DISEÑADOR SLOW
El más inconfundible de los creadores argentinos inicia nueva etapa en la moda. Ropa para durar y fabricación artesanal. Contra la “fast fashion”.
Slow
fashion”, así define Pablo Ramírez su trabajo y, de paso, se mete de lleno en uno de los grandes debates que hoy atraviesan la moda. Lo opuesto a “slow” es “fast”, un modo de fabricar indumentaria “que genera productos absolutamente descartables en condiciones inhumanas”, define.
El ADN de Ramírez es “slow”, no sólo porque realiza prendas artesanales por completo, para la noche y para la calle, si no también porque su búsqueda estética rescata los momentos del pasado en los que la silueta femenina tuvo su mejor expresión. “Negro” y “años '40 y '50” podrían ser las palabras clave de un estilo nostálgico de tiempos pasados, épocas en que el cine, la creciente liberación femenina y la popularización del lujo daban a los diseñadores la sensación de que todo estaba por hacerse.
En la guerra del “slow” y el “fast” no sólo se disputan modos de realizar las prendas, si no también costos, calidades y recambio en el guadarropa. La indumentaria de bajísimo precio y mala calidad, para usar y tirar una sola temporada, ha demostrado involucrar prácticas poco ecológicas y, lo que resulta más grave, el desprecio por condiciones humanas de trabajo.
Frente a ella se impone una vuelta al pasado y el rescate de un diseño, una calidad y una hechura pensadas para durar por muchos años. Así es la ropa de Ramírez. Materiales nobles, líneas clásicas, colores que no pasan de moda. Ropa “de fondo” la llaman en el mundo fashion. Prendas eternas que forman parte del núcleo de un guardarropa.
AVENTURA. La flamante colección de Pablo Ramírez implica un nuevo modo de producción. Días pasados presentó su nuevo pro-
NOVEDAD INSPIRACIÓN
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