LA GRIETA
El término "bullying" fue acuñado por primera vez por el psicólogo sueco Dan Olweus a principios de la década del ´70. Lo usó para definir situaciones disparadas contra el "diferen- bulling disminuye a medida que los chicos crecen. El paper concluye que en la escuela primaria hasta el 20% de todos los niños y niñas sufren estos episodios. Sin embargo solo el 7% de ese mismo grupo, ya adolescente, indicó a los investigadores que seguían padeciendo estas situaciones.
También se demostró que los varones estan "en forma significativa" en mayor riesgo de padecer episodios crónicos de acoso".
"Este dato en particular nos trajo una esperanza -afirma Ladd- porque nos permitió comprobar que en muchos casos es posible superar esas situaciones con el transcurso del tiempo."
El trabajo muestra un elemento positivo respecto al acercamiento al proceso educativo entre los chicos que dejaron de sufrir episodios de bulling con el paso del tiempo (el 26% de la muestra): la afectación en el rendimiento académico de este subgrupo fue disminuyendo y sus te" del grupo, ya sea por su sobrepeso, tartamudeo, anteojos gruesos o cualquier otra situación o rasgo diferente del "promedio". En el año 2011 el bullying se tornó un tema de debate público cuando ocurrió un incidente de acoso a Casey Heynes, un chico australiano que soportaba frecuentes agresiones de sus compañeros a causa de su peso. Un día resultados y notas se fueron emparejando con el de sus pares que no habían sufrido acoso (32%).
VERSIÓN DIGITAL. Según los expertos, la popularización de Internet, especialmente el crecimiento de las redes sociales, le abrieron paso a la versión online de este fenómeno. El cyberbullying es una forma digital del acoso, de modo que -en general- cuando el hostigamiento llega a las redes sociales y a Internet, es porque ya pudo haberse verificado en el mundo físico, es decir, en la escuela, el club u otra institución o grupo social. Y con un agravante: en su forma digital, el daño puede causar problemas similares pero –desbordado- respondió el ataque, mientras todo el episodio fue filmado y el video subido a Youtube. Desde entonces la secuencia fue vista más de 30 millones de veces y el debate llegó a la primera plana de los medios.
En los últimos tiempos, la llegada del presidente Donald Trump al poder reavivó este tipo de situaciones en los Estados Unidos. Según la ONG Southern Poverty Law Center, desde que noviembre (cuando Trump ganó las elecciones) se contabilizó un aumento de ataques en los colegios. "En noviembre pasado se registraron 430 ataques en colegios. No teníamos esos números tan altos desde el atentado terrorista del 11 de septiembre de 2001". La hipótesis de la ONG es que, esta vez, el bullying se incrementó por el tono agresivo al que frecuentemente recurre el flamante presidente. es –todavía- más fácil de ser llevada a cabo. Todo esto facilitado por el anonimato de quien lo perpetra, algo fácil de conseguir en las redes.
En noviembre del año pasado UNICEF Argentina publicó un estudio en el que se encontró que en nuestro país 6 de cada 10 jóvenes se comunica a través del celular y 8 de cada 10 usan internet. Actividades como chatear, jugar en línea, buscar y compartir información y contenidos son acciones cotidianas en el ejercicio de su ciudadanía digital.
En ese contexto María José Ravalli, especialista en Comunicación de UNICEF Argentina declaró que "en nuestras investigaciones recientes el ciberbullying aparece como la experiencia negativa más mencionada por los adolescentes. Es un dato importante si tenemos en cuenta que hoy los chicos y chicas construyen su identidad interactuando en la vida "real" pero también en la "virtual".
Cuando el hostigamiento llega a las redes sociales y a Internet, es porque ya pudo haberse verificado en el mundo físico.