El reloj de la ira:
Expertos comprueban que durante el atardecer aumenta el nivel de agresividad.
expertos comprueban que al atardecer aumenta el nivel de agresividad.
Es común que las personas con enfermedad de Alzheimer y otras formas de demencia experimenten el síndrome de la puesta del sol: un repentino empeoramiento de las sensaciones de confusión, agitación y agresión. Ahora esa descripción que suelen hacer parientes y cuidadores de personas con demencia tiene una demostración científica: neurocientíficos del Centro Médico Beth Israel Deaconess (BIDMC) comprobaron que hay un reloj circadiano cuyos patrones biológicos regulan a diario los momentos de mayor agresividad. Es un reloj interno que tiene su pico al llegar la noche. "Estos efec- tos que llegan con el atardecer suelen causar que esas personas deban ser internadas en instituciones. Por eso creemos que si los médicos pueden controlar este circuito para minimizar la agresividad al final del día, los pacientes con demencia podrían vivir en su casa durante más tiempo”, explica Clifford Saper, presidente del Departamento de Neurología de BIDMC.
CLAROSCUROS. Sincronizado por la luz y la oscuridad, el reloj circadiano ejerce control sobre los ciclos de vigilia y sueño, la temperatura corporal, la digestión, los ciclos hormonales y otros patrones fisiológicos y de com- portamiento. Esto se sabía, pero lo que aún se ignoraba es si tenía algo que ver con los picos de agresividad y violencia. Fue por eso que Saper y sus colegas comenzaron a observar cómo eran las interacciones agresivas entre ratones machos, y lo hicieron metiendo en el territorio de ratones que estaban en “su casa” a otros, intrusos, en diferentes momentos del día. Cuando tuvieron que analizar y contabilizar intensidad y frecuencia de los ataques de los residentes a los extranjeros, los científicos notaron que los niveles de agresividad de los ratones cambiaba según el momento del día, y que además tenía un ritmo constante.
"Parece que la agresividad se acumula durante el período luminoso, y alcanza un pico cuando oscurece", describe Saper. Luego, los científicos utilizaron herramientas genéticas para manipular las neuronas que regulan el reloj circadiano central. Cuando Saper y sus colegas inhibieron estas neuronas al deshabilitar su capacidad para producir un neurotransmisor específico, los ratones perdieron aquél ritmo pacífico/agresivo que los especialistas habían observado. Esos ratones genéticamente manipulados fueron más agresivos en general,
Los experimentos mostraron que este circuito circadiano mantuvo la agresividad bajo control en la madrugada; estimularlo prevenía el ataque, mientras que inhibirlo, lo promovía. Debido a que la estimulación de las neuronas en cuestión enfría la agresión, Saper sugiere que controlar este circuito podría hacer que las personas sean menos agresivos.