Sergio Massa: El líder del Frente Renovador, sin cargo público, se fue a ejercer la abogacía a Nueva York. Paseos y alianzas lejos de Argentina.
Lejos de la política, el ex presidenciable fue a buscar clientes de la mano de Giuliani.
All in. Sergio Massa juntó todas sus fichas y las tiró en el medio del paño de las legislativas del 2017. Los otros competidores eran fuertes y las bancas eran pocas. Pero el tigrense apostó lo que tenía para quedarse con un lugar en el Senado. El resultado es conocido: la contienda se polarizó entre Esteban Bullrich y Cristina Kirchner y la alocada aventura de Massa y Margarita Stolbizer los dejó afuera del Congreso.
Por eso, el ex candidato a presidente debió echar mano a su título de abogado (ese que consiguió en el 2013 y que nunca había utilizado por estar ocupado en la función pública) y se fue a Nueva York a conseguir acuerdos y clientes para trabajar en su flamante estudio jurídico. “Se está abocando a lo privado, ahora que no tiene que hacer nada”, dice un asesor a NOTICIAS.
El crudo invierno de Nueva York sorprendió a la familia Massa en la semana que pasaron en Norteamérica. Ningún abrigo era suficiente para las jornadas bajo cero que se hacen sentir en la Gran Manzana. De hecho, el ex intendente tigrense debió postergar una de sus reuniones para comprarse ropa térmica y ponérsela bajo el traje. Para el novel abogado, la elegancia está ante todo.
Apañado por el ex alcalde de Nueva York, Rudolph Giuliani, Massa logró reunirse con empresarios para ofrecerles sus servicios de asesoramiento. Será el representante del estudio de Giuliani en Argentina y pondrá el eje en hacer consultoría a sociedades extranjeras que quieran invertir en el país. “Sergio está mostrándole al mundo cómo logró reducir el delito en Tigre”, revelan la estrategia desde su equipo.
La relación de Massa con el ex alcalde neoyorquino, popular por su plan de “tolerancia cero”, comenzó en julio del 2017. El tigrense lo invitó a la presentación de un libro sobre seguridad y desde allí forjaron una comunicación que Massa considera esencial para su armado político. Ese armado que aspira a mantener, aún desde el llano.
FUTURO. El líder del Frente Renovador repartirá su tiempo entre su flamante estudio jurídico –ubicado en su lugar en el mundo, Tigre–, una fundación que prepara y el espacio político que, se ufana, ya tiene autonomía. “El Frente Renovador se fortaleció y ya no es un partido personalista que necesita de Massa todo el día”, dicen cerca del jefe.
En la fundación realizará uno de sus objetivos principales para mantenerse firme en el ámbito político: elaborará con sus equipos técnicos informes sobre seguridad y economía.
Mientras, deberá mostrar sus dotes de líder para que el Frente Renovador no empiece a perder cuadros políticos. Con un peronismo que intenta reconstruirse, muchos dirigentes ven con buenos ojos pegar un salto, o al menos escuchar qué les ofrecen. Massa cree que Macri también podría estar alentando el desarmado de su espacio: “Tiene una obsesión para convertir a toda la oposición en ‘kirchnerista’. Pero bueno, será que sabe que el Frente Renovador tiene espacio para crecer”, le dijo a NOTICIAS en enero, durante su descanso en Pinamar.
El miércoles 7 de febrero volvió al país junto a su familia tras la semana de trabajo en Nueva York. Ya pasaron sus vacaciones en la Costa y ahora viene un tiempo de nuevos horizontes. Casi “exiliado” de la política por una jugada demasiado arriesgada, tendrá que hacer equilibrio para no caerse definitivamente de la escena pública. Si con 41 años se recibió de abogado, no cree que sea tarde para reinventarse a los 45.