Diciembre, siempre diciembre
Todo venía tenso, pero, en apariencia, bajo control. Acuerdo con los gobernadores. Acuerdo con la CGT. Acuerdos parlamentarios, hacia afuera y adentro de Cambiemos. Sin embargo, el miércoles 13 algo enturbió aún más el clima. El apuro por aprobar la polémica "reforma" previsional mañana mismo (es decir, el jueves 14) fue tomado por casi todo el arco opositor como una provocación. Organizaciones sociales y sindicatos improvisaron la convocatoria a una vigilia y a una movilización frente al Congreso, y la CGT decidió sumarse a la protesta con lo que había venido evitando: un paro general para el viernes 15. Al cierre de esta edición, las imágenes entre el Congreso Nacional y la Avenida 9 de Julio anunciaban la reinstalación del conflicto social en el centro de la escena.
Ningún bloque parlamentario negó que el sistema pre- visional argentino está en emergencia, como expresión más álgida de un desfasaje fiscal insostenible. La única propuesta que llegó al Parlamento fue la del macrismo, que, entusiasmado con el plafond electoral de octubre decidió acelerar el ajuste, para liberarse las manos de discusiones antipáticas en el lanzamiento de un plan para reelegir a Mauricio Macri en el 2019. La oposición se quejó sin propuestas, a la espera de que el adversario cometiera un error. Y el Gobierno lo cometió. Los tiempos del consenso no son los del que manda.
Volvieron a abrirse las puertas de un diciembre caliente. En la calle y en despachos donde se exigen concesiones de último momento para tener un fin de año en paz.