Foro para la introspección
Macri logró una fuerte convocatoria de CEOs para analizar las claves para el crecimiento.
La inversión real, a través de su efecto multiplicador, dinamiza la economía de un país generando efectos positivos en el empleo y la producción. En la Argentina, poner énfasis en el financiamiento es consistente con la necesidad de dinamizar la actividad por una simple razón: hoy la tasa de inversión de nuestro país es muy baja y sin un aumento significativo –de como mínimo 4 o 5 puntos porcentuales del PBI– será difícil reanimar la economía.
El Gobierno ha reunido esta semana a expertos locales e internacionales, a los referentes del sector privado y público, a los principales CEOs, líderes de opinión, funcionarios nacionales y del interior para analizar los obstáculos y las oportunidades que nuestro país presenta a la hora de invertir. Por primera vez, durante tres días, la economía argentina hizo una introspección y evaluó las condiciones globales de una agenda de políticas de mediano y largo plazo que determinará prioridades y urgencias que potencien la llegada de capitales para el desarrollo.
Sin lugar a dudas, la reunión fue un éxito para el Gobierno, que sigue sumando puntos en lo que hace a la dimensión probablemente más exitosa de sus políticas: el reposicionamiento de la Argentina en el mundo.
Ante un auditorio expectante, se reafirmó que el objetivo prioritario sigue siendo el de conseguir el fondeo que permitirá colocar a la economía en la senda del crecimiento y, por otro, que se necesita una política racional de apertura de la economía. Si la política económica lograra colocar al país en un sendero consistente con líneas es- tratégicas de productividad, inversión y apertura, seguramente estaríamos más cerca de empezar un proceso de crecimiento sostenido. Sin embargo, para colocarse en este sendero hay una serie de condiciones necesarias que aún estamos muy lejos de cumplir y la política económica es poco lo que ha aportado para que tales condiciones sean satisfechas.
INCONSISTENCIAS. Por supuesto, una de esas condiciones es la de estabilizar la economía. Se avanzó significativamente con la liberación del cepo, la corrección de tarifas y la implementación de una política monetaria más coherente que en el pasado. Pero, por otro lado, el déficit fiscal es inconsistente con la sustentabilidad fiscal a largo plazo y los precios relativos están aún desalineados.
Más allá de la estabilidad, ¿cuáles son las restricciones más salientes que se interponen con el crecimiento sostenido? Si bien podríamos listar una buena cantidad, es importante que nos centremos en las tres fundamentales.
AHORRO. La primera es la falta de ahorro. La Argentina ahorra poco. Hoy tenemos un déficit de cuenta corriente que difícilmente podría bajar de 2% del PBI y si aumentáramos la tasa de inversión en 4 puntos porcentuales del PBI, el desbalance externo se ubicaría en un nivel insostenible de 6%. Es decir que hay que aumentar el ahorro sin vueltas y el Gobierno debería darle a este objetivo un lugar prioritario y generar las condiciones para el desarrollo financiero y del mercado de capitales.
GLOBALIZACIÓN. La segunda restricción es la competitividad. En una economía globalizada no sólo es necesario incrementar la productividad sino que, además, hay que hacerlo según el ritmo que marcan nuestros competidores. Para ser cada vez más competitivo se debe, además, aumentar la productividad más dinámicamente que el resto de los países y especializarse en ramas del comercio con mayor dinamismo innovador. Abrir la economía es central porque de lo contrario las empresas no pueden integrarse en las cadenas globales de valor, que en el mundo actual es una de las formas importantes de acceder a mercados e innovación productiva. Pero con la apertura no basta. Hay que generar, además, las capacidades locales para aprovechar las oportunidades. Se necesitan políticas de desarrollo productivo e inversiones públicas para mejorar las condiciones sistémicas de la productividad.
TRABAJO POR CREAR. La tercera restricción es la generación de empleo. La economía hace varios años que no genera empleo y ello ha derivado en una exclusión social creciente alimentada por la pobreza. Para ser viable políticamente, el proceso de
“Con la apertura no basta. Hay que generar además las capacidades locales para aprovechar las oportunidades”