LA OPCIÓN MILITAR
Roberto Sá, secretario de Seguridad de Río de Janeiro, fue una de las principales voces críticas al envío de una fuerza nacional para enfrentar la ola de violencia que aqueja a la ciudad. “Hubiera preferido el envío de recursos financieros para enfrentar el problema con fuerzas locales”, manifestó Sá al periódico O Globo. Debido a la crisis financiera que atraviesa el estado de Río, el gobernador del estado de Río de Janeiro, Luiz Fernando Pezao, decidió en agosto reubicar a 3.000 efectivos de la Policía Militar que estaban destinados a las Unidades de Policía Pacificadora (UPP), el programa de seguridad que desde 2008 ocupa 38 favelas de Río, a comisarías de calle y a otras unidades, lo que afectó sustancialmente el funcionamiento de las UPP. Por ese motivo, el presidente Michel Temer autorizó el envío de las fuerzas nacio- nales. Y la “opción militar” cuenta con el apoyo del Partido Social Cristiano (PSC) y su líder, el diputado por Río de Janeiro Jair Bolsonaro que suma seis mandatos y pasado en el ejército.
La crisis de credibilidad de la clase política brasileña, inmersa en varios escándalos de corrupción, generó en el último tiempo una reacción conservadora en parte de la sociedad, propiciando como en Europa, la aparición de figuras autoritarias.