Isela Costantini:
A tres meses de ser echada de Aerolíneas, la Justicia espera que declare por el caso Avianca, cuyo ingreso al mercado Macri congeló.
la ex funcionaria hizo temblar a Macri con el caso Avianca y lo obligó a dar marcha atrás con la adjudicación de rutas aéreas a la compañía. La sombra de Dietrich y Macair. Y los informes que alertaron a la echada titular de Aerolíneas.
El fiscal Jorge Di Lello, el mismo que impulsó los juicios contra Amado Boudou por el caso Ciccone y César Milani por presunto enriquecimiento ilícito, no solo ha imputado al presidente Mauricio Macri y otros cinco funcionarios en la causa Avianca por los supuestos delitos de asociación ilícita, negociaciones incompatibles con la función pública, defraudación contra la administración estatal y tráfico de influencias. Además pidió que fuera citada a declarar como testigo Isela Costantini, la mujer que había ingresado como ejecutiva estrella a presidir Aerolíneas Argentinas en enero de 2016 y que 11 meses después reconocía entre lágrimas ante sus entonces empleados que estaba sorprendida porque la habían despedido. Era 21 de diciembre.
Con fecha del día siguiente el estudio de abogados Beccar Varela le advertía al entonces vicepresidente de Aerolíneas, Manuel Álvarez Tron--
gé, que media biblioteca de derecho avalaba el ingreso de la colombiana Avianca al mercado de cabotaje, dado un decreto de Carlos Menem de 1994 que eliminó la prohibición de empresas extranjeras en ese negocio que regía por el Código Aeronáutico de 1967, pero otra media biblioteca lo rechazaba con el argumento de que una decisión presidencial no podía contradecir una ley. Ese mismo 22 de diciembre, la Dirección de Asuntos Jurídicos de la línea de bandera le elevaba a la gerencia general un dictamen que directamente objetaba la legalidad de la entrada de Avianca. Pero ese razonamiento no se escuchó de boca de ningún representante de Aerolíneas en la audiencia pública del 27 de diciembre en la que se discutió la concesión de rutas internas a Avianca, la empresa del brasileño Germán Efromovich que aterrizó en la Argentina en marzo de 2016 tras comprar Macri Airlines (Macair), la firma de vuelos privados de los hermanos, hijos y sobrinos del jefe de Estado. Es que para entonces ni Costantini, ex CEO local de Gene- ral Motors (GM), ni Álvarez Trongé, ex director de la filial de Telefónica, habían quedado en la empresa. Los había echado el ministro de Transporte, Guillermo Dietrich, otro de los imputados por el fiscal Di Lello.
¿Contará todo esto Costantini en caso de ser citada por el juez Sergio Torres? En el entorno de la ejecutiva, que busca trabajo otra vez en el sector privado, reconocen que la despidieron por su resistencia a Avianca, que había pagado 10 millones de dólares por Macair, y porque le exigían un mayor ajuste presupuestario en la deficitaria y subsidiada Aerolíneas. La ex GM quería que le permitieran acomodar la empresa con mayor gradualidad antes de competir con la colombiana que ocupa el puesto 36 en el ranking mundial de líneas aéreas por facturación. La estatal argentina está 65ª y la chilena Latam, 20ª. Este 9 de marzo, cuando rindió cuentas ante comisiones de la Cámara de Diputados, Dietrich alegó que Costantini sabía cuando asumió el control de Aerolíneas que el Gobierno quería introducirle competidores.
MEMOS. NOTICIAS publicó los memos de Beccar Varela y de Asuntos Jurídicos de Aerolíneas el 25 de febrero pasado. Dos días después, Dietrich reconoció de facto que el Gobierno había echado a Costantini, que ella no había renunciado por “motivos personales”, como había afirmado un comunicado de su ministerio en diciembre. El funcionario explicó en Radio La Red que Costantini se marchó tras una discusión por la cancelación de vuelos ante un paro de pilotos. También defendió el ingreso de Avianca al mercado de cabotaje, que su ministerio debía aprobar o rechazar tras la recomendación de autorizarla que había expedido el 13 de febrero el presidente de la Administración Nacional de Aviación Civil (ANAC), Juan Pedro Irigoin, otro imputado.
Pero el 1 de marzo, Di Lello presentó su imputación. Se basó en una denuncia del diputado kirchnerista Rodolfo Tailhade, que dos días después amplió su demanda con los documentos publicados por NOTICIAS.
Dietrich terminó anunciando este 6 de marzo en rueda de prensa que la entrada de Avianca sólo sería definida una vez que Macri firmara los decretos para evitar conflictos de intereses que decidió redactar después del escándalo del Correo Argentino, otra firma de su familia que fue concesionaria del servicio postal entre 1997 y 2003. En cambio, aprobó rutas para tres empresas argentinas que ya venían operando a pequeña escala (Andes, Alas del Sur y American Jet), mientras que postergó también la autorización a la naciente FlyBondi hasta que presentara los contratos de compra de aviones, pues por ahora carece de ellos.
En el círculo íntimo de Costantini alguién envió un WhatsApp mientras miraba por televisión la conferencia
de prensa: “Solo falta que vuelva ella. Si se lo piden… ja. Depende de la prensa… ¡Qué poder tiene, mi Dios!”. En la Casa Rosada no relacionan el retraso en el aterrizaje de Avianca al escándalo mediático ni a la imputación de Di Lello, pero admiten que existía un “runrún” y que optaron por aprovechar que la Oficina Anticorrupción, que dirige Laura Alonso, estaba preparando un marco jurídico sobre resolución de conflictos de intereses para que el caso Avianca lo inaugurara. Allí mismo dicen desconocer el rumor de que Macri le habría ofrecido un cargo a Costantini por fuera del área que conduce quien se enfrentó a ella, Dietrich.
SOSPECHAS. En el Gobierno reconocen que el ministro y la ex Aerolíneas se detestan. Incluso él mandó a averiguar en su momento si ella había contratado a Cinalli S+R, la aseguradora de su pareja, Fernando Cinalli, para las coberturas de los aviones de la línea aérea. No encontró nada de eso. Dietrich y Cinalli son vecinos en el country Martindale. Allí alquiló casa en el verano el jefe de Gabinete, Marcos Peña, que un día se cruzó con Costantini en el club house. Se saludaron, pero bajo tensión.
En el mundillo aeronáutico comentan que Dietrich y Costantini también discutieron sobre si Aero- líneas debía hacer vuelos de código compartido con Avianca, pero en el Ministerio de Transporte lo niegan. En el entorno de Dietrich sí afirman que Costantini había sido demasiado generosa en la concesión de alzas salariales a los pilotos, quienes a su vez retrucan que fue un asesor del ministro el que cedió demasiado por desconocimiento de los entresijos del convenio colectivo.
Algunos del entorno de la ejecutiva que había trabajado toda su vida en GM antes de llegar a la función pública responden con un emoticón cuando se les pregunta si el Presidente le propuso volver: ponen la carita con los ojos mirando para arriba. Del mismo modo contestan cuando se les interroga sobre si el dueño de Arcor, Luis Pagani, la tentó con ser su CEO. Se sabe que ha tenido algunas ofertas de compañías y fondos de inversión, pero también hay dudas del sector privado por su relación con Macri. Nadie quiere contratar a un ejecutivo que esté peleado con el jefe de Estado. A diferencia de Alfonso Prat-Gay y Carlos Melconian, que se fueron del Gobierno con elogios públicos a Macri, Costantini ha preferido callarse la boca. Ella en principio no prevé volver al ruedo político, en el que sí están metidos desde hace años Prat-Gay y Melconian, más allá de sus trabajos como asesores económicos privados.
Cuando el Presidente viajó a Chapelco para festejar sus 58 años, el 8 de febrero, estaba allí también des-
“Solo falta que vuelva ella. Si se lo piden… ja. Depende de la prensa… ¡Qué poder tiene, mi Dios!”, dicen cerca de Isela.
cansando Costantini, de 45 años, con sus dos pequeñas hijas en casa de su pareja. Al día siguiente almorzaron juntos y se sacaron una foto. La imagen se publicó una semana después en el diario Perfil, justo cuando ardía el caso del Correo y comenzaba la polémica sobre Avianca porque la ANAC había recomendado aprobarle sin restricciones todas las rutas solicitadas, a diferencia de lo que sugería para las otras cuatro aerolíneas peticionantes. La foto ayudaba a Costantini a mostrarle al mundo corporativo que podía contratarla sin problemas. Y también beneficiaba a Macri para evidenciar que ella no sospechaba ninguna trama oscura sobre Avianca. Algunos del círculo de Costantini comentan que el jefe de Estado le ofreció ir de embajadora en Estados Unidos una vez que Martín Lousteau deje ese puesto para volver a la pelea electoral porteña. Otros susurran que recién por aquellos días ella comenzaba a comprender mejor qué había detrás de su despido.
Mientras tanto se dedica a sus hijas y recibe con emoción saludos en la calle de muchos ciudadanos de a pie que elogian su corta gestión en Aerolíneas. En poco tiempo, la imagen de la línea de bandera subió en las encuestas de imagen, según rankings especializados. También están los que la critican en el Gobierno y el mundillo del negocio aeronáutico: consideran que los únicos recortes de gastos que aplicó Costantini fueron gracias a la caída internacional del precio del combustible y a la baja de intereses de la deuda que fue posible por la salida del default. En los sindicatos, en cambio, aseguran que también les aplicó ajustes a sus intereses. Por el contrario, el ex presidente de Macair y actual vicepresidente de Avianca Argentina, Carlos Colunga, calificó de “pésima” la administración de Costantini y como prueba mencionó el apoyo gremial con el que ella había contado. Con sus “cartas de Isela”, ella se dirigía públicamente a los 12.000 empleados para conquistarlos. Quería evitar las protestas y paros como los que habían protagonizado contra el Estado español en 2001 y contra el grupo ibérico Marsans en 2008, antiguos dueños de la línea argentina.
Su sucesor, Mariano Dell’Acqua, ex directivo del grupo Techint, no ha aplicado más ajuste pero tampoco ha objetado el ingreso de Avianca, tal como sugería la división jurídica. En el Gobierno se preguntan por qué Aerolíneas debía opinar sobre la política aerocomercial de la Argentina, pero en la audiencia pública precisamente estaban invitados a opinar todos los actores del sector, desde intendentes que pedían conectar a sus ciudades hasta empresas de ómnibus que temen la competencia o los sindicatos que defienden el statu quo. Dietrich y uno de los vicejefes de Gabinete, Gustavo Lopetegui, aducen que los gremios deberían darles la bienvenida a las nuevas aerolíneas porque consideran que así conseguirán más afiliados. Lopetegui jura que no interviene en el mercado aéreo por su pasado como CEO local de Latam.
Dietrich niega que la entrada de Avianca vaya en detrimento de los intereses de Aerolíneas. Promete que en cuatro años aumentarán los pasajeros de cabotaje de la línea de bandera en 4 millones y los de sus competidoras, en 8 millones. Pero en su entorno ahora dicen que no saben si los decretos de conflictos de intereses, que estarían listos a fin de mes, permitirán autorizar o no a la compradora de Macair.
Dietrich recibió un llamado enfurecido de Efromovich, dueño de la colombiana, cuando se enteró de que el ingreso se congelaba. “Tú sabes muy bien que esta compra (por la de Macair) no tiene nada de ilegal. No entiendo por qué me hacen esto”, se quejó el empresario nacido en Bolivia y criado en Chile y Brasil, desde donde maneja sus negocios. En enero pasado llegó el primer avión de Avianca procedente de Toulouse, mo-
EX SOCIOS
El vicejefe de Gabinete, Mario Quintana, fue socio de Richard Gluzman, uno de los accionistas de la nueva low cost FlyBondi. Nuevas sospechas de conflicto de intereses. delo ATR 72-600, patente LV-GUG. Este 9 de marzo, pese a la postergación del Gobierno, despegó otra aeronave similar de la empresa, desde la misma ciudad francesa y con el mismo destino final, pero con patente LV-GUH. Hizo escala en Tenerife. Al parecer Efromovich confía en que tarde o temprano lo autorizarán.
CARRIÓ. Quien defendió la demora del Ejecutivo en la aprobación a Avianca es la diputada Elisa Carrió. ”Doy fe de la decisión del Presidente de no involucrarse en nada. En ese marco la decisión de Dietrich, que es la del Presidente, es la correcta. Estoy muy contenta; esto no solo va a suceder en este caso, puede suceder en otros, pero la decisión del Presidente es apartarse totalmente. El Presidente tiene una familia y un padre que ha tenido negocios y tiene negocios. Por la cual va a haber conflicto de intereses, como puede haber en otros funcionarios”, le dijo a TN. Carrió también prometió que sus colaboradores elaborarán un informe sobre Colunga, el vicepresidente de Avianca Argentina que había amenazado con renunciar por el escándalo: “No creo que (Carlos Colunga) permanezca después del informe. (Diego) Colunga hijo es el que llevó la plata
del dinero K a Santa Cruz. Los Colunga están involucrados en la ruta del dinero K”. Leonardo Fariña era un habitué de los aviones de Macair. Pero en el entorno del vice de Avianca niegan tanto que fuera valijero K como que sea confidente de Macri. Incluso sueltan que lleva tres años sin hablar con el Presidente. “Macri me cagó”, repite por estos días.
Pero el escándalo se llevó puesto en su cargo este 9 de marzo al sobrino de Carlos Colunga que era director de Logistíca de la Presidencia de la Nación, Carlos Cobas. Un mes después de ingresar al Estado, en marzo de 2016, Cobas se había sumado también como empleado de Avianca Argentina. Cobas, siempre bien aconsejado por su tío, era el encargado de alquilar los aviones para los viajes de Macri y monitorear la selección de la futura aeronave presidencial (ver recuadro).
El fiscal Di Lello también menciona otro episodio del caso Avianca en su dictamen. En febrero pasado, el jefe de la ANAC desactivó por resolución un decreto que establecía controles de ese organismo para los vuelos no regulares de aviones de más de diez pasajeros y dispuso que sólo fuesen monitoreados aquellos de más de 19. Según el diputado Tailhade, la empresa compradora de Macair se benefició con esta medida.
Di Lello no menciona el otro supuesto conflicto de intereses que denuncia Tailhade, el de FlyBondi. “Mientras los distraen conmigo, dejan pasar el elefante que es FlyBondi”, dijo Carlos Colunga al portal Nuestras Voces. “Ese es el escándalo, el negociado”, agregó. Uno de sus accionistas es el francés Richard Gluzman, que fue socio del vicejefe de Gabinete encargado de la política aérea, Mario Quintana. En abril de 2016 fue nombrado coordinador de la Autoridad de la Cuenca Matanza Riachuelo (Acumar) y dos meses después fundó FlyBondi. En diciembre, después de que Macri desplazara al rabino Sergio Bergman de la Acumar, Gluzman renunció a la función pública. En el Congreso, Dietrich afirmó que Gluzman era un socio muy minoritario de FlyBondi y defendió la empresa ante las acusaciones de que carecía de aviones y sólo valdría por las rutas que le iban a dar: “Nadie compra aviones hasta que le habilitan las rutas”. En el municipio de Morón, que conduce el ex marido de María Eugenia Vidal, Ramiro Tagliaferro, esperan con ansiedad la aprobación de FlyBondi porque, al igual que las low cost europeas, usará un aeropuerto no tradicional, El Palomar. Claro que para eso deberán reacondicionarlo con inversiones que saldrían en parte del bolsillo de la compañía y en parte, del Gobierno nacional. O al menos eso esperan en Morón.