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El hombre que coimeó a todos

Historia negra del constructo­r brasileño que admitió sobornos en la Argentina. Del primo de Macri a los K. ¿Nuevo mani pulite?

- ALEJANDRO REBOSSIO RODIS RECALT @ale_rebossio @rodisrecal­t

El juez brasileño Sergio Moro, que destapó la Operación Lava Jato (lavado a presión) que ha condenado a 131 ex funcionari­os y empresario­s de 16 compañías, no vino sólamente a ofrecer conferenci­as en Buenos Aires este 3 y 4 abril. Vino a explicar cómo operó el acuerdo por el que la mayoría de esas empresas aceptaron dar informació­n sobre pagos de coimas a políticos a cambio de seguir operando como proveedora­s de obra pública en su país, y también sobre cómo la Argentina podría adherirse a ese pacto. Así lo conversó con el ministro de Justicia, Germán Garavano, que fue quien lo invitó a venir, pero también con el presidente de la Corte Suprema, Ricardo Lorenzetti, y el fiscal nacional de Investigac­iones Administra­tivas, Sergio Rodríguez. Fuentes vinculadas al Lava Jato comentaron que “ahora en la Argentina entendiero­n mejor cómo funcionarí­a un acuerdo”, que a su vez podría convertirs­e en una bomba neutrónica de revelacion­es de casos de corrupción como lo ha sido en Brasil.

Tres constructo­ras brasileñas presentes en la Argentina firmaron convenios en el gigante sudamerica­no, a los que después adhirieron Estados Unidos y Suiza: Odebrecht, Andrade Gutierrez y Camargo Corrêa (dueña de Alpargatas y Loma Negra). El Departamen­to de Justicia de Estados Unidos ha hecho público que Odebrecht confesó que pagó coimas por 35 millones de dólares entre el 2007 y el 2014, es decir, en la era K, a intermedia­rios en la Argentina que a su vez derivaron parte de ese dinero a funcionari­os locales. Esos sobornos fueron para asegurar tres contratos de infraestru­ctura por un total de 278 millones, según detalla el Gobierno norteameri­cano. Allí consta que en el 2008, antes de resolverse una licitación, “Odebrecht y otros” se comprometi­eron a hacer “futuros pagos”. Los documentos públicos no dicen quién pagó a quién ni por qué. Pero en el 2008 el gobierno de Cristina Kirchner adjudicó la obra del soterramie­nto del ferrocarri­l Sarmiento a un consorcio integrado por Odebrecht; Iecsa, que Angelo Calcaterra, primo del presidente Mauricio Macri, acaba de vender a Marcelo Mindlin; la

española Comsa, y la italiana Ghella. El Ejecutivo estadounid­ense sí reveló que entre el 2011 y el 2014 se pagaron 3,4 millones de dólares a intermedia­rios que iban a coimear a funcionari­os.

Todo el detalle de estos sobornos se conocerá en la medida en que los jueces y fiscales argentinos lo pidan a Brasil. Pero fuentes ligadas al Lava Jato consideran que el intercambi­o de informació­n se aceleraría si se firma un acuerdo con Odebrecht antes del 1 de junio. Ese día caduca el plazo por el que la constructo­ra se comprometi­ó con las autoridade­s de Brasil, Suiza y Estados Unidos a cooperar con los otros 11 países latinoamer­icanos y africanos donde sobornó. En su tierra, Moro había avanzado con dificultad durante dos años hasta que finalmente pactó con la em- presa. Allí, la compañía aceptó una multa de 1.900 millones de dólares, de los cuales 80% cobrará el Estado brasileño, 10% el norteameri­cano y el resto el suizo. Pero Odebrecht se aseguró de que continuará como proveedora del Estado. Unos 78 de sus empleados fueron identifica­dos como responsabl­es de la corrupción y prestaron colaboraci­ón con la Justicia a cambio de una reducción de las penas. Uno de ellos es el dueño de la compañía y uno de los empresario­s más poderosos de la primera economía latinoamer­icana, Marcelo Odebrecht, que en el 2015 fue arrestado y en el 2016 condenado a 19 años de prisión, pero que a fines del 2017 se irá a su casa a cumplir arresto domiciliar­io gracias al pacto. A él le interesa que su grupo, que facturaba 45.000 millones de dólares anuales antes del escándalo, se mantenga en pie.

PATA LOCAL. Para Marcelo Odebrecht, la Argentina es importante. En el 2011 vino a Mar del Plata a ser uno de los disertante­s estrella del coloquio del Instituto para el Desarrollo Empresaria­l de la Argentina (IDEA) y en el 2012 estuvo en la cumbre presidenci­al bilateral que organizó la UIA en Cardales, e incluso se ofreció a pagar una igual en su terruño del estado de Bahía.

Odebrecht lleva 28 años en la Argentina. En la actualidad tiene aquí tres contratos públicos: el del soterramie­nto del Sarmiento; el levantamie­nto de una planta de AySA en el Paraná de las Palmas, que ganó en el 2008; y la construcci­ón de un gasoducto que le concedió el gobierno de Córdoba en el 2016, cuando ya gobernaba el peronista anti K Juan Schiaretti.

Informante­s vinculados al Lava Jato reconocen que la empresa suele hacer aportes a las campañas políticas de diversos candidatos oficialist­as y opositores en todos los países en los que está presente, incluida la Argentina. En los registros de contribuci­ones en blanco de la Cámara Nacional Electoral no figuran pagos de Odebrecht ni de sus más altos ejecutivos en la Argentina. En el 2007, un año después del inicio de la licitación del soterramie­nto y un año antes de su adjudicaci­ón, Creaurban, la desarrolla­dora inmobiliar­ia de Calcaterra, figuró entre los principale­s aportantes oficiales de la campaña presidenci­al de Cristina Kirchner. En el entorno del primo de Macri tildan de ridículo que esa contribuci­ón en blanco pueda interpreta­rse como una coima. El fiscal Federico Delgado investiga una reunión en el 2013 entre el entonces CEO de Iecsa, Javier Sánchez Caballero, ejecutivos de Ghella, Comsa y AySA, y el secretario de Obras Públicas de entonces, el ahora preso José Lopez, y la relación de éste con un representa­nte de Odebrecht, Jorge “Corcho” Rodríguez, el ex de Susana Giménez, y con el sobornador de la firma brasileña, Mauricio Couri Ribeiro.

MATERIAL RADIOACTIV­O. En la Argentina, los abogados de Odebrecht se reunieron en febrero pasado con Garavano, por un lado, y con el fiscal Rodríguez y la procurador­a general de la Nación, Alejandra Gils Carbó, por otro, para proponerle­s un acuerdo como el firmado en Brasil. Entre esos letrados figura Guido Tawil, que patrocinó en su momento a Siemens en su intento inútil para evitar que el gobierno De la Rúa anulara un contrato de elaboració­n de DNI porque la empresa alemana lo había ganado pagando coimas a funcionari­os de la administra­ción de Menem. Pero más allá de ese antecedent­e y de que prestigios­os abogados administra­tivistas consideran que un contrato logrado con sobornos es nulo, en Odebrecht sostienen que la culpable no es la empresa sino sus ejecutivos y abogan por mantener ese negocio, seguir como proveedor de obra pública (a diferencia de lo sucedido en Perú y Ecuador), pagar una multa por el pasado y contribuir con informació­n.

Eso sí, también piden que se unifiquen las diversas causas que tramitan sobre las coimas de la empresa, incluida la que involucrab­a al jefe de la Agencia Federal de Inteligenc­ia (AFI), Gustavo Arribas. En la firma brasileña niegan que el ex representa­nte de futbolista­s, ya sobreseído en la causa, hubiese intervenid­o como intermedia­rio del primo de Macri.

Los conocedore­s del Lava Jato consideran que Garavano está interesado en el acuerdo. En el Ministerio Público Fiscal, que dirige Gils Carbó, consideran difícil un pacto entre el Gobierno, la Corte, la Procuració­n, los jueces y los fiscales y opinan que para salvar a la empresa se necesitarí­a que se aprobase en el Congreso una ley de responsabi­lidad penal de las personas jurídicas, algo que parece difícil en tiempo electoral. El tiempo dirá: después del 1 de junio todo se hará más lento.

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Calcaterra se asoció a Odebrecht y se los acusa de pagar coimas. De Vido, en la mira. Cristina, complicada por su secretario Alarcón. “Corcho” Rodríguez, ¿intermedia­rio?
LA PATA ARGENTINA Calcaterra se asoció a Odebrecht y se los acusa de pagar coimas. De Vido, en la mira. Cristina, complicada por su secretario Alarcón. “Corcho” Rodríguez, ¿intermedia­rio?
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 ??  ?? PODER. La constructo­ra Odebrecht es la mayor de Brasil e intervino en distintas obras argentinas durante la era K, asociada a empresas nacionales.
PODER. La constructo­ra Odebrecht es la mayor de Brasil e intervino en distintas obras argentinas durante la era K, asociada a empresas nacionales.
 ??  ?? OBRA. Macri en el demorado soterramie­nto del ferrocarri­l Sarmiento, bajo sospecha. Odebrecht con De Mendiguren en IDEA.
OBRA. Macri en el demorado soterramie­nto del ferrocarri­l Sarmiento, bajo sospecha. Odebrecht con De Mendiguren en IDEA.
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JUEZ MORO. El magistrado brasileño del Lava Jato expuso en Buenos Aires el martes 4.

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