LAS CARRERAS
Imagen de una de las primeras promociones. Hoy la Universidad dicta 80 carreras de grado y 65 maestrías. Tiene 30.000 alumnos. exige ese nivel de idioma. A su vez, y ante un espectro muy amplio de carreras y posibilidades, es cada vez más frecuente que los alumnos ingresen en una, cambien en el camino y terminen egresando de otra. “Tenemos una postura flexible para comprender y acompañar las situaciones de crisis que se pueden dar. En medio de tantas alternativas, cuesta más descubrir la vocación. Por eso, los primeros tres años son de un tronco común, lo que facilita que quien entró para hacer Abogacía, termine en Administración de Empresas, por ejemplo”. Aun así, sus registros indican que las carreras tradicionales siguen siendo las más requeridas.
EL FUTURO ES HOY. La USAL sigue dos mode- los edilicios y de gestión: el legado de Europa, donde las facultades están insertas en la ciudad y disponen de un edificio por carrera; y otro más volcado al corte sajón, donde todas las carreras comparten el mismo predio e interactúan entre sí, como sucede en el campus de Pilar. Fue justamente ese megaemprendimiento el que casi acaba con la vida de Tobías en medio de la crisis de 2001: un año antes, había conseguido un préstamos de 10 millones de dólares con el Banco Mundial que luego debió refinanciar.
Innovadores de contenidos –fue la primera institución en dictar la carrera de Musicoterapia, tener un Instituto de Medio Ambiente y Ecología o crear un Máster en Prevención de Drogadependencias, por ejemplo–, ahora tienen aceitada la formación a distancia y siguen promoviendo proyectos de cooperación. El más reciente es para las Ingenierías en el distrito tecnológico de Parque Patricios. El acuerdo se firmó con el ITBA (Instituto Tecnológico de Buenos Aires) y con la Universidad CAECE e implica que en un predio de dos hectáreas, una sea para el ITBA y la otra se divida entre CAECE y USAL. “Nos comprometimos a complementarnos en carreras vinculadas con la Ingeniería y con el sector empresario”, adelanta.
Tobías se entusiasma con una idea: “Argentina es un país por hacer, acá nadie se va a suicidar porque lo tenga todo. Es un desafío a la creatividad, a la innovación, a la posibilidad de crecer y desarrollarse. Y la universidad tiene que estar donde pueda con lo mejor que tenga”.