"Que sea poco doloroso"
Mario Vargas Llosa planteó sus deseos sobre el proceso de transición en la Cuba post Fidel, durante la Feria del Libro de Guadalajara.
Puede atribuirse a simple casualidad, pero tuvo un gran peso simbólico el hecho de que Fidel Castro muriera el día antes de la inauguración de la Feria del Libro de Guadalajara. La FIL, como todos la llaman, es uno de los grandes eventos de la cultura del mundo hispano, que reúne a muchos de los intelectuales más prestigiosos de México y el continente. Esta edición, la 30, que comenzó el 26 de noviembre y terminará el 4 de diciembre, tiene como invitada de honor a América Latina. Circunstancia que alimenta el simbolismo de la coincidencia. Nunca la FIL tuvo una conjunción semejante de escritores, pensadores, músicos y artistas nacidos bajo el mismo idioma y parecidas circunstancias sociales y políticas. Una geografía para la que Fidel y el Che soñaron la gran revolución.
El pésame a los cubanos fue de rigor en el acto de inauguración de la Feria. El presidente de FIL. Raúl Padilla López, resaltó además la influencia del fallecido mandatario en la cultura del continente y, especialmente, en los autores del “boom” latinoamericano. De esos autores, entre los cuales Fidel tuvo grandes amigos y aliados –Gabriel García Márquez, Julio Cortázar, Alejo Carpentier- sólo uno queda vivo y da la casualidad de que está en Guadalajara. Se trata de Mario Vargas Llosa, que también participó en la inauguración y es uno de los grandes protagonistas de la Feria. “Castro deslumbró a mi generación. Pero convirtió a Cuba en una dictadura comunista”, dijo el Nobel. Y aunque admitió algunos logros de Fidel en materia de salud y educación, consideró que el país hoy se encuentra en peores condiciones que en la época de Batista. “Comenzarán a resquebrajarse poco a poco las estructuras de dominación, de control, y esperamos que este proceso sea rápido poco doloroso. Que no traiga más violencia al pueblo cubano”, concluyó Vargas Llosa.
Breve y sin sorpresas, el premio Nobel fue uno de los pocos escritores que le puso el cuerpo a las preguntas políticas de rigor por estos días en Guadalajara. La prensa nacional e internacional que cubre el evento buscó definiciones sin encontrarlas, incluso en escritores que alguna vez apoyaron a Castro abiertamente. Leonardo Padura, que venía a presentar su libro “La vida fílmica de Mario Conde”, era ansiosamente esperado el segundo día de la Feria. No sólo por ser cubano, sino también por haber brindado en “El hombre que amaba a los perros” una de las miradas más objetivas y dolorosas del régimen de Castro. Pero Padura no via-