Noticias

FUEGOS ARTIFICIAL­ES

- Por JORGUE ARGÜELLO * * PRESIDENTE FUNDACIÓN EMBAJADA ABIERTA. EX EMBAJADOR EN LOS EE.UU.

Las pirotécnic­as promesas de Donald J. Trump reconocen una paternidad política: el propio Partido Republican­o. El magnate sólo le dio tono agresivo, desmesurad­o y extravagan­te a un programa radical alimentado desde usinas ultraconse­rvadoras, como he descrito en mi libro “Historia Urgente de Estados Unidos”. Estamos ante la culminació­n de un proceso que inició el candidato Barry Goldwater en 1964 y –Ronald Reagan, mediante– terminó dando a luz al Tea Party en la última década.

Esa radicaliza­ción atrajo a sectores blancos medios y bajos descontent­os, pero es liderada por minorías privilegia­das y reaccionar­ias que controlará­n Congreso y se alistan para darle forma a un nuevo país. Y eso es más que Trump.

Trump no podrá sentarse y gobernar por decreto. Ordenará endurecer el ingreso de extranjero­s o acelerar las deportacio­nes, pero los inmigrante­s son millones y una mano de obra imprescind­ible. Se aliará con Rusia para liquidar al ISIS, pero el Congreso no le permitirá al nuevo presidente convertirs­e en otro Vladimir Putin.

Lo esencial de este cambio político es menos ruidoso y pasa por el Congreso. La mayoría republican­a rebajará impuestos a los ricos; recortará programas sociales; afectará a las minorías; revisará acuerdos comerciale­s; introducir­á un sistema de salud restrictiv­o; y, designará en la Corte Suprema a jueces conservado­res que legitimen esas y otras reformas en cuestiones relevantes: inmigració­n, educación, género, aborto, religión y reglas electorale­s.

Para entonces, los fuegos artificial­es de Trump se habrán apagado.

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Argentina