Natalia Cociuffo:
Actriz y cantante, va por el cuarto año de éxito teatral con “Los Monstruos”. Maternidad postergada y cómo domesticar el ego.
actriz y cantante, va por el cuarto año de éxito teatral con “Los Monstruos”. Maternidad postergada y cómo domesticar el ego.
¿ Les tenés miedo?”, pregunta Natalia Cociuffo cuando abre el portón de su casa en Colegiales. “No hacen nada”, agrega. Carmelo, Lola y Velma husmean al visitante, ladran a más no poder, pero no muerden. Natalia adora los perros. Es proteccionista y milita por los derechos de los animales.
La casa es cómoda, luminosa, con espacios amplios y abiertos. Se res- pira un ambiente cálido, de hogar. La actriz y cantante vive allí con Maximiliano Ambrosio – productor de televisión y teatro y dueño del restaurante La Stampa- su pareja desde hace diez años. No tienen hijos.
La paternidad-maternidad es precisamente el eje de “Los Monstruos”, la excelente obra de Emiliano Dionisi, que protagonizan Cociuffo y Mariano Chiesa, con dos trabajos consagratorios. La obra arrasó con todos los premios (7 Hugo, 4 ACE, 4 Florencio Sánchez, Argentores, Trinidad Guevara) y es un éxito de crítica y público. En su cuarta temporada, reestrena el 16 de enero en el teatro El Picadero (los martes, todo el año).
NOTICIAS: ¿Le sigue sorprendiendo él éxito de Los Monstruos?
Natalia Cociuffo: Sí, me emocio-
na, es muy fuerte. Con Mariano no terminamos de ser conscientes. Nunca imaginamos el teatro lleno, la reacción de la gente, estar un mes Chile, en el Festival Hispano de Miami y en el de Bogotá, en marzo próximo. La obra es muy intensa y movilizadora.
NOTICIAS: Y muestra una paternidad alejada de visiones naif y edulcoradas.
Cociuffo: Sí, una paternidad más cruda. Pero la gente se siente reconocida y es incómodo sentirse reconocido en esos padres, que tienen una carga existencial muy fuerte y que terminan intoxicando a sus hijos. NOTICIAS: A veces la maternidad puede no ser una bendición.
Cociuffo: Tal cual. Yo no soy madre todavía. Por elección, por estar con un compañero que tuvo otras prioridades, por cosas no resueltas de nuestra vida familiar, quizá por no tener un modelo. Esta obra me llegó cuando empezaba a replantearme ciertas cosas. Fue la tesis que tenía que atravesar para poder ser mamá.
NOTICIAS: ¿Qué aprendió? ¿Qué empezó a plantearse?
Cociuffo: Mi felicidad. A reconocer y acomodar mis frustraciones, a tratar de quitarme peso de encima. Quiero llegar lo más liviana a ese estado para no intoxicar tanto a mi hijo. Tengo muchas ganas de ser madre, me siento más preparada y estoy muy contenta con mi carrera, hice todo lo que quería. Es un lindo momento para atravesar esa obra maestra, como le digo yo.
NOTICIAS: ¿Está en pareja actualmente? Cociuffo: Con Maximiliano llevamos diez años juntos, con algunos cortes en el medio. De hecho, estamos volviendo de una separación y en este reencuentro aparece el deseo más concreto de la maternidad. Somos muy simbióticos, nos parecemos y complementamos bien en la forma de vida. Tenemos mucho humor, nos adoramos, atravesamos mucho juntos. Creo que fuimos pareja en una vida anterior. Y estamos muy abocados en mejorar nuestra relación y como individuos para poder hacer el proyecto de familia pendiente.
NOTICIAS: ¿Cómo fue usted como hija? Cociuffo: Muy rebelde, con mucho carácter. Soy la mayor y la única mujer, tengo dos hermanos, Tristán e Ignacio. Mis padres hicieron lo que pudieron y me criaron con mucho amor, eso es lo que valoro. Ya atravesé los enojos. Seguramente se equivocaron y me dejaron secuelas, pero esta obra también me ayudó a entender y a perdonar. Uno tiene que honrar a sus padres y bancarlos como son. Hoy tengo una relación espectacular con ellos.
Cociuffo es intensa. “Apasionada”, aclara. Sus padres se separaron cuando tenía 9 años y la terapeuta recomendó que la nena tomara clases de guitarra y que cantara para canalizar sus angustias. “Fue mi primer encuentro directo con la música. Mis padres me estimularon, también son artistas, cantaban, actuaban, papá es director de teatro y fundó el coro Antares, en Córdoba”.
A los 18 entró en el grupo Pentagrama de comedia musical. “Es donde más aprendí. Ahí supe que quería ser artista. También me influyeron las películas - La novicia rebelde, Fama, Flashdance, La misión – y la obra Drácula me partió la cabeza”. Estudió un año y medio de Derecho, pero desistió.
A los 20 dejó su Córdoba natal y vino a Buenos Aires para estudiar y audicionar. “Era como hacer la América. Mis padres me ayudaron, conseguí medias becas. Después fui camarera, hice eventos y di clases de canto. En el medio, hacía algunas obras, hasta que pude vivir de mi profesión”.
En teatro hizo Drácula, Ella, Por amor a Sandro, El mago de Oz y las emblemáticas Chicago y Piaf, por nombrar sólo algunas. “De entrada no tenía mucho acceso a las comedias musicales, porque no soy bailarina. Me frustraba y hacía cosas en el off. Eso me dio una gran formación. En 2009 audicioné para el rol de Velma, en Chicago, llegué hasta el final y no quedé. Finalmente, no se hizo. Después vino Piaf, trabajar con Elena (Roger), interpretar a Marlene Dietrich y todo el fenómeno que fue esa obra. Era la primera vez que me paraba a decir un texto. Después
La gente se siente reconocida y es incómodo sentirse reconocido en esos padres, que tienen una carga existencial muy fuerte y terminan intoxicando a sus hijos.
hubo una nueva versión de Chicago, me llamaron para audicionar y quedé para el rol de Roxy”.
En televisión participó en Loco por vos, Vecinos en guerra, Sos mi hombre y Patito feo, entre otros.
En abril, hará “La restauración de las dos Coreas” dirigida por Helena Tritek en el Teatro San Martín
NOTICIAS: ¿Diría que el camino fue difícil?
Cociuffo: Sí, porque siempre fui muy ansiosa. Sufría cuando veía una obra con amigos o colegas que ya estaban actuando y yo todavía era camarera. Pensaba: “¿Y a mí cuándo me va a pasar?”. Es un rubro difícil, somos muchos y hay mucha competencia. También depende de cómo uno lo vive. Yo soy un ave Fénix permanente. No te llaman o no pudiste acceder a ese rol, armate tu propio show, abrí otra puerta, no te quedes sentada esperando. NOTICIAS: De hecho, usted tuvo dos grupos musicales.
Cociuffo: Sí, con Cocktail Tour tocamos nueve años en el Faena, grabamos un disco, hicimos la banda sonora de “El espejo de los otros”, la película de Marcos Carnevale, y actuamos en Estados Unidos. Y con mi banda “Natural”, en la que era autora y compositora, también grabamos un disco e hicimos shows. Ahora, estamos pensando en volver, hacer covers y temas nuevos.
NOTICIAS: Usted habla del “ego domesticado”. ¿Cómo hizo para domesticarlo? Cociuffo: Sigo domesticándolo, los artistas tenemos un ego muy grande. Somos muy narcisistas, nos gusta coquetear. Tuve un gran maestro espiritual, Luis, con el que trabajé mucho, porque ese ego me hacía sufrir, meditábamos y contenía todos mis pesares. Después encontré a mi terapeuta actual, que es una genia.
NOTICIAS: ¿Tiene amigos en el ambiente artístico?
Cociuffo: Sí, Elena Roger, Belén Pasqualini, Alejandra Perlusky, Diego Bros, Georgina Barbarossa, Julieta Díaz, Alejandro Paker. A Mariano (Chiesa) lo adoro, somos muy hermanos y nos contamos todo lo que a uno le daría vergüenza contar.
NOTICIAS: Este año cumplió 40.
¿Cómo lo vive?
Cociuffo: Es raro. Me siento muy pendeja, me veo como más jovial que alguien de 40, pero, a su vez, estoy más asentada, enraizada, madura. Estoy asumiendo el estado de adultez. NOTICIAS: Antes me comentaba que está con unos kilos de más. ¿Cuánto le importa la imagen, la cuestión estética?
Cociuffo: Soy una mina grandota, tana, y nunca voy a ser flaquita, pero me amigué con eso y me encanta. Puedo estar más o menos gordita y me siento linda igual. Me cuido mucho la piel, voy a la esteticista, me hago cositas, electrodos en la cola, gimnasia, la bici fija. Pero también acepto mis cuatro kilos de más. NOTICIAS: Su marido entiende de cocina. ¿Y usted?
Cociuffo: Me encanta. Hoy cociné una tortilla de avena con huevo y le puse frutillas y queso crema. Puedo hacer un pescado con verduras y arroz yamaní, sándwiches muy armados, con pollo, palta, cebollita caramelizada. A los dos nos gusta la cosa gourmet.
NOTICIAS: No tiene hijos, pero tiene perros. Cociuffo: Son como mis hijos. Soy fanática de los perros y proteccionista. Ayudo a un refugio, nos intercambiamos redes para buscar perritos, voy a buscarlos y los llevo a otros lugares, les he dado tránsito en mi casa. Me hace mal el maltrato y estoy tratando de no comer carne. Es mi causa.
NOTICIAS: ¿Le interesa la política?
Cociuffo: Me interesa como ciudadana, voy a votar y estoy informada, pero no me fanatizo. No tengo partido ni militancia. ¿Qué es militar? Yo solo milito por mis animales.
Los artistas tenemos un ego muy grande. Somos muy narcisistas, nos gusta coquetear. Tuve un gran maestro espiritual con el que trabajé mucho, porque ese ego me hacía sufrir.