Luis Felipe Noé
A los 84 años, el gran artista sigue creando. Una lograda exhibición en MNBA da cuenta de la vigencia del maestro, de su presente y su futuro.
La inauguración de Mirada prospectiva” fue una fiesta. Fueron miles los visitantes que quisieron ver su trabajo y festejarlo.
La inauguración de “Luis Felipe Noé. Mirada prospectiva” fue una fiesta y el artista recibido como una estrella de rock. Fueron miles los visitantes de todas las edades que quisieron ver su trabajo y festejarlo; por el volumen de gente, algunos no pudieron ingresar esa tardecita a la exhibición en el Museo Nacional de Bellas Artes. Él feliz; desde hace días no se le borra la sonrisa del rostro. Su alegría no es pura vanidad, a los 84 años está contento de sentirse “vivo creativamente y no la viuda de un artista que existió en los años 60”.
El reconocimiento le llegó tempranamente a Luis Felipe Noé (Buenos Aires, 1933). Recibió el prestigioso Premio Nacional Di Tella (1963), becas de Francia (1961) y de John Simon Guggenheim Foundation (1965 y 1966). Fue determinante su participación, en 1961, en el grupo llamado Nueva figuración, con Ernesto Deira, Rómulo Macció, Jorge de la Vega. Esa “otra figuración” fue una expresión de ruptura que, entre la figuración y la abstracción, inauguró entonces una pintura más libre, expansiva; tras separarse en 1965, cada uno fue por su camino.
A este quiebre Noé agregó otro: dejó la pintura en 1966 y retornó a ella nueve años después, en 1975; nunca más se detuvo ni se durmió en los laureles. Noé piensa y trabaja “como si dirigiera una orquesta compuesta por mis pasados. Este es mi presente, o sea, mi futuro”. Ese presente continúa y la “estética del caos”, la percepción de la incertidumbre y el malestar en el mundo actual quizá sea lo que atrae de su obra a los más jóvenes, quienes incluso también admiran su pertinaz vitalidad.
CONSTANTES Y VARIABLES. “Luis Felipe Noé. Mirada prospectiva”, curada por Cecilia Ivanchevich, da cuenta de su fecunda tarea. Reúne 120 obras, entre pinturas, dibujos e ins-
talaciones, realizadas a lo largo de 60 años, entre 1957 y 2017. La artista y curadora puso énfasis en “las constantes y variables” con las que el artista desarrolló su trabajo con el caos. Eligió dejar de lado el orden cronológico y planteó tres ejes para seguir y comprender la producción del artista. “Conciencia histórica –el artista como testigo de época que evoca en su obra a través de la cita, la denuncia y la ironía–, la visión fragmentada –el modo en que Noé divide la obra para mostrar realidades o visiones simultáneas–, y la línea vital. En esta última constante, puede seguirse la línea a mano alzada que recorre el papel y la tela, desde 1957 hasta la actualidad”.
Las pinturas que ilustran estas páp ginas dan cuenta de la permanenteermanente conversación que sostienenen entre sí las obras de Noé, que hacencen de la desmesura una virtud, revelan velan la exaltación del caos como motor de la creación. En su exuxuberante trabajo hay lugar r para el pensamiento y laa ironía, la inequidad y protesta social, la angustia existencial, el contexto histórico, el paisaje americano, y más. Pero, lejos de lo apocalíptico aparece una mirada optimista, después de todo: “Mientras hay color, hay esperanza”. El color y la línea desarticulan los bordes entre figuración y abstracción y trazan una obra repleta intuiciones e ideas.
La exhibición presenta obras inéditas, como una selección de la serie “Estampas del norte (1957)” (fruto de su viaje de luna de miel a la Quebrada de Humahuaca con Nora Murphy, la madre de sus hijos: Paula, artista visual, y Gaspar, cineasta) y de la serie “Dibujos en terapia” (1971) (mientras se analizaba, dibujaba bajo la tutela del psicoanalista). La g gran instalación “Entreveros” (2017) –realizada especialmente pa para la ocasión– recibe al visitante y sintetiza los proyectos estéticosestético de su trayectoria. La inclusió inclusión de fragmentos de espejos, en entre otros materiales, sirve de v vehículo “para incluir el refle reflejo del espectador en la c complejidad del caos”, co concepto que, señala la cu curadora, articula toda la muestra.
“El concepto de caos introducido por Noé encuentra correlato en el pensamiento científico”, dice Cecilia Ivanchevich.
Cecilia Ivanchevich explica que “El concepto de caos introducido por Noé encuentra un correlato en el pensamiento científico. Por aquellos mismos años, el físico ruso Ilya Prigogine propuso en sus investigaciones la superación del determinismo científico (causa-efecto), lo que marcó el ingreso en la posmodernidad. En este sentido, los planteos de Noé se conjugan con las teorías científicas de la época para dar lugar a un mundo tan inestable como impredecible”.
Visibilidad nunca le faltó al artista. Hasta la fecha realizó por lo menos 120 muestras individuales e innumerable muestras colectivas. Obtuvo múltiples premios; representó al país en la Bienal de Venecia (2009) y fue invitado de honor en la XX Bienal Internacional de Curitiba (2013), Brasil. En Venecia, con curaduría de Fabián Lebenglik, desplegó “Red / Net”, técnicas mixtas sobre papel y tela a modo de instalación. Líneas y formas, figuras y rostros, manchas de colores superpuestas, participaron de un concierto sin una narración evidente; los marcos irregulares parecían fragmentos nacidos de la explosión de la imagen consolidada.
Apasionado por la pintura desde muy joven, estudio Derecho en la UBA. Ejerció la crítica del arte en el diario El Mundo, a mediados de los años `50, y fue periodista político. Docente –reconocido por su generosidad–, es autor de varios libros que discurren entre la teoría y la práctica del arte contemporáneo. Entre otros, publicó “Antiestética” (1965), reeditado en 2015; “Noescritos sobre eso que se llama arte” (2007), “El arte en cuestión” (en colaboración). Tras una década de trabajo, en 2015 apareció “Luis Felipe Noé”, dos voluminosos y muy bien editados tomos autobiográficos: “Mi viaje” y “Cuaderno de bitácora”. En tanto, prepara la edición del volumen “Dibujos en terapia” y, en el marco de la muestra, el Museo publicará el ensayo “El caos que constituimos”.
A fin de agosto, el celebrado artista realizará la muestra inaugural de la nueva sede de Rubbers (Av. Alvear 1640, PB, a pasos de la anterior), subrayando el 60º aniversario de la galería y los 30 años de trabajo de Noé junto a los Povarché. El catálogo que acompaña la exposición suma ensayos de Ivanchevich, Lorena Alfonso y de la alemana Lena Geuer. Con el apoyo de Asociación Amigos del Museo Nacional de Bellas Artes, en Pabellón de exposiciones temporarias; visitas guiadas viernes, sábados y domingos a las 16, al 20/9.