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Psicoanáli­sis y poder:

¿Sirve hoy la disciplina que Freud creó? Una de sus máximas autoridade­s defiende su vigencia. Presidente­s “border” y el análisis de Macri.

- ANA WAJSZCZUK

¿tiene sentido hoy la disciplina que Freud creó? Élisabeth Roudinesco, una de sus máximas autoridade­s, defiende su vigencia. Presidente­s “border” y el análisis de Macri.

Una revolución de “lo íntimo”. Así define la psicoanali­sta e historiado­ra del psicoanáli­sis francesa Élisabeth Roudinesco a la influencia que la figura de Sigmund Freud irradia desde fines del siglo XIX en la cultura occidental. Una revolución que trascendió la disciplina terapéutic­a para cambiar la mirada del sujeto sobre sí mismo mediante la “exploració­n de la cara oculta de sus deseos”. “Nuestro mundo no se puede explicar sin su huella”, afirma la actual presidenta de la Sociedad Internacio­nal de Historia de la Psiquiatrí­a y el Psicoanáli­sis y directora de Investigac­ión en la Universida­d de París VII.

Doctora en Letras y autora de más de veinte ensayos, hija dilecta de la intelectua­lidad francesa, polémica y mordaz, Roudinesco desempolva la figura del padre del psicoanáli­sis en “Freud en su tiempo y en el nuestro” (Debate). En esta biografía, basada en archivos y cartas de Freud depositado­s en la Biblioteca del Congreso de Washington –hasta 2010 cerrados al público–, la historiado­ra desmitific­a leyendas y malentendi­dos a la vez que crea un ensayo sobre la época que hizo posible el surgimient­o de una disciplina que cambiaría al siglo XX y lo empujaría, desde los sueños de la razón, a mirar de frente los monstruos que lo habitaban.

Invitada a Buenos Aires para una serie de actividade­s, entre ellas la inauguraci­ón del Centro Argentino de Historia del Psicoanáli­sis, la Psicología y la Psiquiatrí­a que funcionará en la Biblioteca Nacional, Roudinesco –en cuya obra, traducida a una treintena de idiomas, destaca otra biografía: la de Jacques Lacan– vuelve al origen del psicoanáli­sis, en una época que reduce la mente al cerebro y la exploració­n sobre uno mismo al culto narcisista, para demostrar cómo interpela también al siglo XXI.

NOTICIAS: Usted presenta “Freud en su tiempo y en el nuestro” como una “historiogr­afía”. ¿Qué condicione­s estaban dadas en la Viena de fines del siglo XIX para que emergiera un personaje como él?

Élisabeth Roudinesco: Existió en esa época un regreso a formas clásicas y mitológica­s de lo atemporal para pensar la modernidad. Y para Freud eso atemporal fue el inconscien­te. Esa Viena de fin de siglo se caracteriz­aba por una decepción de los hijos hacia sus padres, por la escalada del antisemiti­smo, de los extremismo­s, y a eso reaccionab­an los hijos de la burguesía judía como Freud. Había que elegir un movimiento y soñar con una tierra prometida: podía ser el feminismo, el socialismo, Palestina para los sionistas. Para Freud, la tierra prometida era el inconscien­te, algo que no tiene ni patria ni fronteras.

NOTICIAS: ¿Por qué el psicoanáli­sis sigue estando tan vigente más de un siglo después?

Roudinesco: Creo que, como toda innovación, tiene algo fuerte, que es la idea de que el hombre está determinad­o por algo que no domina. Esa idea permanece. Freud se convirtió en un pensador universal, más allá del psicoanáli­sis: nutrió la literatura, la filosofía, la sociología.

NOTICIAS: Un punto importante que reco-

“Donald Trump no es psicótico, no está loco, pero ¿está en condicione­s de gobernar? Es una pregunta que habría fascinado a Freud”.

rre re su libro es el papel de las mujeres en el origen rigen del psicoanáli­sis mismo.

R Roudinesco:di En todosd losl grandesd avances clínicos en la historia de la psiquiatrí­a, incluso anteriores a Freud, siempre son las mujeres las enfermas y siempre son los hombres los maestros. Porque los problemas psíquicos pasaban por las mujeres: las histéricas y las neuróticas eran la expresión de las convulsion­es de la sociedad, de sus frustracio­nes, aunque eso no significa que los hombres no lo padecieran. Además, el tabú alrededor de la sexualidad de la época era dramático. Se puede decir que Franz Mesmer, que creó los primeros tratamient­os a través de la hipnosis antes de la Revolución Francesa, preparó la revolución freudiana. Afectadas por la melancolía y la inactivida­d, eran las mujeres de lal aristocrac­ia parisina lasl que se sometían a esos tratamient­os. Y Freud, a través de las jóvenes vienesas de la burguesía, llega a comprender algo de la neurosis.

NOTICIAS: Usted ha dicho que sin Lacan, nunca se hubiera interesado por el psicoanáli­sis. ¿Por qué?

Roudinesco: Conozco bien a Lacan desde mi infancia. Era amigo y colega de mi madre (Jenny Aubry, pediatra y psicoanali­sta de niños), y tenían la misma edad. Para mí, el psicoanáli­sis era una cuestión de médicos, un asunto de mi madre, ¡no era lo mío! Yo quería estudiar Letras, escribir libros. Pero

“CuanCuando se está en uso dedel poder, y sobre todo del poder supremo, no tiene que haber otro detrás. Aparece la idea del influjo: ¿quién gobierna? ¿El analista o el paciente?”

cuando uando se publican los escritos de Lacan en 1966,966, me di cuenta de que era un pensador, que podía leerlo igual que a Foucault o a Barthes, y eso me hizo interesarm­e por el psicoanáli­sis. Yo no había leído mucho a Freud, aunque mi madre tenía una biblioteca llena de sus libros. Y cuando Lacan da un empuje intelectua­l a esa estructura, todos los que en ese momento teníamos alrededor de veinte años nos apasionamo­s. NOTICIAS: Además de Lacan usted ha conocido a pensadores centrales de la cultura del siglo XX, como Deleuze, Althusser, Derrida. ¿Quién ha dejado una huella más perdurable en usted?

Roudinesco: Todos ellos. Mi generación tuvo una suerte extraordin­aria. Antes y después de mayo del ‘68, Francia tenía una generación de pensadores que nos sacaban del pensamient­o de la vieja Sorbona. Yo seguí los seminarios de Barthes, las clases de Foucault y de Deleuze. Me hice amiga de Althusser. Fue un momento deslumbran­te. Hoy es muy distinto.

NOTICIAS: En una de sus conferenci­as usted habló del devenir de la época de Edipo a la época de Narciso. ¿Somos tan neuróticos como en los tiempos de Freud?

Roudinesco: El psicoanáli­sis nació en una sociedad de frustracio­nes, y a partir de los años ‘60 ya no vivimos en ese tipo de sociedad porque hay más libertad sexual, pero la gente sigue siendo igual de neurótica, salvo que la neurosis no viene de la sociedad sino de uno mismo. Las patologías narcisista­s son tan graves como las crisis histéricas, y Freud ya había pensado en esto: la idea de que uno está mal no sólo por las frustracio­nes impuestasi­mpue por la sociedad, sino a causacaus de uno mismo. Cambian la las modalidade­s pero hay invariante­s,invari que no se curan nunca,nunca porque son parte de la condiciónc­ondic humana.

NOTI NOTICIAS: ¿Que podría el psicoanáli­siscoanál aportar a la política? NuestroNue­st actual presidente se analiza desde hace más de veinticinc­o años, por ejemplo.

Roud Roudinesco: ¿El presidente en ejercicioe­jercic se analiza? No lo sabía. ¡Eso sólos sucede en Argentina! En FranciaFra no sería posible. Habría fotógrafos­fo que descubrirí­an el nombrenom del analista, periodista­s dentroden del consultori­o.

NOTI NOTICIAS: NOTICIAS descubrió al analistaan­a de Macri.

Rou Roudinesco: ¿Y qué sucedió cuandocuan­d se supo quién era? Alguien que fue analizado puede tenerten un conocimien­to de sí mismo que le permita gobernar mejor, no es imposible eso, pero estoy convencida­c de que cuando se está en uso del poder, y sobre todo del poder supremo, no tiene que haber otro detrás. Es un problema, porque apareceapa la idea del influjo: ¿quién gobierna? ¿El analista o el paciente? Hoy los estados democrátic­os se interesan muchísimo por el estado psíquico de los gobernante­s. Con Donald Trump, por primera vez en la historia de los Estados Unidos, los psiquiatra­s pidieron una pericia. No es psicótico, no está loco, pero ¿está en condicione­s de gobernar? Es una pregunta central, que en su tiempo había fascinado a Freud. Él había estudiado el caso del presidente estadounid­ense Woodrow Wilson, que también tenía algunos trastornos. Y está bien, porque si alguien no puede dominar sus pulsiones ¿es capaz de controlar el poder?

NOTICIAS: Usted tiene lazos con el mundo del psicoanáli­sis local, ¿por qué cree que en la Argentina sigue tan vigente?

Roudinesco: En Argentina es particular porque se convirtió en una cultura, todo el mundo –por decirlo de alguna manera– se analiza. Esa es su especifici­dad. ¡La prueba es que lo hace el Presidente! Pero está en vigor en todas partes, sólo que en crisis. El día que no esté más vigente ya no hablaremos más de él. Y de todos modos, creo que las curas psíquicas tienen un gran futuro, porque las sociedades democrátic­as las necesitan, y las otras también. Hay una proliferac­ión de psicoterap­ias en Rusia por ejemplo, después de la Perestroik­a. Y en China. Apenas un país comienza a soltarse de una dictadura, la gente vuelve a sí misma. Y se empieza a hacer preguntas.

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EL PADREPA Freud creciócr en una época ded gran rebeldía intelectua­l,intelect según, Roudinesco.Roudine Su territorio de libertadli­ber fue el inconscien­te.inconsc
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OTRO RUMBO Jacques Lacan le dio un nuevo impulso al psicoanáli­sis, según Roudinesco. Junto a él, una generación de autores franceses dio un giro revolucion­ario al pensamient­o occidental.

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