Las mujeres de Trump:
Machistas y conservadoras. La cuestión de género no es un debate para este staff.
machistas y conservadoras. La cuestión de género no es un debate para este staff.
Hace décadas que estoy en un negocio dominado por los hombres, así que durante el día soy un hombre más", le dijo al New Yorker (revista semanal estadounidense) Kellyanne Conway, la encuestadora y directora de comunicación de Trump. No quedan dudas de que a la hora de armar equipo, el presidente estadounidense las prefiere machistas, combativas, y preferentemente millonarias.
BETSY DAVOS. En EE.UU., todos los cargos ministeriales designados por el presidente deben ser aprobados por el Senado antes de ser investidos. Y Betsy Davos, la secretaria de Educación, pasó por un pelito. Resistida por su inexperiencia en la materia incluso por algunos republicanos, necesitó del voto del vicepresidente Mike Pence, para lograr el nombramiento tras una votación empatada.
Esta millonaria es hija de un industrial autopartista, y hermana Erik Prince (hoy asesor de Trump en temas de seguridad y defensa), fundador de BlackWater, la compañía de seguridad que “alquiló” sus mercenarios al gobierno estadounidense (por unos 2.000 millones de dólares) durante las guerras en Iraq y Afganistán (con el trágico resultado de 17 civiles desarmados sesinados en Bagdad).
Mecenas del lobby cristiano contra el divorcio, el aborto, la investigación con células madre y los derechos LGTB, Betsy llegó al Ministerio de Educación con un curriculum notable como presentadora de un programa de decoración en bodas, y un master en confección de cisnes con servilletas. Esposa de Richard DeVos, cofundador de Amway (el Tsu Cosméticos de EE.UU) y dueño de los Orlando Magic en la NBA (acusado de evasión fiscal), Betsy llega al ministerio por haber sido una de las grandes aportantes a la campaña: 50 millones de dólares.
Eso la habilita ahora a impulsar planes de trabajo infantil con salario mínimo en reemplazo de la educación pública obligatoria hasta los 16 años. En una columna publicada por The Detroit News titulada “Work is a gift our kids can handle” (El trabajo es un regalo que nuestros chicos pueden manejar), escribió: “El trabajo infantil forjó en otras épocas a generaciones de jóvenes que por su posición no podían aspirar a mucho más”. A su vez, DeVos cree que “la educación pública obligatoria hasta los 16 años era una pérdida de tiempo para muchos escolares”.
LINDA MCMAHON. Otra que llega a la administración pública sin ninguna experiencia previa, y gracias a los aportes de su familia a la campaña presidencial: 6 millones de dólares. Pero más importante, la nueva directora de la Administración de Pequeñas Empresas, tiene una pantalla que a Trump le encanta: McMahon, de 68 años, es cofundadora de la exitosa liga de lucha libre World Wrestling Entertainment (una pyme que factura 170 millones de dólares al año), y que durante la campaña apoyo la comunicación del
presidente.
Linda, que en 2010 compitió, sin éxito, por un escaño en el Senado (por Connecticut), fue aprobada justamente por la cámara Alta con una amplia mayoría: 81 votos a favor y 19 en contra. “Ella llevó a la WWE desde una operación modesta a una empresa global de cotización pública con más de 800 empleados y oficinas en todo el mundo”, justificó Trump. La SBA, el departamento que ahora maneja, cuenta con oficinas en todos los estados de EE.UU., tiene un presupuesto de 710 millones de dólares anuales y 3.200 empleados, y su objetivo es promocionar y facilitar el trabajo de las pequeñas empresas del país. McMahon, de origen irlandes, marca además un contrapunto con la administración Obama (que elevó la SBA a rango ministerial), que tenía a cargo de la agencia a María Contreras, latina de origen mexicano.
NIKKI HALEY. La nueva embaja- dora de EE.UU. ante Naciones Unidas es una cristiana ferviente... y la principal defensora de los intereses judíos en Medio Oriente. Con un crucifijo bien visible al estilo Lilita Carrió en otras épocas, se enfrenta a los embajadores árabes que, según la administración Trump, ganaron la pulseada en la ONU durante los mandatos de Barack Obama.
La comisión de Oriente Medio es presidida por el saudí Faisal Trad, que tiene el foco en Irán y Siria. Pero Haley ha logrado que se hable también de Israel. Haley critica que la ONU no condene un atentado terrorista ocurrido en suelo israelí, mientras que no tiene ningún problema en hacerlo cuando ocurre en cualquier otro país.También critica que la única democracia real de esta zona sea sometida a reprimendas permanentes: de las 23 resoluciones de la ONU en 2015, 20 fueron contra Israel, mientras que para el resto hace el silencio a pesar de su falta de derechos humanos: su discurso se ha hecho viral, dejando en off side a sus intercolutores que ahora le temen tanto como los inmigrantes ilegales a Donald.
En el caso de Siria, la mujer dura de la política extranjera de Trump, está en contra de una alianza con Rusia. Los rusos bancan al régimen de Bashar Al Assad en su guerra contra el terrorismo. Pero los norteamericanos, con el apoyo de Francia y el Reino Unido, le critican el uso de armas químicas. "¿Cuánto tiem-
po más seguirá Rusia protegiendo y excusando al régimen sirio?", dijo Haley el viernes 24 tras la reunión a puertas cerradas del consejo para discutir el uso de armas químicas en Siria. "Las sanciones contra líderes sirios son ahora inapropiadas", le contestó el presidente ruso, Vladimir Putin, el martes 28 en una conferencia de prensa en Kirguistán.
A Haley, ex gobernadora de Carolina del Sur, el protagonismo internacional le inflama sus aspiraciones políticas: desea competir como senadora en las próximas elecciones en Nueva York.
KELLYANNE CONWAY. Es la cara más televisiva de la administración Trump, la autora del célebre “alternative facts” (el INDEC de Trump) y el referente femenino más claro del gabinete del presidente estadounidense. Conway (50) se curtió en las filas republicanas tras recibirse de abogada en Universidad George Washington. Trabajó junto a Richard Wirthlin, encuestador y estratega de Ronald Reagan, y asesoró a marcas como Hasbro y American Express sobre tendencias de consumo entre mujeres. Su marido, George T. Conway III (candidato a fiscal general), es un prestigioso abogado, que litigó contra el presidente Bill Clinton en la causa por acoso sexual a Paula Jones. Y desde entonces Kellyanne se convirtió en detractora del matrimonio demócrata. Acostumbrada a los debates televisivos, fue una de las asesoras de Trump durante la campaña, y la encargada de “traducir” los exabruptos del candidato republicano. Pero su posición está en peligro: la primera mujer en manejar una campaña presidencial exitosa en Estados Unidos, fue fuertemente criticada por las fotos que la mostraban por demás cómoda (arrodillada en uno de los sillones de la Oficina Oval de la Casa Blanca), durante una reunión del presidente con un grupo de estudiantes negros.
Muchos fueron los “enemigos” que aprovecharon para pedir su renuncia. Algo que no sucederá. Conway cuenta con el apoyo de Trump y Steve Bannon (el Durán Barba de Donald), quienes le pidieron sin embargo que baje el perfil por unas
semanas.
CHAO Y WILSON. El nombramiento Elaine Chao en la cartera de Transporte ha sido uno de los menos controvertidos del gabinete de Trump (93 votos a favor y seis en contra). Nacida en Taiwán (llegó al país a los 8 años), hija del dueño de Foremost Group, compañía naviera global (sí, también es millonaria), Chao, de 63 años, es esposa del actual líder de la mayoría conservadora del Senado, Mitch McConnell: un aliado necesario para el presidente. Además, esta graduada de Harvard, que trabajó para Bank of America y Citigroup, cuenta con buena experiencia en su área: trabajó en la administración de Ronald Reagan (de 1981 a 1989); fue subsecretaria de Transporte con George Bush padre (entre 1989 y 1993); y secretaria de Trabajo durante los dos mandatos de George W. Bush (2001-2009).
Algo parecido ocurre con Heather Wilson (la Isela Costantini de Trump), secretaria de la Fuerza Aérea. Hija y nieta de aviadores, Wilson se graduó en la Academia de la Fuerza Aérea en Colorado, y posee un doctorado de la Universidad de Oxford (Inglaterra). Ex legisladora republicana por Nuevo México entre 1998 a 2009, y rectora de la Universidad de Tecnología de Dakota del Sur, Wilson fue miembro de la Comisión de Energía, y directora de la Subcomisión de Inteligencia Táctica y Técnica durante sus años en el Congreso.