Petros Márkaris:
El escritor griego explicó en Buenos Aires cómo un policial puede combatir la corrupción.
el escritor griego explicó en Buenos Aires cómo una novela policial puede combatir la corrupción.
No le molesta para nada que lo llamen “el escritor de la crisis”. Por el contrario, Petros Márkaris se siente cómodo con esa etiqueta. Él, como ningún otro autor, registró el día a día del descalabro económico de su país, Grecia, con policiales que inauguraron un género “ad hoc”: el thriller social-financiero.
“Con el agua al cuello”, “Liquidación final”, “Pan, educación, libertad” y “Hasta aquí hemos llegado” (Tusquets) son las novelas que integran la “trilogía de la crisis” (aunque sean en realidad 4), el conjunto de historias que le dieron fama mundial y un espacio original en el abigarrado universo del policial.
Este griego nacido en Turquía de padre armenio, que hoy tiene 80 años, conoce en carne propia los desvaríos de una zona del mundo compleja y convulsionada. “Uno puede ayudar al lector a hacerse las preguntas correctas –explica–. En este sentido, la novela negra es muy contemporánea porque cambió la pregunta fundamental. No importa tanto ‘quién’ (quién es el asesino, quién lo hizo) como ‘por qué’. Por qué pasa esto, por qué mató. El porqué pide a gritos una respuesta. Queremos que el lector se haga las preguntas indicadas”.
MONEY. En su última novela, “Offshore”, la que vino a presentar a Buenos Aires, el tema ya no es la crisis sino el momento posterior. Tres crímenes consecutivos ocurren en Atenas y el comisario Kostas Jaritos (eterno detective de Márkaris), cree que están relacionados entre sí. Para probarlo, debe luchar contra la burocracia policial que prefiere pensar –como la mayor parte de la población– que la crisis es cosa del pasado y que el dinero que circula a raudales en empresas y consumos es limpio y puro.
“Tanto Grecia como la Argentina son rehenes de las transacciones financieras y la gente común no entiende cómo funciona ese sistema –explica a NOTICIAS Márkaris–. El término ‘inversiones’ abarca tanto el lavado de dinero, como bancos y fondos de inversión. Pero como se habla de ‘inversiones’, nadie pregunta nada. Y el dinero que circula es 40 por ciento negro y 60 por ciento blanco. Aceptar esa plata es como un sacrilegio. ¿Cuándo van a llegar las inversiones?, se preguntan estas economías, ¿Cuáles inversiones? Argentinos y griegos las esperamos. Son como un milagro”.
Los hombres que cometen los crímenes en “Offshore” son inmigrantes ilegales que provienen de países de Medio Oriente, otra problemática que hoy afecta a Grecia y que Márkaris incluye en sus novelas como elemento indispensable para trazar el cuadro de la actualidad de su país. “Hay un gran sentimiento en contra de los inmigrantes y los refugiados en muchos países de Europa. En Grecia también existe. La gente tiene miedo de perder sus empleos. No hay una respuesta fácil. Muchos europeos estarían contentos de pasarles todos los inmigrantes a Grecia y a Italia. No lo dicen abiertamente porque son deshonestos, pero es lo que querrían”.
Última pregunta: “¿Escribiría sobre la Argentina?”. Márkaris responde: “Sería como escribir sobre Grecia”.