Gonzalo Erize:
Messi, Maradona, los Rolling Stones y Barack Obama degustaron sus vinos. Juliana Awada lo llamó para felicitarlo. Su filosofía.
le salvó la vida a un nene en Asia y desde entonces la ayuda es su propósito. Sueña con que Francella, Darín o Araceli González lo apadrinen.
Interrumpe
su trabajo de sábado por la mañana para recibir a NOTICIAS. La gota de transpiración que corre por su frente es sinónimo del esfuerzo que va en cada botella de vino. Con inicios en la sede del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria de Luján de Cuyo, oficio de enólogo de la Bodega Catena Zapata y agricultor de su propio proyecto en Casa Vigil, confiesa que el secreto está siempre en la paciencia. Lejos del estereotipo de hacedor-de-vino-estrella explica que el terroir es el que se expresa a través de las uvas, y eso no sucede de un día para el otro.
En su emprendimiento en la zona de Chachingo, departamento de Maipú, Mendoza, emplea a 40 personas que atienden a más de 100 turistas por día. Los vinos El Enemigo y Gran Enemigo son exportados a 23 países y reciben los más altos puntajes de la crítica nacional y extranjera: entre 93 y 98 puntos. Tiene 44 años, casado con María Sance y con dos hijos, María Giuliana Francesca (5) y Juan Cruz Octavio (9).
Vigil se asume como obsesivo compulsivo en todo lo que emprende. Puede ser la selección de su vestuario -usa bermudas camufladas y remeras negras desde hace 10 años- “para simplificar”, resume ante cualquiera que pregunte.
O bien puede ser la afición coleccionista por el arte, del cual se admite fanático en toda sus expresiones. Lo podrán apreciar quienes visiten su espacio en el corto plazo.
NOTICIAS: ¿Cómo es un día tipo en la vida de un enólogo?
Alejandro Vigil: Hay dos cosas fundamentales en el comienzo del día: el desayuno con María (su esposa) que es algo que hacemos hace 21 años y es un punto fundamental de inicio de todo. No es sólo una charla sino que es un intercambio de ideas. Es casi ley, pase lo pase el día anterior hay que estar ahí. Después llevar a los chicos a la escuela y empezar el trabajo. En la mañana me gusta recorrer viñedos de Catena Zapata en el Valle de Uco, el Este, Luján, Maipú para llegar finalmente a la bodega. Puedo estar cinco, diez o dieciocho horas. Más allá del trabajo técnico de vitivinicultura, siempre está el administrativo.
NOTICIAS: La premiada línea de vinos que elabora se llama Gran Enemigo, ¿a qué alude con ese nombre?
Vigil: Una historia que se dio en una cena con el Dr. Nicolás Catena (dueño de Bodega Catena Zapata) que fue quien sugirió el nombre y me recordó cómo hice el primer vino para la bodega, despojado de prejuicios y miedos. En ese momento me dijo: “el peor enemigo del hombre es el miedo, romper los paradigmas y cambiar”. Al principio no me cerraba…
NOTICIAS: ¿Le parecía que tenía connotación negativa?
Vigil: No, no. Me parece que salir de la zona de confort es muy positivo. El peor enemigo que tiene el hombre es estar en esa zona de confort y no querer salir de ahí. Aunque al principio impacte el nombre, lo lindo de esto es la posibilidad de “evangelizar”, enseñar de qué se trata. Un vino que se movió y se mueve de boca en boca más que a fuerza de campaña publicitaria.
NOTICIAS: ¿Cuáles son los enemigos internos de los argentinos hoy?
Vigil: Creo que hay un problema cultural muy fuerte, hemos perdido ciertos valores que hacen que el peor enemigo seamos nosotros mismos. Siempre hay un tono de negatividad hacia cualquier tema. Creo que nos tenemos que psicoanalizar todos.
NOTICIAS: Estamos cerrando un 2017 complicado para el sector. La caída del 5% del mercado interno, la reciente marcha atrás con el impuesto al vino y el gravamen sobre los espumantes en debate. ¿Cómo evalúa el año?
Vigil: Hemos tenido una coyuntura muy dura. Los dos últimos años han sido las peores cosechas en cantidad (no en calidad) e impactaron muy fuerte en los precios. Pasar de una uva de 5 a 24 pesos en 24 meses distorsiona los precios de mercado. Si ese mercado encima está deprimido, el resultado es la caída del consumo. Hay que ver cómo hacemos desde nuestra actividad para potenciar el crecimiento y frenar el deterioro. La vitivinicultura pasó por millones de crisis, somos una economía regional que está muy pegada al clima entonces lo mejor que podemos hacer es desarrollar las actividades que se desprenden del vino. La fundamen-
tal es el turismo. Ya no sólo alcanza con la exportación o el mercado interno. Hay que impulsar la marca país y hacerla crecer junto con otros productos. Diversificando nos podemos hacer más potentes y necesarios para ser tenidos en cuenta en una economía global.
NOTICIAS: ¿Y qué más se puede hacer para mejorar el consumo interno?
Vigil: Se debe mejorar la calidad de nuestra pirámide y el precio. Es decir, en el segmento base (el que mantiene el mercado a flote) hay que lograr precios competitivos con las otras bebidas sustitutas, subiendo la calidad. Para ello es necesaria una reconversión estructural que nos va a llevar 20 o 30 años. La tecnificación es crucial para bajar costos y competir a nivel mundial, aunque no es el único factor. Por ejemplo, en Chile, sur de Francia o EE.UU. en producciones para vinos de mesa tenés no menos de 40.000 kilogramos por hectárea, mientras que nosotros es- tamos en no más de 8.000.
NOTICIAS: Va a elaborar cerveza. ¿Es casi una herejía?
Vigil: (Ríe) Es un proyecto de mi hermano Ignacio y mi cuñado, Pablo Sance. Me invitaron a participar y me pareció divertido. El movimiento de cerveza artesanal es muy fuerte y no lo veo como competencia. La cervecería tradicional sí lo es. La diferencia está en el proceso y los precios. Jugás con ciertos elementos, incluidos los del vino; por ejemplo cerveza tipo champán. Se puede amplificar y complementar la producción. Tengo un amigo australiano que decía: “los grandes vinos se hacen tomando grandes cervezas.”
NOTICIAS: En su mundo se cruzan literatura, música y vino. Si hubiera que elegir, ¿dónde se encuentra mayor placer?
Vigil: En todo. Para mí, el hombre tiene múltiples sensaciones con distintas cosas y las necesita. Aunque no creo en los momentos ideales, lo perfecto me parece tan redondo que
No creo en los momentos ideales, lo perfecto me parece tan redondo que me molesta. La imperfección es lo que hace linda a la vida. Lo perfecto es aburrido.
me molesta. La imperfección es lo que hace linda a la vida. Si no estaríamos viviendo en un barrio donde todo es perfecto y sería muy aburrido, ¿no?
NOTICIAS: Casa Vigil (empredimiento que reúne bodega, restaurante y la casa del propio Vigil) ha sido lugar de perdición para muchos artistas, desde Maná, pasando por el Indio Solari a Luis Fonsi, La Beriso o hasta John Malkovich.
Vigil: Ha venido mucha gente interesante. Este lugar es un resumen de todas las cosas que nos gustan como familia. El arte, la literatura, la música, el vino, los amigos y creo que todos buscamos un poco de cada una de esas cosas. Sentirte como en casa con cada uno de esos elementos, una sumatoria de cosas que alimentan el alma.
NOTICIAS: ¿Algún secreto que se pueda confesar de esas noches?
Vigil: Hay miles de anécdotas. Una mágica para mí fue con Jorge Drexler. Nos quedamos tocando la guitarra durante horas. Discutimos de matemática, poesía, métrica y forma, y la relación entre escribir música con hacer vino. Otros momentos muy lindos se dieron con el Indio, es una persona amable, agradable, abierta y culta; es uno de los personajes que más me sorprendió de ese “mundo del show”. También nos visita seguido Juanchi Baleirón (de Los Pericos) y tenemos conversaciones muy intensas.
A Vigil no le gusta mucho alardear sobre los personajes que cataron sus vinos. Sin dudas lo que pasa en Chachingo, queda en Chachingo. Y aunque no todos pasen físicamente por la bodega, la fama vitivinícola trasciende ámbitos y fronteras. Si preguntan por futbolistas, dirá que “todos los grandes” degustaron alguna vez, incluido Lionel Messi en esa lista. Le seguirá alguno de los Rolling Stones cuando preguntaron por un buen cabernet franc y del entretenimiento, supo elaborar para Marcelo Tinelli –que dicho sea de paso, pidió invitación a Casa Vigil por Twitter este año-. También estuvo, malbec y chardonnay mediante, en la mesa de la cena protocolar que mantuvieron el entonces presidente Barack Obama y Mauricio Macri en marzo de 2016. ¿Será por eso que la primera dama lo llamó?
NOTICIAS: ¿De qué habló con Juliana Awada?
Vigil: Me llamó este verano en mis vacaciones para felicitarme por el producto. Me confesó que le gustaban los vinos de El Enemigo y de Catena. A través de un amigo en común que tenemos, consiguieron el teléfono y se contactó. Fue una charla larga y amena sobre, ni más ni menos, que vinos. NOTICIAS: ¿Cómo es hoy su relación con los Catena Zapata que lo “adoptaron” desde culillo? (NdelaR: expresión cuyana para “pichón”) Vigil: Todo lo que tengo, lo tengo gracias a ellos. Desde designarme como jefe de una de las bodegas más importantes del país (y de las pocas que quedan de capitales nacionales, mendocinos) a enseñarme como si fuera una universidad que nunca termina. Cuando Laura y Nicolás aceptan la idea de hacer El Enemigo, entendí la generosidad. No es común que pase esto. Creo que tengo mucha suerte de trabajar en una empresa que siempre va a la vanguardia. Ahora, por ejemplo, Laura Catena Zapata planteó el trabajo sobre parcelas especiales en los distintos viñedos, principalmente en Tupungato alto, donde se evalúa metro a metro el suelo y el clima con el comportamiento de la planta.
NOTICIAS: ¿Qué cree que lo diferencia del resto de las múltiples propuestas enogastronómicas que conviven hoy en Mendoza y en el país?
Vigil: No lo veo desde un diferencial. Siempre lo vemos hacia adentro. Pensamos en todo lo que nos gusta para ponerlo en este lugar, con un concepto estético muy profundo. Hemos viajado mucho y también hay influencia familiar: mi vieja es pintora, mi viejo, intelectual. Cada cuatro meses un escultor y un pintor mendocino exponen y venden sus obras acá. Hay una muestra permanente del artista plástico Osvaldo Chiavazza, que es como un hermano para mí. Tratamos de generar un movimiento artístico “menduco”. Eso es lo distinto.