Radio: ducción: “Tarde Diego o temprano”. Brancatelli. Con- Con Vero Carelli, Mariano Beristain, Francisco Pesky y Julio Laveglia. Radio Pop, FM 101.5, sábados de 6 a 9.
“Tarde o temprano”. Conducción: Diego Brancatelli. Con Vero Carelli, Mariano Beristain, Francisco Pesky y Julio Laveglia. Radio Pop, FM 101.5, sábados de 6 a 9.
El psiquiatra español Adolfo Castilla del Pino hablaba de un paciente que sufría una pesadilla recurrente: esa persona soñaba con una gaviota que, para sacar el pico (enterrado en la arena), metía la pata. Pero, como entonces le quedaba hundida la pata, volvía a meter el pico. La metáfora viene a colación del conductor radial Diego Brancatelli que, como sugerirá esta nota, algunas veces al abrir el pico mete la pata y cada vez que hunde la pata saca a relucir el pico (juicio que no tiene relación alguna con la filosofía política que el periodista pudiese tener).
El programa del sábado 28 de abril era normal. Ni malo ni bueno: no hacía sombra en la luz ni daba luz en la sombra. Todo consistía en hacer comentarios sobre el tiempo, en dejar explayarse a una locutora que se esmeraba en su trabajo, en dar regalos a la audiencia y emitir un muy buen análisis económico del periodista Mariano Beristain.
Una buena producción, además, sorprendía a algún oyente con una llamada telefónica de sus artistas preferidos: Pablo Lescano (líder de la cumbia villera) o Ángela Leiva (la del hit “Mentiroso de porquería”). Había también burlas para el presidente Macri “vendedor de dólares” y risas parodiando los reportajes televisivos de Luis Novaresio.
Esa mañana, Brancatelli aseguraba que (FM Top 101.5) “es una de las radios más escuchadas del país”, dato cierto pero incompleto: era la más escuchada en 2016 cuando llegó a tener 22.3 de Share, pero en la actualidad está quinta con un Share de 7.7. El programa se iba defendiendo hasta que Brancatelli abrió su columna de homenaje a Diego Maradona y, a pesar de todo lo bueno que se puede decir sobre “el 10”, metió la pata elogiando largamente las consignas “la tenés adentro” (difundida con la sigla LTA) y “la seguís chupando”. Pero lo lamentable sucedió cuando agregó que esas frases eran “la palabra de Dios”. Porque al unir el fanatismo con la falsa espiritualidad conectó el misticismo con la brutalidad, fusión que es propia del discurso represor y fascistoide (lo que no quiere insinuar que el periodista sea fascista). Queda claro que ambas expresiones (tan difundidas) no refieren al placer sexual sino a un goce bestial sobre una persona derrotada y reducida a un agujero en la que un déspota sólo busca un orificio en el que descargar su imbecilidad.
(Por si fuera necesario recordarlo hay que señalar que esas frases, que remiten al abuso, imperaban en los Centros de Detención Clandestina y todavía siguen siendo masivas en la pedofilia, en las violaciones, en las patotas y el machismo).Venía bien el programa: pero el periodista Brancatelli sacó el pico y metió la pata. Una pena.