DIVERSIÓN DIGITAL
Los videogames forman un ecosistema en constante evolución, que aunque parezca mentira involucra a al menos diez géneros diferentes: acción, simulación deportiva, fiestas, estrategia, entre otros. Al mismo tiempo, estos géneros guardan subgéneros: estrategia en tiempo real, estregia por turnos, por ejemplo.
Para examinar los efectos que tienen sobre la cognición, la mayoría de los investigadores se focalizaron en un género en particular, que es el de acción, y que incluyen a los de disparos en primera y en tercera persona (como “Call of Duty” o “Gears of War”), pero también a juegos que pueden estar catalogados como de acción y aventura (caso de la serie “Grand Theft Auto”) o de acción (“Burnout”), solo por mencionar algunos.
Sin embargo, los estudios con videojuegos que involucran a deportes de acción, estrategia en tiempo real y de rol playing también tendrían efectos similares a los de los videogames de acción en cuanto a mejorar las capacidades cognitivas de los jugadores.
Además de estos, hay videojuegos que no afectan la cognición pero que sí tienen efectos positivos sobre los comportamientos sociales o la empatía. Un estudio hecho en el 2009, por ejemplo, y publicado en el Personality and Social Psychology Bulletin halló que entre personas jóvenes de diversos países, el efecto de jugar juegos denominados como “prosociales” y que contienen personajes que se ayudan unos a otros es que, efectivamente, son más cooperativos en la vida real. Los investigadores que estudian juegos sociales tienen a categorizarlos de un modo diferente a los que investigan los efectos de los videojuegos sobre el aspecto cognitivo, y por lo general dividen todo en dos opciones: videojuegos violentos contra videojuegos no violentos.