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Teresa Bo

Es periodista de la señal Al Jazeera y cubrió los conflictos armados de los últimos quince años. Karma, familia, machismo y mapuches.

- VALERIA GARCÍA TESTA @valgarciat­esta

La hija del conocido actor Víctor Bo, es periodista de la señal Al Jazeera, correspons­al de guerra y madre de dos hijos.

Quiero que mis hijos vean lo que es ser una apasionada por algo. El desafío es transmitir­le a las futuras generacion­es de mujeres que el objetivo final no es ser madre sino seguir siendo vos.

Soy

de las fieles creyentes de que hoy las mujeres podemos hacer todo, y que no tenemos que ser un diez, que tal vez, por un tiempo, hay que ser un ocho. Es algo que me costó mucho asumir porque, por mí, estaría en Siria pero en este tiempo priorizo llegar a buscar a mis hijos (Thea,7, y Gerónimo, casi 3) al colegio”, sostiene Teresa Bó. No es mandato. Es elección, y horas de terapia. Nieta, hija y hermana de cineastas que han dado que hablar –Armando, Víctor y Armando Jr. (ganador de un Oscar)-, pronto desplegó sus alas. A los veinte años se fue a estudiar Relaciones Internacio­nales a Washington y buscó la forma de cumplir su sueño: cubrir, entre otros, los conflictos armados de Colombia, Afganistán, Gaza, Siria y Palestina. Hoy es correspons­al en América Latina para la cadena Al Jazeera. Si antes pensaba que no tendría hijos por su compromiso con la profesión, en 2010 se le abrió la tierra en dos: Cubrió el terremoto de Haití, con más de 220 mil muertos, fosas comunes y padres que rogaban que se llevaran a sus niños para asegurarle­s superviven­cia. “Salí de ahí con la necesidad de conectarme con la vida y, a los cuatro meses quedé embarazada. Además, yo había empezado de muy chica, podría haber seguido en lo mismo pero eso te va llevando a una adicción que tampoco es tan sana”.

NOTICIAS: Dice que intenta distanciar­se del dolor que implican los conflictos.

Teresa Bó: Sí, puede sonar muy frío. A veces no lo logro, yo trato, por-

que creo que le debo eso a la persona que nos sigue periodísti­camente. Tiene que ser un relato equilibrad­o, hablás de víctimas civiles o de posiciones encontrada­s y conflictiv­as, en los que ambos creen tener razón. Entonces hay que pelear con los prejuicios propios y suspender un poco la emoción.

NOTICIAS: La correspons­al de guerra argentina Karen Marón dice que quien va a cubrir el horror de la guerra, se escapa de otro dolor.

Bó: A mí me fascina generar puentes de diálogo, mi deber como informador­a es generarle empatía al otro porque creo que es demasiado fácil juzgar. Nuestro trabajo es dar a entender por qué el otro hace lo que hace. Internamen­te, no sé (se ríe), hubiera sido bastante fácil seguir por el camino artístico de mi familia, pero quise hacer uno propio.

Eso de que le hubiera sido fácil es poco probable. Sus intereses eran otros: en la adolescenc­ia, adoraba el mundo árabe y estudiaba el idioma en una mezquita. Contra todo pronóstico, a los 18, aceptó la propuesta de presentars­e en un concurso de belleza. La tentaba el premio económico del certamen, con el que podría emancipars­e. Ganó a nivel nacional y viajó a Estados Unidos para competir representa­ndo a la Argentina. Allí el destino le tenía preparada una situación que parece broma.“¿Sabés quién era el jurado? ¡Donald Trump!”. Cuando tuvo que decir unas palabras, le puso los puntos al actual presidente de Estados Unidos: “Espero que estos concursos sirvan para llamar la atención sobre el sufrimient­o que hay en el planeta”. “Hoy te aplaudiría­n, pero en ese momento, la linda tenía que hacer de linda. Es más, creo que para Trump ese rol todavía no cambió demasiado”, reflexiona. Sin corona (ni dinero), volvió a Buenos Aires y empezó Estudios Orientales. A los dos años, con ayuda paterna y aplicando a una beca en EEUU, transfirió sus materias y fue a estudiar Relaciones Internacio­nales a Washington. Luego hizo una maestría en Resolución de Conflictos Bélicos. “Yo sabía que no quería trabajar acá”.

NOTICIAS: Afuera el apellido era uno más.

Bó: Puede ser. A mí siempre me molestó mucho que me llamen “la hija de Víctor”. Amo a mi padre y estoy profundame­nte orgullosa de él y de mi abuelo, pero también creo que soy muy diferente en muchas cosas. Yo quería estar en Medio Oriente y me fui como free lance. No fue fácil, a veces estuve muy sola.

NOTICIAS: ¿Se jugó la vida en muchos momentos?

Bó: Sí, en varias oportunida­des pero no me arrepiento y, la verdad, creo que lo sigo haciendo. Por ejemplo, en 2010 en Haití hubo un huracán terrible y había que llegar a Gonaives, que estaba inundado. Salimos flotando pero tenía que mostrar lo que pasaba y no era lo mismo hacerlo desde Puerto Príncipe.

NOTICIAS: Lleva el nombre de su abuela paterna y su hermano el de su abuelo paterno. Bó: ¡Sí, mi mamá no tuvo mucha opción, me parece! (ríe) En la Argentina hay una cultura terribleme­nte machista. Más de una vez me dicen: “Bueno, ya está, ya tenés tus chicos”. Y ya está, nada (sube el tono de voz), justamente porque tengo a mis chicos quiero que vean lo que es ser una apasionada por algo. El desafío es transmitir­le a las futuras generacion­es de mujeres que el objetivo final no es ser madre sino seguir siendo vos.

NOTICIAS: Justamente le decía lo de su nombre, porque su abuela fue una mujer fiel al deber ser de su época y sostuvo su matrimonio mientras que el marido tenía una relación amorosa paralela. Al punto de que, antes de fallecer, él le pidió que llamara a Isabel Sarli…

Bó: Yo tenía seis años, tengo los cuentos de mi mamá que estaba ahí. Él se murió con una de cada mano, con las dos, porque tampoco nunca se fue, él estaba en su casa todos los días a la noche para

Lo único que ha hecho la grieta es aumentar el prejuicio sobre el prójimo y es una lástima porque te perdés de conocer a quien puede ser muy interesant­e.

comer. Uno no pretende que mi abuelo, sea el progre de la época y defienda los derechos de las mujeres, pero cuando yo nací, le dijo a mi papá: “Te felicito igual”, porque no era varón, y después era: “Esta rubiecita va a dar que hablar”. Había una cosa muy machista, pero Armando era un tipo apasionado, buena persona.

NOTICIAS: Fue muy bastardead­o por la crítica y después se transformó en un director de culto, ¿cierto?

Bó: Sí, creo que fue de avanzada en un montón de cosas. A mí me gusta mucho el cine de Armando de “Pelota de trapo”, con ese vocabulari­o de chicos de la calle que no se podía mostrar y él lo mostraba igual, pienso que creía fervientem­ente en hacer determinad­o tipo de denuncia social con el cine, erótico o no erótico.

¿Cómo ve Argentina? NOTICIAS: Bó: En la Argentina, como dice mi papá, se cuestiona a Messi, ¿entendés? Creo que tenemos un componente autodestru­ctivo brutal, somos un país con recursos y, a su vez, con niveles de pobreza vergonzoso­s. Me choca bastante cómo se frivolizó el conflicto mapuche, por ejemplo. Recorrí toda América Latina e hice reportajes sobre el tema indígena y en la Argentina hoy los territorio­s indígenas reconocido­s son insignific­antes, los más pobres siguen siendo indígenas. Son personas que tienen un reclamo y, en vez de bastardear­los, hay que centrarse en un Ministerio de Desarrollo fuerte y ver cómo resolver ese problema, no es mandar a Gendarmerí­a, eso no resuelve, es política. Se ha manejado muy mal, incluso desde los medios, esto de no cuestionar que mataron a un chico en el sur (Rafael Nahuel) y la vicepresid­enta de la nación te dice que tenía lanzas… ¿¡Lanzas!? Y si cuestionás eso, te dicen que sos kirchneris­ta, es terrible.

Bó fue parte de la rueda de prensa que CFK dio a medios internacio­nales en 2016. Mientras que en Al Jazeera hicieron un informe sobre la corrupción en la gestión kirchneris­ta que incluyó la respuesta de Cristina sobre si temía ir presa, en Argentina se difundió la edición entregada por la ex presidenta. “Hubo cosas que no me gustaron desde el principio, porque yo siempre entro con mi camarógraf­o y ahí nos dijeron que iba a estar todo filmado por Tristán Bauer. Habíamos acordado que eran tres rondas de preguntas y fue una. Hoy en día, no sé si lo volvería a hacer”.

NOTICIAS: ¿Se sintió usada? Bó: Un poco sí, porque te ponen en la foto como riéndote y yo soy una persona que gesticulo. Yo me reí con Cristina y discutí con ella. También está eso de la sociedad argentina de hoy de que tenés que ir prácticame­nte a matarla… el problema es que hoy todo el mundo va a prisión preventiva, en dos años más salen, no pasa nada. Es como una puesta en escena permanente­mente. Y un poco lo de Cristina fue eso, no fue una entrevista, fue una conferenci­a de prensa con un grupo selecto. Ellos twittearon fotos como que realmente hablaba, a mí no me gustó. Y te atacaban unos y otros.

NOTICIAS: La devoró la grieta argentina, al menos por unos días.

Bó: Lo único que ha hecho la grieta es aumentar el prejuicio sobre el prójimo y es una lástima porque te perdés de conocer a quien puede ser muy interesant­e. A mí me interesa escuchar a la gente aunque sea culpable, no voy a condenarla sino a escuchar.

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 ??  ?? CAMBIOS. Tras cubrir el terremoto que azotó a Haití en el 2010 se decidió a ser madre. Sus dos hijos hoy la inspiran a seguir adelante con la profesión que ama.
CAMBIOS. Tras cubrir el terremoto que azotó a Haití en el 2010 se decidió a ser madre. Sus dos hijos hoy la inspiran a seguir adelante con la profesión que ama.
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CAMINO PROPIO. Como correspons­al de guerra, contra todos los pronóstico­s familiares. Y junto a su padre, el actor Víctor Bo, hijo del mítico cineasta Armando Bo.
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METAS. A los veinte años se fue a estudiar Relaciones Internacio­nales a Washington y buscó la forma de cumplir su sueño: cubrir conflictos armados en Colombia, Afganistán, Gaza, Siria y Palestina.

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