Salud delicada
Lo operaron en EE.UU. por una afección biliar. Renuncia y mensajes en Facebook.
Fiel a su estilo, el senador y ex gobernador de Santa Fe Carlos Reutemann se fue silbando bajito del Congreso en noviembre del año pasado. Había pedido licencia por 60 días para operarse en Estados Unidos, pero la noticia no trascendió.
Recién hubo comentarios en los pasillos de la Cámara al inicio del año legislativo, cuando debían renovar los cargos y él (vicepresidente segundo) no estaba en condiciones de volver. Debió cederle el lugar a su amigo, el puntano Adolfo Rodríguez Saá.
Reutemann se fue a Nueva York a operarse de una obstrucción entre el hígado y la vesícula. Primero le hicieron quimioterapia y luego, en la intervención quirúrgica, le sacaron una porción del hígado.
Desde allí fueron largando algunas pistas. Pocas. Difusas. Que a veces sale a caminar y que no va a dejar su cargo como senador, a pesar de que desde el Gobierno confirmaron a NOTICIAS que analizaron pedirle que diera un paso al costado.
Acompañado por su hija Cora, estuvo muy atento a las elecciones de Estados Unidos y, según sus familiares, predijo la victoria de Donald Trump apenas habían cerrado los comicios.
En su perfil de Face- book, Cora cuenta algunas cosas relativas a su padre: agradece a la gente que le brinda su apoyo (en su mayoría hacen referencia al “Lole” como corredor más que como político) y a veces deja mensajes enigmáticos, fiel heredera de su papá: “Todos están en las buenas y pocos en las malas”, escribió. No hubo más explicaciones.
Hace más de 130 días que Reutemann se la pasa entre una clínica y un hotel de Manhattan. Estuvo ocho horas en un quirófano. Y a pesar de eso, logró que muy pocos supieran que estaba luchando por su vida.