Niñez e Internet:
Mientras la tendencia de chicos que viven conectados a sus smartphones crece, un 29% de niños en el mundo no accede a internet. La brecha.
mientras la tendencia de chicos que viven conectados a sus smartphones crece, un 29% de niños en el mundo no accede a Internet.
Niñas,
niños y adolescentes están viviendo buena parte de su tiempo en el mundo virtual, principalmente a través de sus teléfonos celulares inteligentes. Unicef, en su informe presentado a fines del año pasado (ver Bolillero), que analiza el acceso de chicos y jóvenes a la tecnología digital, en especial internet, empleó la expresión “cultura de la habitación” para indicar uno de los efectos de ese fenómeno. Los más nuevos prefieren el aislamiento del espacio privado al uso del espacio público para poder sumergirse en las redes.
Un caso. Una nena que estaba cumpliendo nueve años le pidió a sus padres poder hacer una tradicional “pijamada”. A la madre le gustó la idea y preparó la casa para recibir a seis amigas de su hija. Para su sorpresa, en 15 minutos la habitación que tan especialmente había llenado de posibles juegos quedó completamente silenciosa. Preocupada, fue hacia el cuarto y se encontró lo que ella denomina “una escena bizarra: las chicas estaban todas con sus celulares salvo su hija, que no tenía un smartphone, y que entonces estaba en una esquina, jugando sola.
Para revertir la situación, la mujer le pidió a las nenas que le dieran los teléfonos para que ella los guardara y, así, pudieran jugar todas juntas. Pero no tuvo éxito: al poco rato un par de las niñas empezaron a pedir los celulares para llamar y pedir a sus padres que las fueran a buscar porque “la fiesta estaba muy aburrida”. Otras, rogaron que les devolvieran los smartphones para poder transmitir la fiesta de la cual participaban a otros amigos que estaban online, en redes sociales y chats.
ENCIERRO CONSCIENTE. La nueva tendencia de ver grupos de adolescentes que, aún compartiendo un mismo espacio, interactúan a través de sus celulares se extiende cada vez más. El problema es que ese compor- tamiento tiene consecuencias, porque el tipo de relacionamiento que una persona tiene a través del mundo online es radicalmente diferente del que puede tener con alguien en el mundo real, frente a frente.
Por eso, cada vez más especialistas en psicología, psiquiatría, pediatría, neurología, y más disciplinas, alertan sobre el hecho de que esos jóvenes y niños estén desarrollando un déficit en el proceso de socialización.
DESIGUALDADES. Este es el gran efecto (riesgo, al mismo tiempo), que se da en lugares donde el acceso a internet es fluido, y por eso Unicef, en el informe “Niñez en un mundo digital” señala: “La conectividad puede ser un promotor del cambio para algunos de los niños y niñas más marginalizados del mundo, ayudándolos a desarrollar sus potencialidades y a romper con los ciclos de pobreza intergeneracional”.
La paradoja es que el acceso digital