Lujos en pleno enfriamiento
En la recesión, dos fabricantes de heladeras apuestan a la tecnología y el futurismo.
Ahorrar es la clave, aunque el precio parezca indicar lo contrario. En un contexto económico adverso para la Argentina, empresas de la históricamente llamada “línea blanca” introducen en el país productos de muy alta tecnología con valores que duplican cómodamente a las unidades de menor costo. Hoy, la tecnología permite que productos como una heladera se comporten como un empleado hogareño: pueden regular la temperatura en función de la cantidad de veces que se abra la puerta del electrodoméstico, o de la luz ambiente para detectar si es de noche, o de la cantidad de productos que se encuentran dentro. Si parece poca cosa, también pueden anular los malos olores, avisar del vencimiento de los alimentos, contabilizar faltantes, realizar la lista del supermercado. Y pasar fotos en una pantalla.
“El precio de la energía todavía no es lo suficientemente alto para que sea atractivo masivamente un producto con esta tecnología de ahorro tan importante”, explica Marcelo Bailo, director general de Panasonic Argentina, y agrega que desde la
Se ha desatado una guerra de heladeras premium, con precios que superan los $16.000 y modelos que antes no se importaban.
empresa apuntan “a un nicho más tecnológico, con inquietud en el ahorro de energía”.
El argumento energético está en el eje del debate luego de las actualizaciones tarifarias de gas y luz. En ese sentido, Bailo afirma que, si bien las tarifas todavía no empujan a buscar el ahorro, el contexto ayuda: “Este es el momento para hablar de ahorro de energía. Hace dos años no hablábamos de esto. Teníamos el problema de los cortes, pero no hablábamos de ahorro”.
CUESTIÓN DE MERCADO. “El segmento de heladeras de más alta gama es el 3 o 4% del mercado local”, afirma Bailo para demostar que se trata claramente de un nicho. El retraso tarifario, quizás, también impactó en el atraso tecnológico: la inmensa mayoría de las unidades de heladeras que se venden en la Argentina son de tecnología convencional.
“El nuestro es un mercado particular en la región”, explica Alejandro Toscano, gerente senior de asuntos gubernamentales y comunicaciones para Latinoamérica de Whirlpool. “En Latinoamérica existe un 70% de tecnología 'no frost', que ahorra mucha energía, y un 30% de tecnología cíclica, o sea, convencional. La Argentina tiene una proporción inversa: 20% de no frost contra 80% de cíclico”.
Para Toscano, el consumidor empieza a migrar a la nueva tecnología porque es energéticamente más eficiente, además de conservar los alimentos por más tiempo. En ese sentido, tanto Whirlpool como Panasonic han hecho hincapié en la conservación a niveles que va desde reguladores automáticos de la temperatura hasta la utilización de luces especiales que extienden la “vida útil” de frutas, verduras y hortalizas.
FUTURO. “Esta tecnología se podría