“Me ofrecieron coimas más de 50 veces”
El intendente PRO de Pinamar habla de los sobornos rechazados y aprietes en su primer año de gestión. Perfil cool y fútbol playero.
Es
alto, de ojos grandes, mueve mucho las manos cuando habla y tiene un aura simpaticona que lo acompaña adonde va. Si no fuera porque cada dos o tres metros un vecino lo interrumpe para saludarlo, pedirle o comentarle algo, perfectamente podría camuflarse entre los miles de jóvenes que todas las temporadas copan las playas de Pinamar. A pesar de que Martín Yeza comparte el physique du role de los que se vienen de fiesta a las playas atlánticas, no es uno de ellos o, mejor dicho, ya no lo es más. A fines del 2015 se convirtió en intendente de la ciudad donde nació hace 31 años, y así logró ser la persona con menos edad en llegar a este tipo de cargo en Buenos Aires. Aunque se declara peronista, es PRO de pies a cabeza: canchero, sonrisa tatuada y “el cambio” como bandera. Él, dice, quiere modificar la visión que muchos argentinos tienen de la localidad costera, asociada a la frivolidad noventosa, a la corrupción y a Yabrán y al asesinato del fotógrafo de este medio, José Luis Cabezas, hace 20 años. “En el primer mes de gestión me intentaron coimear más de 50 veces”, dice Yeza sin dar nombres, y revela además que sufrió dos aprietes.
NOTICIAS: ¿Cómo fueron los intentos de soborno?
Yeza: Para muchos la corrupción es un hombre de gafas oscuras y zapatos lustrados, que abre un maletín y te dice “tu alma me pertenece, esta guita es para vos”. Pero no es así: funciona con un chabón que se te hace el canchero, te invita unos tragos, un día te regala un reloj o un celular, y cuando te diste cuenta ya tenés una relación cómplice. En Pinamar muchos estaban acostumbrados a trabajar así con los intendentes anteriores, acostumbrados a tener que dejar algo en la municipalidad. Más de uno nos mira con desconfianza por no aceptar sobornos.
NOTICIAS: ¿Con la policía tuvo problemas, como Vidal?
Yeza: En la misma semana que la gobernadora encaró la reforma policial, nosotros denunciamos al comisario Fabián Guiñazú, gracias a un audio de WhatsApp que había obtenido otro efectivo, donde el primero admitía que se “había cansado de robar”. A los cuatro días de la denuncia me abrieron el auto en la puerta de mi casa, no robaron nada.