Restaurantes:
Nippori. Entre los platos fuertes se destaca la merluza negra, marinada con pasta de miso y sake, atún rojo y ocho variedades de rolls.
Nippori. Mendoza 1599 (esq. Montañeses), Belgrano. 4788-4999. Martes a domingo de 12 a 14. Cocina japonesa/nikkei. Reservas. Principales tarjetas. Estacionamiento: Montañeses 2264. Menú ejecutivo: $ 250/$ 400. Precio promedio a la carta: $ 800. Hace años que Ricardo Takayama, toda una institución dentro del Barrio Chino, se instaló en la calle Mendoza con Fujisan, una barra de sushi para el gran público. Más tarde, ya con su hijo Javier como colaborador, instaló Nobiru, un izakaya o bar de tapeo japonés, que rápidamente ganó sus adeptos. La trilogía de la calle Mendoza se concretó recientemente con Nippori, un restaurante más sofisticado, donde se lucen productos premium como la merluza negra y el kobe, y las preparaciones nikkei.
La influencia peruanonikkei llegó de la mano de un par de cocineros ex Osaka que se lucen con una variedad de ceviches y tiraditos, elaborados con pescados fresquísimos en interesantes combinaciones aunque un poco tímidos en el toque picante (el público manda). También de la rama peruana llegan las vieiras gratinadas (o conchitas a la parmesa como se las llama en Perú), y el tierno sashimi de pulpo con salsa de olivas negras, otro clásico peruano.
Entre los platos fuertes se destaca la merluza negra, una carne que por su suavidad y textura amenaza con desterrar al transitado salmón rosado. En Nippori se sirve marinada con pasta de miso y sake, y con la piel crocante, un detalle muy japonés que supimos apreciar. Otros productos de lujo de la casa, tanto por su calidad como por su preparación, son el atún rojo, cocinado como se debe, es decir, vuelta y vuelta y el Kobe, grillado con salsa de sésamo, hongos frescos y salsa de ostras.
Tienen ocho variedades de rolls para elegir: acevichado, crunchy, envuelto en lomo de wagyu y demás variedades creativas (también en convenientes medias porciones). Hay varias opciones para el mediodía, muy interesantes todas ellas. Los postres, que no suelen ser un fuerte en el Japón, lo son en Nippori. Imperdible la degustación Matcha (té verde en polvo aquí empleado en un helado, un tiramisú y un cheesecake) y el brownie de almendras con helado de sésamo.
La ambientación es sobria y minimalista, pero con todo lo que hace falta: grandes ventanales para el día, media luz para la noche y lindas mesas en el exterior.