Una mirada brasileña
El populismo cambiario y la austeridad fiscal es el destino de las políticas liberales en los países con 'enfermedad holandesa'.
El pedido de renuncia que Macri le hizo a Alfonso PratGray fue una reacción a la política liberal que él mismo adoptó y que agravó la situación de la economía argentina: la inflación subió al 42% por la fuerte depreciación cambiaria al momento del cambio de gobierno. Sin embargo, el peso ya está volviendondo a recuperarse, el país volvió a caer en déficit en cuenta nta corriente (balanza comercial, de servicios, rentas de la inversión y transferencias corrientes), tes), las empresas manufactureras perdieron eron competitividad y la producción indusdustrial cayó 5%. La economía, que crecíaecía paulatinamente, entró en recesión y el índice de pobreza alcanzó al 32%.
Los resultados negativos eran previrevisibles. Del mismo modo que sucedee en Brasil y el resto de los países que sufren la 'enfermedad holandesa' (efectos ctos perjudiciales del ingreso significativo tivo de divisas por exportación de recursosrsos naturales), el liberalismo económicoo no es compatible con el crecimiento de la economía. Solo será si creemos quee estos países pueden desindustrializarse se y crecer más rápido que los países ricos. cos. Australia es una excepción, pero allí solo fue posible porque el país ya había conseguido industrializarse conn el apoyo del Estado y porque los salarios rios en la explotación minera de hierro son tanto o más altos que los de la indusdustria. Cuando esto sucede, la 'enfermemedad holandesa' deja de ser un problema ema porque la transferencia de la mano o de obra de la industria hacia la explotación ción minera no implica una reducción en n la renta per cápita marginal.
Anticipé el fracaso del liberalismosmo económico en la Argentina en 2010,010, cuando la entonces presidente Cristina tina Kirchner buscaba cerrar un acuerdo erdo con los fondos acreedores para volverlver a endeudarse en moneda extranjera. era. Los políticos con enfoque desarrollista ista clásico, como Kirchner, y aquellos con una perspectiva liberal, como Macri, acri, creen en la política de crecimiento con endeudamiento externo, pero es una política populista y dependiente: populista porque una mayor apreciación de la moneda nacional se traduce en rentabilidad (salarios, intereses, dividendos, alquileres) más alta para todos y un mayor consumo, pero no implica más inversiones, incluso si el dinero extranjero entra al país como inversión directa; dependiente, porque el déficit en cuenta corriente legitima las inversiones de las multinacionales.
La verdadera legitimidad de las multinacionales se encuentra en la tecnología que traen o en la apertura de los mercados de otros países, pero sabemos cuán eco- nómicas son en estos dos puntos. La entrada neta de capitales solo se justifica en los escasos momentos que el país crece aceleradamente. Esta explicación se basa en la macroeconomía con enfoque neodesarrollista que economistas brasileños y argentinos han desarrollado en los últimos años. El e enfoque desarrollista clásico definió el desarrollo económi económico como un cambio estructural, o sea sea, la industrialización. Pero los desar sarrollistas clásicos no conocían la 'enf 'enfermedad holandesa' ni tenían una teo teoría formada sobre la determinación del tipo de cambio. Ellos sabían que, una vez que se terminara el desarrollo a travéstr de la exportación de commoditi dities, desarrollar un país significaba ind industrializarlo, y tomaban todas las me medidas que parecían dar resultados: ara aranceles elevados de importación, con controles cuantitativos de importación, sub subsidios de varios tipos, múltiples tipos de cambio, política de minidevalua luaciones. Al hacer esto pensaban que util utilizaban el argumento de la “industria infa infante”, de Alexander Hamilton y Friedric drich List, pero ésta era solo una parte de la verdad. Esas políticas también fun funcionaban porque neutralizaban la 'enf 'enfermedad holandesa' y lograban que la industriai fuera competitiva. E En cambiaronc ncsu régimen de política n los 90 los países latinoamericanos económicaeco de desarrollo por el liberalismo.mo Los mecanismos pragmáticos que neutralizabanneu la 'enfermedad holandesa', incluidos en el sistema comercial y financiero,fina se desarmaron sin que las aut autoridades responsables lo notaran, y la las empresas industriales comenzaron a tener una gran desventaja compet petitiva, siempre que no fueran meras ma maquilas. La desindustrialización se des desencadenó y fue desfavorable para los países latinoamericanos.
ActualmenteA vemos al presidente arg argentino frustrado: pagó caro a los fon fondos buitres para recuperar el crédito externo y vemos otra vez populismo cambiario combinado con austeridad fiscal. Este es el destino de los gobiernos liberales. Los gobiernos con enfoque desarrollista tienen una ventaja: no creen que el mercado sea tan eficiente como suponen los liberales, pero también sufren la tentación del populismo cambiario y fiscal. No sorprende que la Argentina, como los demás países latinoamericanos, se quede atrás de los países del este de Asia que pocas veces caen en déficits en cuenta corriente.