La resistencia:
Importantes medios estadounidenses instan desde sus portadas a oponerse al presidente.
importantes medios estadounidenses instan desde sus portadas a oponerse al presidente.
La Resistencia es la nueva ola en los Estados Unidos. Como el maquis, la guerrilla francesa que se oponía al gobierno colaboracionista de Vichy durante ocupación nazi en la Segunda Guerra Mundial, una resistencia Anti-Trump se organiza en Norteamérica con el apoyo de los medios.
En la misma semana, las principales news-magazines de EE.UU. llevan la consigna "Resistance" en tapa: Time titula “The Resistance Rises” (“La resistencia se levanta”), y Newsweek acompaña con “State of resistance” ("Estado de resistencia"). Por su parte New Yorker tiene a una mujer afroamericana trabajadora mostrando su biceps (vale también la interpretación del “corte de manga”), representando la resistencia femenina a las declaraciones machistas del mandatario.
TECNO. El caso más evidente de resistencia Anti-Trump son las empresas tecnológicas, con Apple a la cabeza.Tim Cook, su CEO, no solo ha coordinado la semana pasada a los 97 firmantes de la carta de la industria oponiéndose a la prohibi- ción de entrada de personas de siete países musulmanes en EEUU, sino que bloqueó todas las donaciones de Apple a los cuarteles republicanos. Y en su cruzada ha sumado incluso a sus rivales del rubro: Microsoft, Facebook, y Google.
En la misma línea esta Jeff Bezos, de Amazon, que se cruzó con el presidente estadounidense por Twitter. Trump lo acusó de evadir impuestos financiando al Washington Post (crítico de la gestión actual). Bezos le contestó que le iba a reservar un asiento en uno de los cohetes espaciales de Blue Origin, su empresa. Irónico.
El Silicon Valley se opone a mayormente a Trump por razones culturales y religiosas más que de negocios. Cook es budista y uno de los pocos CEO de primera línea que que ha salido del armario, chocando desde entonces con el vicepresidente Mike Pence y su tesis de que la homosexualidad es una enfermedad que se cura.
ACADÉMICO. La resistencia ideológica a Trump viene del ámbito académico. Los sindicatos de maestros le han declarado la guerra a la secretaria de Educación, Betsy DeVos, que se encontró con piquetes que no la dejan entrar en las escuelas que pretende visitar. Y lo mismo pasa en las universidades. La Unión de Universidades Estadounidenses (UAU, según sus siglas en inglés), que agrupa a las 62 instituciones de enseñanza superior más importantes del país, también ha publicado una carta como la de las empresas tecnológicas contra la política inmigratoria del presidente. Las universidades están furiosas, además, porque el presidente ha ordenado que se dé prioridad a los estudiantes estadounidenses respecto de los extranjeros.
Y finalmente se alinean los grupos ecologistas, a los que Trump decididamente ningunea, por encima incluso de los intelectuales, artistas y celebritie que se oponen a sus política de inmigración, medio ambiente, y social. El último batallón Anti Trump son las asociaciones de defensa de los inmigrantes y de las minorías afroamericana y asiáticas. Pero sus sindicatos están divididos entre los que creen en los planes de gasto público en infraestructuras y trabajo (promovidos por el secretario Andy Pulitzer) darán frutos, y los que entienden que el gobierno de Trump se opondrá a la subida del Salario Mínimo Interprofesional (SME).