Reencuentro con Nureyev
El cascanueces. Ballet en dos actos. Música: Piotr I. Chaikovski. Coreografía: Rudolf Nureyev. Ballet Estable del Teatro Colón. Dir.: Paloma Herrera. Orquesta Filarmónica de Buenos Aires. Dir.: Enrique Diemecke. Teatro Colón, hasta el 30 de diciembre. Felizmente recuperada para el Ballet del Colón, la inigualable coreografía de Rudolf Nureyev volvió a prestigiar su escenario, de la mano de Aleth Francillon. La versión es única por su originalidad. El valioso trabajo de la repositora francesa impactó en el elenco: basta ver la escena de los copos de nieve o el siempre mágico “Vals de las flores”, para apreciar los complicados diseños y las dificultades musicales que Nureyev plantea, y que el cuerpo de baile resolvió muy bien.
La joven Macarena Giménez fue Clara, la protagonista, en lo que significó su retorno a la danza luego de su maternidad. Alumna de la legendaria Olga Ferri, quien estrenó el papel, sería seguramente el orgullo de su maestra, dada su expresividad, pulcritud y comprensión estilística. A su lado, Maximiliano Iglesias fue un correcto Drosselmeyer/Príncipe; sin duda la pareja verá crecer su interpretación en las funciones restantes.
Del resto del elenco, destacamos a Edgardo Trabalón y Natalia Pelayo, excelentes como los hermanos de Clara; Paula Cassano, sensual y felina en la Danza árabe; y el trío formado por Martín Vedia, Emiliano Falcone y Jiva Velázquez, impecables en la Danza china. Los alumnos del Instituto Superior de Arte y el Coro de Niños dieron el toque infantil.
Ciertas desprolijidades en los cambios de escena no empañaron el estreno del “Cascanueces”.