TODO REVUELTO
do y lo dejado de lado (está ausente el audio del histórico fallo en el juicio a las Juntas Militares), no es una muestra autoritaria. Las múltiples pistas sugeridas por el artista abren caminos, no clausuran el pensamiento. La desmesurada y absurda superposición de materiales es la imposible respuesta del artista a la pregunta planteada por Juan José Hernández Arregui en su libro “¿Qué es el ser nacional?” (1963).
Aquí reina un aparente caos y una disparatada mezcla de artefactos visuales que, sin embargo, marcan un distintivo camino: nacional y popular. Eclécticas y atrevidas, las piezas del propio López, la cita, apropiación y homenaje a la obra de otros artistas (como los colchones de Guillermo Kuitca, con la imagen de ese artista, Sarmiento, Güemes) y los trabajos originales de otros creadores nacionales (Andrés Compagnucci, Eduardo Comesaña, Liliana Maresca, Annemarie Heinrich, entre otros), arman un collage tierno y mordaz.
La imagen de María Julia dialoga con los “retratos” de personas de Río Gallegos posando con pieles crudas, sin curtir, de Marcela Magno. Más abajo, un réplica -chorreada en sangre que brota de unas pieles de corderosde “La vuelta del malón” de Angel Della Valle comparte espacio con Gilda, un pingüino, calavera de animal, cabeza de caballo, busto de próceres.
El original de Antonio Berni, “La familia del peón” (1975) es continuado en la pared replicando la figura de la niña, cerca fotos de Facundo de Zuviría de la ciudad y “María Elena Walsh” de Sara Facio. De Marta Peluffo, López utilizó la imagen Pop de Nicolino Locche (serie “Celebridades”, 1969) y la pintó sobre cuadros viejos.
Intervenidas, las reproducciones de Borges y Cortázar continúan en el muro. López trae las valiosísimas imágenes de anónimos indígenas (wichi, pilagá, toba, chiriguana, chorote) del norte argentino tomadas por Grete Stern, una exiliada del nazismo que llegó al país en 1935. Ahí está la foto de Eduardo Grossman de “Atahualpa”, vecino de Ramona Galarza, San Martín y López de niño, una costurera e imágenes que remiten a Eva Perón, con la Torre Eiffel. En esta mixtura desfilan varios presidentes, imágenes de la guerra por Malvinas, Mirtha Legrand, Maradona, una botella de caña Legui. Se suman el fútbol, Ceferino y el Gauchito Gil (foto de López intervenida) con el río Paraná atrás, un lagarto en la pared y una cabeza de chancho en la repisa junto a una pésima figura de Borges; todo revuelto.