Danza: El reñidero, sobre la obra teatral de Sergio De Cecco. Coreografía y dirección: Alejandro Cervera. Música original: Zypce. Ballet Contemporáneo del Teatro San Martín.
Concierto de la Orquesta Filarmónica de Viena. Director: Gustavo Dudamel. Obras de Brahms y de Chaikovsky. Ciclo “Grandes Intérpretes Internacionales”. Teatro Colón.
En su único concierto en Buenos Aires, que marcó el cierre de su gira americana con Gustavo Dudamel como director invitado, la Filarmónica de Viena ratificó que es la encarnación de la perfección en forma de orquesta. Con un sonido abrumadoramente homogéneo y nítido, la agrupación muestra precisión en cada una de sus secciones. En la “Obertura para un Festival Académico”, de Brahms, que abrió la presentación, se destacaron las sutilezas tímbricas y la pureza del sonido. Inmediatamente después se escucharon las “Variaciones sobre un tema de Haydn”, también de Brahms, que permitieron apreciar los contrastes de carácter entre cada una de las variaciones, hilvanadas con sensibilidad y maestría.
Gustavo Dudamel, el brillante director de 37 años surgido del Sistema de Orquestas Juveniles e Infantiles de Venezuela, lleva más de una década dirigiendo en las principales salas del planeta. Su frescura y excepcional talento, en plena madurez, se complementaron de manera impecable con el rigor y el apego a la tradición de la orquesta vienesa. Con gestos mínimos del director, la agrupación brindó una estupenda versión de la “Sinfonía N°4”, de Chaikovsky, intensamente expresiva y teñida de melancolía.
En todo momento, Dudamel se mostró como un “primus inter pares”. Al recibir los aplausos, persistentes y atronadores, se mantuvo junto a los músicos, con expresiones de agradecimiento hacia ellos y volviendo a subir al podio sólo para dirigir dos piezas fuera de programa: el Vals del “Divertimento”, de Leonard Bernstein, y “Alegría de invierno”, de Josef Strauss.