Quién es quién en la maquinaria PRO en las redes sociales. Presupuesto millonario y bullying 2.0. El rol de Peña y Julián Gallo.
El
azar de la historia puso a Mauricio Macri como protagonista de la vida pública argentina en la era de la hipercomunicación. El mismo Presidente suele explicar su llegada al poder en gran medida gracias a las redes sociales. Entender el trabajo que hizo el PRO durante la campaña presidencial y cómo se mueve hoy en relación a la comunicación con los usuarios de Facebook, Twitter, Instagram, Youtube y hasta Snapchat ayudaría a explicar la obsesión del Gobierno por crecer en esas redes. Incluso explicaría el interés en la base de datos de la Anses que generó polémica en las últimas semanas.
De todos los políticos argentinos, Macri es el que más inversión y mejor uso hace de las redes sociales. Institucionalizó la comunicación a través de esos nuevos medios con la creación de la Subsecretaría de Vínculo Ciudadano. La cual podría llamarse con mucha tranquilidad “Subsecretaría de redes sociales”. Durante la campaña, los políticos tradicionales del interior presentaron mucha resistencia frente a los “nerds” de Buenos Aires, que llevaban estas ideas de hablar con la gente a través de computadoras o dispositivos móviles. Pero lo que hizo el PRO fue adaptar a nuestro país un sistema que funcio- nó en otras partes del mundo, como por ejemplo con la primera campaña presidencial de Barack Obama en Estados Unidos.
El PRO logró meterse en la casa de las personas a través de dos programas vitales durante la campaña presidencial. Uno se llamó Movilización Digital y consistió en sumar voluntarios que sirvan de replicadores de la campaña de Macri. El sistema consistía en que cada voluntario debía conseguir 10 voluntarios más y así cada uno hasta conseguir el número mágico de un millón de voluntarios. Al final no llegaron. Se quedaron en poco más de 900 mil personas, que hoy son parte de una base de datos nacional con números de teléfonos,