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A LA VENTA POR US$ 2.500.000

- RODIS RECALT JUAN LUIS GONZÁLEZ ( DESDE CARILÓ) rrecalt@perfil.com jlgonzalez@perfil.com @rodisrecal­t @juanelegon­zalez

La mansión de Mario Quintana en Cariló es como un gigante que se erige sobre la playa bonaerense. A pesar de su inmensidad –el terreno es de 4.500 metros cuadrados, y la casa ocupa más de 700–, tiene un perfil que se adecua al de su dueño: la calle Águila, donde se ubica, no tiene salida, y “El Remanso” es el último hogar de ese pasaje de jefe de Gobierno porteño Horacio Rodríguez Larreta que también fuera. Fueron los tres tomando mate.

AMIGO. Quintana trabaja a las órdenes de Marcos Peña, pero si hubiese que buscarle un padrino político se debería mirar a Horacio Rodríguez Larreta, a quien conoció en la facultad de Económicas de la UBA a mediados de la década del ‘80. Esta amistad llevó a Larreta a ofrecerle a Quintana ser padrino de bautismo de Serena Vida, su hija más chica, nacida en enero del 2016. Quintana siempre siguió con atención los pasos en política de su amigo, pero nunca se había animado a entrar, hasta que en el 2015 se sumó a la Fundación Pensar, el think tank que trabajó para la candidatur­a presidenci­al de Mauricio Macri. En ese espacio conoció a Marcos Peña, su actual jefe. Hoy comparte con su otro amigo, Gustavo Lopetegui, el arena y tierra. Bien lejos de todo y de todos. De hecho, para entrar en la gigantesca construcci­ón es necesario bordear un camino de diez metros de arbustos, y cualquier visitante queda expuesto, porque la enorme residencia se ubica a más de tres metros sobre la línea del suelo.

La mansión la construyó en 1989 Saúl Roij, un histórico de la zona que era el representa­nte en Argentina de incómodo papel de ser “los ojos y los oídos” del Presidente.

Además de compartir espacio político con Lopetegui y Larreta, Quintana tiene un grupo de amigos que se reúnen una vez por mes a comer y charlar. Lo llaman Grupo Lunes porque al principio se juntaban el primer lunes de cada mes. Hoy, con agendas tan apretadas, se reúnen cuando las secretaria­s de todos logran hacer coincidir las agendas. De esa mesa participan el funcionari­o porteño Gonzalo Robredo, el ex titular del Fondo de Garantía de Sustentabi­lidad de la ANSES Luis María Blaquier, el consultor Sergio Berensztei­n, el funcionari­o del Ministerio de Desarrollo Gabriel Castelli, el economista Pedro Lacoste, el especialis­ta en derecho Martín Bohmer y el presidente del banco HSBC Gabriel Martino. Este último fue compañero cuando ambos Pierre Cardin, un célebre diseñador de moda italiano. En aquel entonces, era la única residencia que se ubicaba en la “primera línea” de Cariló, sobre la playa. Roij se desprendió del “Remanso” hace diez años, y desde entonces una mitad pertenece a Quintana y otra a su “socio” –como lo llaman en Cariló–, Ignacio Marseillan, el director de la consultora “Spencer Stuart” y empresario exitoso, que pertenece a la Asociación Cristiana de Dirigentes de Empresa (ACDE). Ambos la pusieron a la venta hace más de un mes, y el precio, según dice la cursaban en el Colegio Marianista de Caballito.

Aunque casi toda su vida en la actividad privada fue dueño de empresas, Quintana llegó al Gobierno como parte de un staff de CEOs que desembarca­ron para ordenar las cuentas públicas, sacar al país del default, reducir la inflación y combatir la corrupción. En pos de esa tarea fue nombrado secretario de Coordinaci­ón Interminis­terial y su amigo Gustavo Lopetegui secretario de Coordinaci­ón de Políticas Públicas. Ambos funcionan como “vicejefes de Gabinete”, y tienen repartidos los ministerio­s con un criterio poco claro. Dentro del Gobierno, Quintana tendría a cargo la parte “social” y Lopetegui los que tienen infraestru­ctura u otros más “duros”, pero algunos se cruzan. Quintana tiene bajo su órbita las carteras de Desarrollo Social,

mujer que oficia de intermedia­ria, “no es negociable”: dos millones y medio de dólares, en efectivo.

“El Remanso” tiene diez habitacion­es (seis en suite), siete baños, frente de casi 100 metros que da hacia el mar, parilla cubierta, garaje para tres autos –ahí Quintana guarda su imponente jeep azul–, una dependenci­a para el personal de servicio que incluye baño y lugar para dos personas, una amplia piscina descubiert­a y climatizad­a, de 15x15, ducha exterior con agua caliente, hogar a leña y calefacció­n con radiadores. Tiene dos pisos y espacio hasta para veintiún personas. Está amueblada con piezas de calidad y lista para habitar. Tiene, además, sala de cartas, y dos playrooms, uno de los cuales viene equipado con un home theater. “La casa está muy bien puesta”, dice la publicació­n que está colgada en varias páginas web de venta de casas de Cariló donde se ofrece “El Remanso”, y aclara: “Incluye caseros (ella excelentís­ima cocinera), piletero y jardinero”. En la localidad costera la noticia ya corrió entre los inmobiliar­ios, que comentan el alto precio Trabajo, Cultura, Ciencia, Anses, Modernizac­ión, Medios, Hacienda, Finanzas, Educación y Cancillerí­a. Lopetegui tiene Interior, Transporte, Defensa, Seguridad, Salud, Pami, Agroindust­ria y Producción. Este último a principios de la gestión estaba bajo la órbita de Quintana, pero luego pasó al área de Lopetegui. Los correveidi­les de la Casa Rosada aseguran que Quintana no tolera la “ineptitud” de Francisco Cabrera, el titular de Producción. Pero Cabrera goza de la confianza del Presidente. Algo similar sucede con Federico Sturzenegg­er, el presidente del Banco Central, quien tampoco tiene una buena relación con Quintana, pero es respaldado por en el que fijó Quintana y Marseillan la venta.

En todos los dormitorio­s hay cortinas blackout, que evitan el sol y las miradas molestas. Es que la mansión, quizás por el paso de los años, quedó hundida en una especie de valle natural de arena, y si bien eso la protege de las inclemenci­as del viento, también permite que cualquier curioso con ganas de trepar ese montículo de diez metros de altura se asome a espiar la intimidad de la familia Quintana. Macri. En esa puja de poder, el team de Quintana ganó un punto antes de fin de año cuando anunciaron el cambio en las metas de inflación. El 15 de diciembre, Macri reunió a Marcos Peña, Quintana, Lopetegui, Nicolás Dujovne y Luis Caputo, quienes le expusieron sobre los riesgos que corría la economía si se mantenían las metas defendidas por Sturzenegg­er. Al cabo de esa reunión Macri resolvió imponer al Central otra política. Ese cambio era el que reclamaba en el pasado Alfonso Prat-Gay. Quintana fue quien impulsó la salida de PratGay aunque compartía la visión del ex ministro. Un ejemplo de ese consenso está corporizad­o en la presencia de Vladimir Werning –ex colaborado­r del ministro renunciado– como asesor de Quintana.

Así como Quintana le bajó el pulgar a Prat-Gay y se cruzó con Francisco

Cabrera, tuvo otros enfrentami­entos. En un breve relevamien­to, en la Casa Rosada destacan cruces con el ex presidente del Banco Nación Carlos Melconian, con el ministro del Interior Rogelio Frigerio y con el ex titular del Pami, Carlos Regazzoni, quien en privado suele repetir que el autor intelectua­l de su salida fue Quintana. En lo formal, su verdugo habría sido Lopetegui, porque el área de Salud depende de él. En el Gobierno se decidió organizarl­o así para no tener problemas de conflictos de interés con las inversione­s farmacéuti­cas de Quintana.

En los ministerio­s que le toca controlar a Quintana no tienen una buena imagen de él. Lo catalogan como el hombre encargado del recorte de gastos, reducción de personal y ajuste. Un ministro que vio sus charlas de Human Camp afirma que a veces la actitud de Quintana se contrapone con lo que solía repetir en sus exposicion­es. “Muchas veces por ir detrás del resultado no se tiene conciencia del daño que se le puede estar haciendo al otro”, era una de las sentencias del vicejefe de Gabinete en el video motivacion­al.

En las reuniones de seguimient­o de cada ministerio, cuentan algunos asistentes que uno de los pocos que habla es él, acompañado por asesores que a los que describen como “cerebritos”, que tienen planillas de excel con todos los números de cada ofici- na del Estado. En la línea jerárquica, Quintana es un colaborado­r de Marcos Peña, que a su vez es el ministro que coordina a los demás ministerio­s, pero en la práctica, cuatro ministros consultado­s por NOTICIAS afirman que ven a Quintana como un jefe. Dentro del propio Gabinete hay un apodo para el trío Peña-LopeteguiQ­uintana: los llaman “los kirchneris-

tas”, por la tendencia a monopoliza­r las decisiones.

En las dos semanas que inauguraro­n este año, con Macri y Peña de vacaciones, quien quedó a cargo del Gobierno fue Quintana. “El Presidente es y sigue siendo Mauricio”, suaviza él ante NOTICIAS.

FARMACITY. Según su declaració­n jurada, Mario Quintana conserva un 3% de Farmacity, la cadena de farmacias que incorporó al negocio otro tipo de productos como golosinas, regalos, perfumería y hasta libros. Desde su oficina afirmaron a NOTICIAS que antes de asumir como funcionari­o, Quintana renunció a su cargo como presidente de Farmacity y que ya no tiene injerencia en la empresa. La influencia de Quin- tana sobre Farmacity es un dato al que apuntan la Confederac­ión Farmacéuti­ca Argentina (COFA) y el Colegio de Farmacéuti­cos de la provincia de Buenos Aires, quienes están haciendo resistenci­a para que Farmacity desembarqu­e en la provincia de Buenos Aires. El expediente llegó a la Corte Suprema luego de que la empresa presentara un recurso de queja para que se habilite a la empresa a instalarse en territorio bonaerense. Hoy Farmacity no puede cruzar los límites de la Ciudad de Buenos Aires porque en la provincia está la ley 10.606 que en su artículo 3 establece que la distancia mínima entre farmacias debe ser de 300 metros y prohíbe que se puedan vender medicament­os junto con alimentos y otras mercadería­s. La esencia de Farmacity. Además incorpora un criterio recomendad­o por la Organizaci­ón Mundial de la Salud (OMS) que dice que debe haber una farmacia cada 3.000 habitantes. En el 2010, Quintana intentó instalar un Farmacity en Pilar, pero el Ministerio de Salud se lo prohibió. Por eso

decidió demandar a la provincia de Buenos Aires por esta “discrimina­ción”. El abogado que lo patrocinab­a en ese entonces era un tal Carlos Rosenkrant­z. La demanda rebotó en las dos instancias iniciales y llegó a la Suprema Corte provincial, donde también le fue mal. Ya con Quintana fuera de la empresa y como integrante de la jefatura de Gabinete, Farmacity decidió recurrir a la Corte Suprema. En esta ultimísima instancia se encontraro­n con un doble problema. Los dos jueces designados por la administra­ción que integra Quintana tuvieron que excusarse por tener vínculos con la empresa. Aquel abogado convocado por Farmacity para demandar al Estado hoy es ministro de ese tribunal supremo: Rosenkrant­z. Imposible ser imparcial. El segundo excusado fue Horacio Rosatti, quien no explicó sus argumentos. Sobre este voto (que no se emitirá) ya hay un antecedent­e, en agosto de 2017 en un caso similar en Mendoza, iniciado también por Quintana, la Corte falló en contra de Farmacity. Rosatti votó contra la empresa junto a Ricardo Lorenzetti, i, Juan Carlos Maqueda y Elena Highton de Nolasco. ¿Podría Farmacity correr la misma suerte en Provincia? Todo indica que sí.

Otro conflicto por el que Quintana recibió una denuncia este año fue por su hermano Norberto Eladio, quien trabaja en el estudio de abogados Holland & Knight LLP. Este estudio se encarga de colocar deuda de provincias argentinas en mercados internacio­nales. Según el expediente, se investiga si Quintana, como miembro del Gabinete, habría influido para favorecer al estudio donde trabaja su hermano.

El tercer conflicto de intereses que rozó a Quintana fue cuando la línea aérea Flybondi se presentó para operar en Argentina. Luego que le adjudicara­n rutas aéreas, el fiscal Jorge Di Lello lo imputó por beneficiar a esta empresa porque habría conocido muy bien al dueño de Flybondi, Richard Guy Gluzman, ex vicepresid­ente del Grupo Pegasus cuando Quintana era presidente. Sobre este tema, en una entrevista con el diario Perfil, Quintana afirmó que “en ningún caso se privilegió a una (empresa) por encima de otra. Yo no tengo relación con Flybondi ni con Richard Gluzman, más allá de haber hecho algunas cosas hace años, con lo cual mi grado de influencia ha sido igual a cero. Hay una estrategia deliberada del kirchneris­mo en sembrar desencanto y desesperan­za, haciéndole creer a la sociedad que si ellos estuvieron acá haciendo negocios, nosotros estamos buscando lo mismo. Pero no. No somos todos iguales”.

El tiempo será testigo.

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 ??  ?? ÁLBUM. Las fotos íntimas que su familia difunde en las redes. Junto a sus tres hijos y su esposa se retrataron en diferentes viajes.
ÁLBUM. Las fotos íntimas que su familia difunde en las redes. Junto a sus tres hijos y su esposa se retrataron en diferentes viajes.
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MESA CHICA. Quintana es el segundo de Marcos Peña junto con Lopetegui. Tiene llegada directa a Macri.
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VACACIONES. Quintana, en Cariló junto a su familia, que lo cuida del sol.

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