Pintura, papel y tijera
Carlos Arnaiz inauguró “De Natura” en Galería Jorge MaraLa Ruche. Cortese, Maggiore, Moreiro exhiben en Galería Praxis.
Canterainfinita de inspiración para los artistas, las formas de la naturaleza iluminan tanto representaciones miméticas como abstracciones. Actualmente hay en Buenos Aires seis exhibiciones que aluden al mundo vegetal, sugiriendo procesos vitales, mostrando colores.
Las obras de Gisela Cortese, María Maggiore y Beatriz Moreiro están simultáneamente en Praxis (Arenales 1311); constituyen un conjunto armónico y vital que, mayormente, tiene al papel como soporte y a la naturaleza como narración más o menos explícita. En la sala superior y en la terraza, Moreiro –porteña afincada en Chaco– presenta “Mientras descansan los árboles”. Son obras de grafito sobre papel fabriano y esculturas de acero, que traen al barrio de Recoleta reflejos de la selva silenciosa e invasora que crece detrás de su casa. Precisos, los dibujos transmiten el desorden de la vida. Las esculturas de caraguatás, resistentes como la maleza invasora, custodian el entorno.
En el nivel intermedio, Cortese exhibe “Los principios del infinito” con papeles calados que –dice la artista– trazan “la fuerza cósmica de algún combate primigenio”. El gran tamaño de la pieza central (300 cm x 300 cm) aparece como un manto protector donde las formas se multiplican y revelan una tercera dimensión. Fuerza y fragilidad tanto en los blancos papeles como en las piezas de cristal –como restos del caos original– que remiten a la misma y poética serie “Desafíos de la geografía”.
Maggiori recibe a los visitantes en el primer nivel de Praxis con “Mismo lugar”. Son papeles trabajados con pincel en gouache y trazos insistentes que semejan hilos que tejen una trama que brota, se ramifica y describe tupidos bosques.
En tanto, Carlos Arnaiz inauguró “De Natura” por partida doble. En galería Jorge Mara-La Ruche (Paraná 1133) muestra óleos y acrílicos sobre tela y papel junto a una serie de pinturas sobre madera. Sus sutiles obras sugieren coloridas floraciones, su continuo renacer. ¿O son colores que asoman aquí y allá donde el observador llena con su mirada el misterioso ciclo de la vida? Con exquisito catálogo que hace honor a las sensuales obras que envuelven al espectador al instante de ingresar a la galería. La misma sensibilidad se reflejó en “De Natura II” –obras sobre papel– con que Arnaiz estrenó la flamante galería Otto (Paraná 1158). Allí, actualmente se muestran las obras de Flavia Martini, también con acentos botánicos. Ya es septiembre, ¿será por eso que incluso los estallidos de color en las pinturas de Delfina Bourse (Palatina, Arroyo 821) hacen pensar en la primavera?