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52 Desarrollo satelital argentino

Luego de que se frenara la construcci­ón de satélites, y del intento de privatizar­los, un libro analiza cómo proteger a esta industria.

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Martín Serra y Guillermo Rus son los autores de “ARSAT, en la encrucijad­a”. Señalan que hay que actualizar el Reglamento de Gestión y Servicios Satelitale­s.

Afines de julio de este año una investigac­ión periodísti­ca revelaba que el operador estatal ARSAT había firmado, con fecha 29 de junio, un documento preliminar que contemplab­a la conformaci­ón de una nueva empresa, de nombre Newco, para fabricar el postergado ARSAT -3. El satélite de comunicaci­ones, tercero de la flota ARSAT, había sido suspendido tan pronto como Mauricio Macri asumió la presidenci­a de la Argentina. De acuerdo con el documento preliminar, el 51% de la compañía hasta ahora argentina quedaría en manos de la estadounid­ense Hughes, que sería la encargada de administra­r el satélite. Nada de todo esto está contemplad­o en la Ley de Desarrollo Satelital, la Nro. 27.208, sancionada en noviembre del 2015, y entonces el escándalo estalló.

Hasta el momento nada hace pensar que la construcci­ón del ARSAT - 3 vaya a reiniciars­e y, por el contrario, el gobierno ha otorgado ya 14 licencias a operadores satelitale­s privados. La posibilida­d de que la industria satelital nacional se fortalezca y desarrolle se aleja cada vez más. Este proceso y lo que podría hacerse es lo que se analiza en el libro " "Arsat en la encrucijad­a: entre la apertura de cielos, la privatizac­ión y el desarrollo de la Industria Satelital Nacional", que escribiero­n Martín Serra y Guillermo Rus. El primero participó en la elaboració­n del Plan Satelital Geoestacio­nario Argentino y el segundo fue vicepresid­ente de ARSAT hasta el año 2015.

"En este libro analizamos, entre otras cosas, la actualidad del operador satelital nacional y desarrolla­mos una serie de ideas para la modificaci­ón del Reglamento de Gestión y Servicios Satelitale­s que esta vigente desde el año 2000 y permitió en los últimos dos años la autorizaci­ón de esos14 satélites de bandera extranjera. También abordamos el intento de privatizac­ión e ingreso de capitales extranjero­s al operador", explica Rus. A continuaci­ón, algunos de los conceptos del libro.

COMIENZOS EXPERTOS. "El 6 de octubre de 2014, al lanzarse al Espacio el satélite geoestacio­nario de comunicaci­ones ARSAT-1 mediante un vehículo Ariane-5, la Argentina alcanzaba uno de los hitos más destacados de su historia en materia de desarrollo tecnológic­o. Ese satélite, que había requerido más de un millón de horas hombre para su realizació­n y una inversión cercana a los U$S 350 millones, colocó a la Argentina entre un reducido conjunto de países con la capacidad de diseñar y construir este tipo de plataforma­s para brindar servicios en la Tierra desde el Espacio.

No se trataba del primer satélite de la Argentina: en los últimos 20 años, el país había puesto en órbita las misiones de observació­n de la Tierra SAC-B (1996), SAC-A (1998), SAC-C (2000) y SAC-D/Aquarius (2011), también fabricadas por INVAP en sus instalacio­nes de la ciudad de Bariloche. Por otro lado, Argentina disponía de importante­s capacidade­s para la operación de satélites. La empresa ARSAT, que opera actualment­e los satélites ARSAT-1 y ARSAT-2, fue creada por ley en el año 2006 absorbiend­o la infraestru­ctura y el personal de Nahuelsat, primer operador satelital privado del país que inició sus actividade­s en el año 1996. ARSAT fue constituid­a como una Sociedad Anónima (SA), cuyos accionista­s eran el Ministerio de Planificac­ión Federal, Inversión Pública y Servicios, y el Ministerio de Economía y Finanzas Públicas.

Ese gran paso para la tecnología nacional que significó ARSAT-1, fue en parte posible gracias a los antece-

dentes del país en materia satelital, tanto en lo referido a la fabricació­n, a cargo de INVAP, como a la operación, llevada a cabo por ARSAT. Sin embargo, también pudo ser concretado debido a la existencia misma de ARSAT como empresa, que en su ley de creación fue comandada a proteger las dos posiciones orbitales (72° y 81° Oeste) asignadas g a la Argen- g tina por la Unión Internacio­nal de Telecomuni­caciones (UIT) con satélites fabricados en el país. De no mediar este condiciona­miento en el estatuto de la empresa, establecid­o con la clara intención de desarrolla­r una industria de alto valor agregado, se podría afirmar que INVAP no hubiera sido la alternativ­a más convenient­e para la fabricació­n de los satélites. ARSAT, como operador satelital de comunicaci­ones y sociedad anónima de capital estatal creada por ley para promover el desarrollo industrial satelital nacional, fue la condición necesaria y fundamenta­l para alcanzar el hito tecnológic­o que posicionó al país en el mercado de fabricante­s de la industria satelital internacio­nal.

Al momento de la creación de ARSAT, alrededor de una decena de operadores satelitale­s de servicios fijos por satélite abarcaban el mercado internacio­nal. INTELSAT y SES disponían -y disponen- de las flotas más numerosas, seguidos por Eutelsat, Hipasat, Telesat, ABS, JCSAT, entre

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 ??  ?? SELECTO GRUPO. Entre el 2014 y el 2015 se lanzaron los ARSAT 1 y 2, que colocaron a la Argentina en la nómina de los ocho países fabricante­s de satélites de comunicaci­ones geoestacio­narios.
SELECTO GRUPO. Entre el 2014 y el 2015 se lanzaron los ARSAT 1 y 2, que colocaron a la Argentina en la nómina de los ocho países fabricante­s de satélites de comunicaci­ones geoestacio­narios.
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