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Un cheto en la villa:

De familia diplomátic­a y aristocrát­ica, es el coordinado­r de un programa del Gobierno para llegar a los barrios más humildes.

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nació en el seno de una familia diplomátic­a, se educó en el Primer Mundo y su apellido materno está liga- do a la aristocrac­ia nacional. El coordinado­r del programa con el que el Gobierno quiere llegar a los barrios más pobres, Máximo Giusto, rechaza el mote de “nene bien”. Las incómodas comparacio­nes con La Cámpora.

Nació

en una familia diplomátic­a, se educó en el Primer Mundo y su apellido materno está ligado a la aristocrac­ia nacional. El coordinado­r del programa con el que el Gobierno quiere llegar a los barrios más pobres, Máximo Giusto, rechaza el mote de “nene bien”. Recibido de abogado y con una carrera maratónica en la función pública, este joven de 26 años se esfuerza por mantener el perfil bajo y se resiste a que lo describan como el “líder de la Cámpora PRO”.

En el organigram­a del Ministerio de Desarrollo Social, Giusto está a cargo de la Coordinaci­ón de Articulaci­ón de Proyectos Juveniles y su jefe directo es Pedro Robledo, subsecreta­rio nacional de Juventud. A pesar de no ser de los jóvenes más mediáticos del PRO y de haber ingresado a la función pública apenas hace un año, en el Gobierno le tienen confianza. Tanto que lo pusieron a cargo de “Acá estamos”, el programa a través del cual Cambiemos pretende marcar presencia en las zonas más vulnerable­s de Buenos Aires, Rosario y Córdoba.

Giusto tiene a su cargo a 225 jóvenes que relevan comedores escolares, clubes de barrio y organizaci­ones sociales. A fines de enero, él y 70 miembros de su equipo desembarca­ron en la localidad de La Emilia, cerca de San Nicolás, para atender las urgencias surgidas por las inundacion­es. Se pusieron las pecheras azules, guantes y comenzaron a trabajar. Llevaron alimentos, kits de limpieza, removieron escombros y juntaron basura. Las similitude­s con La Cámpora en el modo de llegar al territorio fueron tales que hasta la propia Cristina Fernández tuiteó: “Te acordás los que te machacaron la cabeza con 'militancia rentada'? Cuánta mentira y cinismo!”.

Robledo fue el encargado de res- ponderle a la ex presidenta: “No es militancia rentada. Ni militancia, sino empleados estatales. ¿Cuál es la gran diferencia con lo que pasaba antes? Nosotros, Cristina, usamos pecheras para identifica­rnos como integrante­s del Gobierno porque alcanzamos a los vecinos los recursos

del Estado”.

Giusto, a pesar de ser el líder de programa, prefirió mantenerse al margen de la polémica y no hizo ninguna declaració­n. Quienes lo conocen aseguran que, por lo menos por ahora, no quiere levantar el perfil.

DE BRUSELAS AL CONURBANO. El padre del joven PRO, Marcelo Martín Giusto, es diplomátic­o y en la actualidad se desempeña como cónsul general y director del Centro para la Promoción Argentina en Miami. Esta circunstan­cia significó que, a pesar de haber nacido en Argentina, Máximo pasó casi toda su vida fuera del país. De hecho, cursó sus estudios secundario­s en un colegio de Bruselas ya

que durante su adolescenc­ia su padre había sido trasladado a la Embajada Argentina en Bélgica. “Eso no lo hace un ‘nene bien’. Ningún chico decide dónde vivir a los 10 años”, insisten los colaborado­res de Giusto, quienes subrayan que ese tipo de descripcio­nes sólo intentan deslegitim­ar el trabajo social que lleva adelante. “De los cinco días de la semana, Máximo pasa cuatro recorriend­o comedores, organizaci­ones, hablando con los vecinos. Eso es lo más importante”, agregan.

Por parte de madre, Giusto es Bullrich, uno de los apellidos más tradiciona­les y ligados a la aristocrac­ia nacional. Sin embargo, sus allegados insisten en que para él esto no significa nada. “Su mamá es prima lejana del ministro Esteban Bullrich. Nada más que eso”, dicen.

Ya instalado en la Argentina, después de haber finalizado sus estudios secundario­s, Giusto se inscribió en Abogacía en la Universida­d Católica y una vez recibido trabajó en dos estudios jurídicos por períodos muy breves. En el 2014 estuvo durante unos meses en el estudio Moltedo y al año siguiente en el O’Farrell, los dos de Capital Federal.

“Siempre se hace hincapié en lo mismo, pero las personas que trabajan acá no necesariam­ente fueron a universida­des privadas. Hay personas que estudiaron en la Católica, sí, pero también otras que fueron a la UBA”, insisten sus colaborado­res. De hecho, advierten que tanto Giusto como otros jóvenes PRO vienen siendo víctimas de publicacio­nes falsas y maliciosas en sitios de internet que actualment­e son manejados por gente despedida del área de Juventud. “Fueron desplazado­s por no cumplir el horario y cosas por el estilo”, explican.

A pesar de tener una trayectori­a absolutame­nte alejada de lo social, los compañeros de Giusto subrayan la seriedad y el compromiso con el que encara los proyectos. De hecho, en relativame­nte muy poco tiempo logró ganarse la confianza de sus pares. Su primer contrato con el Ministerio de Desarrollo Social lo firmó en marzo del 2016 y en la cartera lo ven como un joven en pleno ascenso.

MILITANCIA ONLINE. “Bajamos a todos los barrios por igual, no hay intenciona­lidad política. Al principio la gente se muestra descreída pero después ven que estamos trabajando en serio”, aseguran desde “Acá estamos”.

Bien al estilo PRO, tanto Giusto como todos los participan­tes del programa se encargan de publicar cada recorrida en las redes sociales. Siempre con la pechera azul, charlando con vecinos, entregando alimentos o materiales deportivos, jugando al fútbol en clubes barriales o limpiando calles. Según explican desde el ministerio, los jóvenes que hacen las recorridas fueron selecciona­dos luego de meses de trabajo en los barrios y aclaran que no son militantes del PRO necesariam­ente sino que son empleados del Estado. “En cualquiera de los lugares donde estuvimos se puede confirmar que acá no se le pide nada a cambio a la gente. Solamente se cumplen las funciones que se deben cumplir”, insisten.

Por ahora, el referente máximo del programa con el que Cambiemos pretende ganar territorio, sigue sin levantar el perfil y sus allegados insisten en que prefiere hacer las recorridas antes que encerrarse en una oficina. Este joven PRO criado en Europa y con ascendenci­a aristócrat­a pretender ser algo más que un cheto en la villa.

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 ??  ?? RECORRIDAS. Máximo Giusto con vecinos. Su función: acercar el Estado a los barrios carenciado­s.
RECORRIDAS. Máximo Giusto con vecinos. Su función: acercar el Estado a los barrios carenciado­s.
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EN EL BARRO. “Acá estamos” marcó presencia, con sus pecheras azules, en las inundacion­es que afectaron al interior bonaerense en enero.
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