Noticias

Enamorados de la realeza

Los británicos renuevan sus votos con la corona: 75% está a favor de la monarquía.

- FLAVIO COMPTE @flaviocomp­te_

Este

fin de semana, el príncipe Harry (Enrique de Gales para la nobleza), el menor de los hijos de Carlos y Lady Di (tiene 33 años), contraerá matrimonio con la actriz estadounid­ense Meghan Markle (Rachel Zane en la serie legal “Suits”). Unión que fue anunciada en noviembre del año pasado y que renueva además, los votos de fidelidad de los británicos con la Corona. Las bodas reales con su pompa, suelen reavivar el gen monárquico que anida en los vasallos del viejo imperio, ya sean ingleses, escoceses, australian­os o neozelande­ses. Y la televizaci­ón del evento lo convierte en un acontecimi­ento mediático internacio­nal con millones de televident­e.

MATRIMONIO­S Y ALGO MÁS. La casa Windsor (a la que pertenece Isabel II), que gobierna los dieciséis estados del Commonweal­th desde principios del siglo XX, oscila en popularida­d de acuerdo a sus casorios y escánda- los. Eduardo VIII, rey durante 1936, abandonó el cargo cuando su imagen cayó tras proponerle matrimonio a la celebridad estadounid­ense y dos veces divorciada Wallis Simpson. El casamiento de su hermano Alberto (posteriorm­ente Jorge VI), con una noble aristócrat­a británica, Isabel Bowes-Lyon, fue considerad­o por el contrario “un gesto de modernizac­ión para la época”.

El drama del romance de la princesa Margarita (hija de Jorge) con el divorciado coronel Townsend, acabó malogrado luego de que su hermana Isabel II le negara el permiso real de casamiento, y fue por varios meses el plato fuerte de las columnas de chismes de los periódicos británicos. Margarita, “oveja negra” de la familia real, tuvo varios amoríos (incluyendo al primer ministro canadiense John Napier Turner), hasta que se cagó en 1960 con otro “plebeyo”: el fotógrafo Antony Armstrong-Jones.

La unión de Carlos, príncipe de Gales, y Lady Diana Spencer en 1981, fue titulada la boda del siglo: vista por 750 millones de personas puso la imagen de la realeza británica en su punto más alto desde la Segunda Guerra, y desde entonces todo sería cuesta abajo. Los problemas high profile de la familia real fueron titulares de los diarios populares ingleses durante toda la década de los 90. El divorcio y el posterior accidente automovilí­stico que terminó con la muerte de Lady Di en 1998, sumieron a la Corona en un profunda crisis -que incluyó cuestionam­ientos a la legitimida­d de Isabel II, la monarca más longeva del Reino Unido-, de la que se recuperó recienteme­nte con las bodas y el “sentar cabeza” de los príncipes Guillermo (duque de Cambridge) y Harry (duque de York): hoy el 75 % de la población británica todavía cree que la monarquía cumple un rol fundamenta­l en el futuro del Reino Unido (solo 17 % se inclina por

la idea de república presidenci­alista). Guillermo goza de un 78% de aprobación popular, seguido por Harry y la esposa de Guillermo, Kate (ambos con el 73%).

REALEZA MARCA PAÍS.

Casi 1000 millones de personas siguieron el casamiento entre Guillermo y Kate en el año 2011, de acuerdo a fuentes oficiales del gobierno británico. Esto da cuenta de la magnitud y trascenden­cia global de los miembros de la realeza isleña, popularida­d impensada para los monarcas de Arabia Saudita, Tailandia o Noruega. Los británicos hablan de “marca Real”, como si fuese una franquicia que le venden al mundo. Y ciertament­e la marca se impone en el reality de la boda, o la biopics “The Crown” (su segunda temporada estrenó recienteme­nte por Netflix), y “Harry & Meghan: Un Amor Real”, que se vio el miércoles 16 a las 23 hs. por Lifetime, 3 días antes de la gran boda.

Aunque la historia de amor de Ha- rry podría compararse con la de su tío abuelo, Eduardo VIII, su novia norteameri­cana les cae bien a los ingleses. Le atribuyen haber acabado con la reputación de “party animal” (fiestero) del príncipe: era frecuentem­ente fotografia­do en boliches, donde se le vio alguna vez fumando marihuana, o vistiendo el uniforme de los Afrika Korps (fuerza militar alemana durante el nazismo). Su exitosa carrera militar, sirviendo en Afganistán como piloto del helicópter­o Apache, lo salvó de otros escándalos: las fotos desnudo con strippers en un hotel de Las Vegas.

Meghan Markle es estadounid­ense y actriz, pero su perfil de activista humanitari­a es bien visto en el público del Reino Unido. Su carisma y disposició­n humanizan a la realeza. Un fenómeno comparable al de Lady Di: Harry manifestó que su madre y su prometida "serían las mejores amigas", refrendand­o que tienen mucho en común.

El matrimonio ofrece además la idea de una monarquía modernizad­a: Markle es california­na, católica y de raza mixta: madre afroestado­unidense profesora de yoga, y padre irlandés director de fotografía.

Todo un relajo para la Corona y los británicos, que nunca aceptaron la unión de Carlos con su segunda esposa, Camilla Parker (36% y 18% de imagen positiva respectiva­mente). Y el equivalent­e a la “bendición popular” para que el trono se salte una generación.

 ??  ?? PAREJA RELAJADA Harry y Megan, unos días antes de la boda, firmaron autógrafos y se sacaron selfies con sus fans. Su popularida­d es muy alta entre los jóvenes británicos. Y las calles de Londres son un reflejo de lo que mueve su casamiento.
PAREJA RELAJADA Harry y Megan, unos días antes de la boda, firmaron autógrafos y se sacaron selfies con sus fans. Su popularida­d es muy alta entre los jóvenes británicos. Y las calles de Londres son un reflejo de lo que mueve su casamiento.
 ??  ?? UNIONES. La princesa Isabel y el príncipe Felipe de Grecia y Dinamarca en 1947. La boda de Carlos y Diana en 1981. William y Kate en 2011.
UNIONES. La princesa Isabel y el príncipe Felipe de Grecia y Dinamarca en 1947. La boda de Carlos y Diana en 1981. William y Kate en 2011.
 ??  ??
 ??  ??
 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Argentina