Finanzas La nueva economía latinoamericana
La perspectiva para América Latina no es la mejor. Las presiones de los centros de poder para garantizar un “ambiente de negocios” adecuado para la colocación de sus productos y sus capitales se ve facilitada por la irrupción de gobiernos de derecha a esc
La gran gesta latinoamericana, de la Patria Grande, que se ha instalado en el continente en los inicios de este siglo, hoy bajo fuego de la derecha, pretende deslegitimarse con conceptos como “venezuelización”, haciendo basa en los problemas que está atravesando este país, bajo una andanada de hostigamiento desde las potencias occidentales.
No es fácil borrar los logros obtenidos durante los gobiernos kirchneristas, si bien algunas cosas pudieron hacerse mejor, y otras faltaron. Pero el resultado fue altamente positivo. Se entregó un país desendeudado, con un nivel de crecimiento importante (2,6% se incrementó el Producto Interno Bruto –PIB– en 2015 según los cálculos del nuevo Instituto Nacional de Estadística y Censos –INDEC–), paritarias libres, un poder de compra de los salarios reales al más alto nivel en décadas, y consecuentemente, niveles de consumo récord y desocupación en bajos niveles. También se alcanzó una vinculación exterior fluida con la mayoría de los países y organismos internacionales, en especial los relacionados con los países en desarrollo, entre otros tantos logros sociales y políticos.
Para dotar de un tinte negativo al fuerte aumento del consumo popular, y del crecimiento de la economía durante la gestión kirchnerista, aparecen las teorías oficialistas de que el nivel de consumo, en especial de las clases trabajadoras de menores ingresos, “no era sustentable”. Porque se encuentra en la esencia del neoliberalismo el ajuste y el disciplinamiento social, y jamás podrá ofrecer a las clases populares el sustentable nivel de consumo que obtuvieron en la década anterior. Solo les puede ofrecer la “esperanza” de un futuro venturoso, que nunca llega.
Tampoco le resulta fácil al macrismo sostener un discurso cuando la realidad contradice palmariamente las promesas de la campaña presidencial de 2015: pobreza cero prometida versus aumento de las cifras estadísticas de pobreza; los trabajadores no pagarán Ganancias versus una modificación en la ley que incorporó a una gran cantidad de trabajadores y jubilados en el impuesto; seguirá el Fútbol para Todos, cuando al año de su asunción ya fue acordado el nuevo esquema pago de las transmisiones; crecimiento de la economía versus una caída del 2,3% del PIB en 2016 y una debilidad de la producción en 2017; reducción de la inflación, y, luego de dieciséis meses de gobierno, los aumentos de precios continúan a buen ritmo. Por estas cuestiones suelo definir al gobierno