Con buen pedigree
La tercera generación del SUV alemán se renovó por completo. Respuesta y seguridad.
Porsche fue uno de los constructores de superdeportivos que tomó la iniciativa de producir un 4x4 allá por el año 2002 cuando por entonces nadie se animaba. El resultado de esa decisión fue tan positiva que en los últimos años comenzaron a sumarse en el mismo camino varios de los constructores más puristas como Lamborghini, Bentley, Rolls Royce, Ferrari, etc. Porche logró la vanguardia en este tipo de modelos que llegó a diversificarse con la incorporación del Macán y hasta darse el lujo de estrenar recientemente la tercera generación del Cayenne. Este última mantiene la identidad en términos de diseño pero sus cambios son muy importantes desde el punto de vista del chasis, suspensiones, transmisio- nes y motores. La renovación de este SUV se basa en la mejora de diversos puntos relacionados con la conducción, que le otorgan mayor confort, óptima dinámica y un rendimiento muy deportivo. Gran parte de esos atributos los consigue por adoptar la moderna plataforma MLB que utiliza el grupo Volkswagen.
Manejamos la versión con propulsor V6 de 340 CV y la eficiente caja automática de 8 marchas, que se destaca por su nivel de repuesta. Un atributo de este impulsor radica en su torque de 45,9 kgm, fuerza que le otorga un nivel de recuperación y aceleración contundentes. En sólo 6,2 segundos alcanza los 100 km/h y su velocidad máxima orilla los 245 km/h. La tracción es integral, de accionamiento automático, aunque con la particularidad de repartir siempre mayor potencia en el eje trasero, para generar cierta sobrevirancia, una característica de la conducción deportiva. Para los amantes de la aventura extrema el auxilio temporal y la ausencia de una caja reductora pueden ser críticos, aunque este Porsche apunta a un público muy reducido, así lo indica su precio ya que se ofrece a partir de 168.000 dólares.