A lo Macri
El ex presidente chileno, ahora en campaña, golpeado por los conflictos de intereses.
La
semana pasada, el expresidente chileno Sebastián Piñera visitó Argentina y se reunió con Mauricio Macri en la Residencia de Olivos. El tema fue la unión de los dos países y el eventual apoyo del presidente argentino a su campaña: las elecciones en el país transandino son el 19 de noviembre, y Piñera planea lanzarse oficialmente el 20 de marzo. Fuentes oficiales negaron que se hablara de LAN, la aerolínea de la que el chileno es accionista, como había sucedido -extraoficialmente, claro-, en la primera reunión de Macri y Piñera en enero de 2016.
El año pasado justamente, el chi- leno estuvo implicado en la causa que investigó las coimas pagadas por la empresa a la gestión K, pero fue sobreseído. Y la reunión llega en la semana en la que el escándalo por la adjudicación de rutas aéreas (LAN fue una de las favorecidas en la gestión de Cambiemos) salpica al gobierno. Piñera, con perfil casi idéntico al de Macri, coincide con el argentino también en los presuntos conflictos de intereses en su país.
CAUSAS. El mes pasado, la Fiscalía Metropolitana Oriente levantó el secreto sobre una investigación que busca aclarar los negocios que realizó Bancard, empresa vinculada al entorno familiares de Piñena, con la pesquera peruana Exalmar, en 2012. Entonces, Piñera era presidente y Chile y Perú se enfrentaban en La Haya por los límites marítimos en un juicio que finalmente favoreció a Lima. Una encuesta de estos días asegura que el 73% no le cree a Piñera cuando afirma que no sabía de la compra de acciones de Exalmar por parte de Bancard. Y la investi- gación fue respaldada por el presidente de la Corte Suprema chilena, Hugo Dolmestch, luego de que Piñera acusara al partido oficialista Nueva Mayoría de iniciar una "canallesca campaña sucia" en su contra.
El expresidente socialista Ricardo Lagos, y uno de los rivales de Piñera en las próximas elecciones, es uno de los denunciantes: “El que está en los negocios que siga haciendo negocios y el que está en la política, que siga haciendo política”, insitió esta semana, cuando las inversiones del candidato de la derecha chilena en FASA y LAN son foco de preocupación electoral.
DEJA VU. Las acusaciones por conflictos de intereses no son nuevas para Piñera. Fueron el tema central tras la campaña de 2009: LAN Cargo fue acusada de conspirar para “eliminar a la competencia”; la fusión de las farmacéuticas Salcobrand, Cruz Verde y Ahumada, aprobada por el ejecutivo benefició a FASA, que lo tenía como accionistas minoritarios; y las gestiones a ambos lados del mostrador por el proyecto en Minera Dominga. “No sabía que tenía participación en FASA. No ha habido ocultamiento. Acá hay mucha mala fe”, respondió entonces Piñera. Y aun sostiene el discurso.
La diferencia con la campaña de 2009, es que el candidato de la derecha marcha unos 22 puntos por debajo en las encuestas. A fines de 2008, Piñera marcaba un 51%, frente a un 11% de un Ricardo Lagos Escobar. Hoy los guarismos le un 29 por ciento, frente al 25% del periodista y senador Alejandro Guillier, y el precandidato PPD Ricardo Lagos, con el 5% (en caída desde noviembre).
A fines de 2008, Piñera tenía un 48% de imagen positiva y un 26% de negativa. En la encuesta realizada en febrero, la apreciación positiva de Piñera decrece al 41%, y la negativa aumenta a un 37%.
Los resultados de la encuesta indican que el senador independiente Alejandro Guillier bajó tres puntos en comparación a la encuesta anterior.
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