirse a la RAF. Estrelló su caza biplano Gloster Gladiator en su primer día de servicio activo y su recuperación le tomó seis meses. Pero voló nuevamente en Grecia y Palestina donde, en 1941, derribó varios aviones enemigos. Luego, repetidos desmayos lo obligaron a volver a Inglaterra.
Pronto fue enviado a Washington, donde trabajó para la RAF como agregado auxiliar aéreo de la embajada británica. El intrépido joven piloto se había convertido en un diplomático. Entonces, casi por accidente, comenzó a escribir cuentos sobre sus experiencias de vuelo, el primero de los cuales fue publicado en el Saturday Evening Post. El público estadounidense los amó. Walt Disney leyó uno llamado “Los Gremlins” y decidió que quería filmarlo. Por lo que el apuesto y joven agregado aéreo se encontró rápidamente disfrutando de la gran vida de Hollywood.
Luego fue reclutado por el Servicio de Inteligencia británico y se hizo amigo de Ian Fleming, el creador de James Bond.
Dahl se divirtió mucho en los Estados Unidos. Pero su verdadero interés era su escritura.
Su primera colección de cuentos, “Over To You”, se publicó en 1946. Tenía 29 años. Ese mismo año regresó a Inglaterra para escribir y estar cerca de su madre en la campiña de Buckinghamshire.
Los críticos ingleses repudiaron su segundo libro, una apocalíptica novela de ciencia ficción llamada “Some Time Never” y Dahl decidió regresar a Estados Unidos, en 1951. Tenía 35 años, era soltero, y su carrera como escritor parecía haberse estancado. Los grandes directores adoran a Dahl. Esta semana llegó a los cines “El buen amigo gigante” el último film de Spielberg. Abajo, “Charlie y la fábrica de chocolate” de Tim Burton.