El Perro:
De los '90 a los K y de Montoneros a la era Macri. Su lista “radioactiva” del blanqueo. La última cena con Néstor. Adiós a Página y por qué ya no quiere atacar al Papa.
mano a mano con Horacio Verbitsky. El miedo a Macri, su relación “más fluida” con CFK y sus charlas con Durán Barba. Los setenta y Montoneros. Y la verdad sobre la lista del blanqueo: “Es radiactiva”.
Horacio Verbitsky aprieta los dientes y levanta la cabeza. El patio de la cafetería del Hospital Alemán, el insólito lugar que el periodista eligió para hacer la entrevista, acompaña el silencio impostado, y apenas se adivinan los pasos que hace, a lo lejos, un aburrido mozo en un lunes feriado. Verbitsky baja el mentón, como un boxeador que vuelve a la pelea, y dispara: “Temo que estemos haciendo una entrevista muy pobre”.
NOTICIAS: ¿De qué le gustaría hablar?
Verbitsky: No... eso lo deciden ustedes. Pero no puedo dejar de decir eso, siento que estamos haciendo una versión muy pobre de mi libro. Igual no los acuso a ustedes.
Al periodista quizá le gusta más el libro que acaba de publicar, “Vida de Perro”, una serie de conversaciones con el investigador Diego Sztulwark. Verbitsky lanza la última frase y, de manera totalmente inesperada, improvisa una carcajada con la boca abierta. Lo hace con ganas: no es una risa falsa. La versión de Verbitsky a sus 76 años es desconcertante. Por momentos se suelta y se presta a una charla franca de más de tres horas, a pesar de que, antes de comenzar, dijo que sólo tenía treinta minutos. En esos ratos largos de buen humor, el presidente del CELS se abrirá y contará el miedo que le provoca el macrismo -“son bravos en serio”-, los detalles de la lista del último blanqueo donde está el hermano del Presidente -“es radioactiva, un tubo de plutonio”-, las intimidades, comidas, debates y peleas de una relación muy cercana con Néstor y Cristina Kirchner, su vida durante los años de plomo, cuando militaba en Montoneros junto a Rodolfo Walsh -“ojalá hubiéramos sido jefes, las cosas habrían salido mejor, aunque tuve la suerte de no matar a nadie”-, y su gran deseo y contradicción: “Me gustaría estar equivocado con el Papa”. Sobre todo, dará jugosos detalles de una vida poco contada