BILLIONS
En su primer temporada, el fiscal Chuck Rhodes intenta atrapar al rey de los fondos especulativos Bobby Axelrod. Lo hace desde una estructura burocrática pensada hace siglos, la justicia. Inteligente y hábil políticamente, Rhodes no logra condenar al rico que se le escurre de las manos, aunque es culpable. Porque además de sobrarle el dinero para comprar influencias, Axelrod es buen mozo, trabaja en oficinas de estilo nórdico, dona a la caridad y cuenta con empleados brillantes a los que paga bonos de fin de año fabulosos para que le eviten las estocadas con cálculos financiero informáticos. Cansado de luchar con las armas legales, Rhodes decide esperar con paciencia y usar la fuerza de su enemigo para hacerlo caer. Con un ardid logra crear un caos en el que nadie sabe qué está sucediendo ni quién es responsable. ¿Qué tiene que ver esto con Google? Que tal vez, fascinados por lo que la empresa puede hacer por nosotros, no estemos viendo el elefante delante de nuestros ojos: todo lo que hace es gracias a los datos.