Lo que deja Ernestina:
Más de 1.200 millones de dólares en juego. La tensión entre los herederos, Felipe y Marcela. Magnetto, el albacea de la fortuna.
la muerte de la dama fuerte de Clarín disparó los misterios en torno a su herencia y a su legado dentro del multimedios más fuerte del país. Su conversión de bailarina en empresaria multimillonaria. Sus peleas al interior y exterior del grupo para acumular poder y la íntima relación con Héctor Magnetto. La cuantiosa fortuna y los secretos que ocultó.
Sólo sus íntimos lo sabían. Sus s hijos, Marcela y Felipe Noble, y algunos amigos muy cercanos fueron eron los únicos que durante los últimos mos quince días la visitaron en una habiabitación del Instituto del Diagnóstico. tico. Fue allí donde el 7 de junio, día a del periodista, pasó su último cumplealeaños, el número 92. Según pudo saberaber NOTICIAS, hace dos meses había sido intervenida y le colocaron un marcarcapasos. Después, su salud comenzóenzó a deteriorarse de a poco hasta que, hace dos semanas, Ernestina Herrera rera de Noble, una de las mujeres más poderosas e influyentes del país, entróntró en una recaída provocada por una infección de la que no pudo salir. r.
La muerte de la directora del Grupo Clarín dejó una cuantiosa forfor - tuna que rondaría entre los 1.180 180 (según la versión oficial del Grupo) po) y los 1.650 millones de dólares – según gún un informe de la Bolsa de Valoress de BuenosBue Aires de abril del 2015–, sólo en a acciones del multimedios. Estas se repartiránre de manera automática entreentr ambos herederos. Pero, además,más podría marcar el comienzo de una nueva era del holding signada por la puja del poder que la matriarca dejó vacante.
Su partida amenaza no sólo con abrirabri batallas internas entre los hermanosman –quienes hasta hoy desconocennoc todo lo que su madre tenía y ym manejaba– y los socios del grupo mediático,med sino que también echará luz sobres los secretos que la bailarina de flamencofl devenida en empresaria guardógua durante más de cincuenta años,año los que sólo conoce su hombre de confianza, el CEO del Grupo, HéctorHéc Magnetto. “Hay cosas del funcionamientocion de la empresa que sólo sabíansabí ella y Magnetto”, aseguró un allegadoalleg de la familia.
En cuanto a la división de bienes
de Ernestina, NOTICIAS pudo saber que existe un testamento. En la familia, confiaron fuentes, están ansiosos por saber qué dice ese documento puesto que, el nuevo Código Civil, permite que un 20 por ciento de la fortuna se pueda testar en favor de no herederos. Como era de esperar, la persona designada para hacer cumplir la última voluntad de Ernestina y de custodiar sus bienes hasta que finalmente se repartan es nada más y nada menos que Magnetto.
LOS HEREDEROS. Felipe y Marcela fueron adoptados por Ernestina durante la última dictadura militar, lo que generó una larga causa penal por presunta apropiación ilegal que ya fue cerrada por la Justicia. La dueña de Clarín logró que sus hijos pudieran llevar el apellido de su fallecido marido, Roberto Noble.
Felipe hace casi cinco años que trabaja en la Fundación Noble. Su relación con el CEO de Clarín es muy buena. “Para él, Magnetto es como un padre. Felipe confía ciegamente en él y en todas las decisiones que tome. Igualmente, recién ahora sabrá con certeza todo lo que tenía y manejaba Ernestina”, aseguraron a NOTICIAS personas cercanas al heredero.
Marcela, por su parte, hace unos años que viene preparándose para el momento en que su madre le ceda su lugar cerca del poder. La actual gerenta de Asuntos Corporativos del Grupo cursó, en el 2011, una maestría en Comunicación en la Universidad Austral. Ahora que se va a convertir en una de las dueñas del multimedios habrá que ver cómo se posiciona entre los socios. Ella es la única que muestra interés en el devenir del holding, ya que Felipe manifestó en varias oportunidades que lo suyo no son los negocios.
ERNESTINA LAURA. En los últimos años, a la viuda de Noble le empezó a pesar la edad y los avatares políticos que tuvo que enfrentar su empresa. “Ella siempre fue reservada y nunca le gustó dar declaraciones, pero cuando estalló la guerra con el kirchnerismo, se encerró aún más. Se refugió en la familia y algunos afectos. Comenzó a evitar eventos y lugares públicos y se recluyó en su casa”, detalló una fuente de su entorno. Sin embargo, en silencio, Ernestina seguía siendo una voz autorizada en Clarín y una de los principales accionistas del holding.
El dueto que manejó Clarín desde la muerte de Roberto Noble, en 1969, guarda secretos que solamente ellos pueden responder y que ahora deberán ser revelados, al menos, a Marcela y Felipe. “Ellos no conocen el alcance del Grupo. Para Magnetto, Felipe no será mucho problema. Marcela, en cambio, tiene más carácter, es más parecida a Ernestina”, explicó una fuente.
LA ESCALADA. Curiosamente, el ascenso social de Ernestina también fue gracias a un testamento. Ella no venía de la aristocracia. Hija de
profesores, la joven pronto se lanzó al mundo laboral como bailarina de flamenco junto a su hermana. Fue en esta época, a mediados de la década del ’50, que su vida cambiaría para siempre al conocer a Roberto Noble. Las versiones del encuentro que acabaría en matrimonio son variopintas. Martín Sivak, autor de “Clarín: el gran diario argentino. Una historia”, enumera cuatro versiones posibles: un paseo en barco, un teatro, una cita arreglada por un ex fotógrafo de Clarín o el trabajo de Ernestina en una sucursal del diario. La oficial es un “flechazo” en el Delta del Tigre.
Pero a pesar de este encantamiento, según explica Sivak, Ernestina no era la única dama en la vida de Noble y aún le faltaba un largo trecho para convertirse en “la señora de”. “Noble decidía cuándo ocurrían los encuentros y no la hacía participar de comidas importantes ni de giras internacionales”, explica el autor. De todas formas, Ernestina fue ganando posiciones. Noble solía reescribir seguido su testamento y, año tras año, ella era la que más ascendía. Para 1963, la entonces señorita Herrera figuraba en el puesto 23 del apartado “parientes y amigos” con una mensualidad vitalicia de 20.000 pesos y 1 millón en efectivo. Dos años más tarde, Roberto Noble, había duplicado ambas cifras y agregado un automóvil Valiant modelo ’62.
En enero de 1967, Noble sufrió un ACV que le inmovilizó parte del cuerpo y casi le hizo perder el habla. Sus andanzas de Don Juan se terminaron y él se aferró a la mujer que lo acompañó en esa difícil situación: “La Pity”, como solía llamar a Ernestina Laura Herrera.
No habían pasado seis meses de la afección, con Noble aún convaleciente, cuando la sorpresa irrumpió en el entorno familiar, incluyendo a la única hija del empresario: Guadalupe Noble, o “Lupita”, como él la llamaba. La feliz pareja se casaba con toda la pompa. “Los detractores de la novia aseguran que Noble estaba tan mal que en un momento de la fiesta preguntó quién cumplía años”, asegura Sivak. Sin embargo, las críticas no le importaron a Ernestina. Tampoco a Roberto, quien en un nuevo testamento dejaba Clarín a su flamante
esposa. Así, ella se convertía en la heredera de un potencial imperio que, por entonces, tenía serios problemas económicos.
Pero el cuento de Cenicienta duró poco. En enero de 1969 murió Noble. Ella debió soportar nuevamente ataques y acusaciones de “viuda negra”, que incluían versiones sobre el poco cuidado a su marido. Pero ella asumió como directora de Clarín y ya no quedaba lugar para esa muchacha de Flores que bailaba sobre las tablas. Se embarcó en una tarea que la tuvo casi medio siglo construyendo poder.
CONSTRUIR PODER. Erigida como la jefa de uno de los medios más influyentes del país, Ernesti- na arrancaba la década del ’70 con conflictos a resolver. Por un lado debía solucionar un asunto familiar. Ese problema se llamaba Guadalupe Georgette Noble, la hija extramatrimonial del fundador de Clarín. Tras el repentino casamiento, Noble le indicó a la niña que debía llamar “mamá” a Ernestina y aceptar que ella la ayudara con la tarea para el colegio. Sin embargo la relación entre ambas no prosperó. Cuando Roberto murió, la pequeña volvió a vivir con su madre, la mexicana radicada en Chile, Guadalupe Zapata Timberlake.
El primer reparto de la fortuna de Noble dejaba la mayoría accionaria (93%) del entonces endeudado Clarín a Ernestina, mientras que la hija recibió 11.374.957,56 pesos de aquel entonces en concepto de propiedades o acciones en otras sociedades anónimas. La madre de Lupita llevó el asunto a la Justicia tratando de impugnar el casamiento y además, recurriendo a otro de los tantos testamentos firmados por Noble. Pero nada prosperó.
La relación entre ella y Guadalupe se mantuvo quebrada durante muchos años, al punto de que la hija de Noble le reconoció a NOTICIAS en julio del 2007 que su diario de cabecera era La Nación y que no leía Clarín.
Tras la muerte de Noble, tomó fuerza dentro del diario el ala vinculada al entonces secretario
de Relaciones Económico Sociales de la Nación, Rogelio Frigerio (abuelo del actual ministro del Interior), del Movimiento Integración y Desarrollo (MID), hombre clave para que el diario consiguiera entonces los créditos bancarios con los que sobrevivía. Con la llegada de los simpatizantes del MID a la redacción de Clarín llegó, en 1972, Héctor Magnetto, quien rápidamente se convirtió en gerente general y, además, se volvió la mano derecha de Herrera de Noble dentro del medio. El hoy CEO del Grupo no sólo logró pilotear la crisis económica que Clarín atravesaba, sino que lo posicionó como el diario en español más leído del aquel tiempo. Con la velocidad con la que ascendió en su trabajo, se ganó la simpatía de la viuda de Noble. Y juntos protagonizarían las próximas cuatro décadas.
La implicación de Magnetto con su trabajo, y con la familia Noble, fue tal que las mucamas de aquel entonces confesaron que después de atender a Ernestina debían pasar por el despacho de él para responder una serie de preguntas. “De temas domésticos. De intimidades no, de eso se encargaban los choferes”, contó una de ellas.
Obsesivo de su trabajo, se convirtió en el brazo ejecutor de Ernestina y fue quien elevó a Clarín a nuevos horizontes mientras se convertía en el mejor amigo de la familia. “Felipe lo quiere como a un padre y confía en él ciegamente”, destaca un allegado a la familia, quien agregó que aunque Marcela también confía, siempre tuvo una relación más distante. Los her- manos mantienen una relación fría, pero, tras la muerte de la matriarca, se unieron.
“Ernestina interrumpía sus vacaciones en Uruguay, tomaba un avión, firmaba lo que Héctor le decía que tenía que firmar y se volvía de vacaciones”, explica un conocedor de los pasillos de Clarín. Si bien la viuda nunca dejó de ser la directora del medio, la toma de decisiones fue recayendo cada vez más en él. Era su confidente.
El holding hoy vale, según las acciones que cotizan en la bolsa a abril del 2015, 4.200 millones de dólares. Hasta la muerte de Ernestina, cuatro personas poseían el 80% de las acciones. Noble (49,7%), Magnetto (29,8%) y sus dos amigos, José Antonio Aranda (10,3%) y Lucio Pagliaro (10,2%). Estos porcentajes, según la versión del propio Grupo Clarín, serían un 35% para Ernestina y Magnetto, en partes iguales, y el 15%, también en partes iguales, para Pagliaro y
Aranda. Ahora serán los hijos de la dueña quienes la reemplazarán en la empresa.
CONTRA LA LEY. A pesar de dirigir durante casi medio siglo el diario con mayor tirada del país, Ernestina siempre optó por no aparecer en los medios. Pero en 2003 publicó una carta abierta luego de haber sido detenida por una denuncia de Abuelas de Plaza de Mayo en la que se presuponía que Marcela y Felipe, sus hijos adoptados, podrían ser hijos de desaparecidos. La causa estuvo abierta durante más de una década y se convirtió en un slogan para el kirchnerismo, hasta que fue cerrada. A pesar de eso, el estigma siguió hostigando a la dueña de Clarín: las adopciones registraban visibles irregularidades.
Similar suerte corrió Ernestina con la otra causa que la persiguió durante mucho tiempo: Papel Prensa. Se la acusaba de haber coaccionado a sus competidores al amparo de la dictadura para quedarse con esa empresa.
Ernestina Herrera de Noble se fue en silencio. La mujer que condujo el holding más importante de la Argentina, que llevó a la realidad ese axioma que indica que “es imposible gobernar con Clarín en contra” (menos para CFK).
Llegó a ser una de las empresarias más importantes de la Argentina. Murió como vivió: con perfil bajo y sin soltar el poder, hasta en el último suspiro.