LA IMAGINACIÓN AL PODER
En el ciclo “Camino al G20", cuatro reflexiones sobre el legado del Mayo Francés en la comunicación millennial.
El tercer encuentro del ciclo “Camino al G20”, organizado el pasado 7 de junio por NOTICIAS, Embajada Abierta y UADE, coincidió con el Día del Periodista. Y bajo la consigna “La imaginación al poder”, analizó la actualidad de uno de los lema fundamentales del Mayo Francés de 1968, a 50 años de la revolución estudiantiles que marcó a varias generaciones, no sólo en Francia, pero en todo el mundo.
Con Jorge Argüello, presidente de EA (diplomático argentino que actuó como representante argentino ante la ONU entre 2007 y 2011; embajador en los Estados Unidos entre 2011 y 2013; y embajador en Portugal entre 2013 y 2015), a cargo de la presentación del tema de la charla, se desplegaron las implicancias actuales de aquella revolución y sus postulados. El desafío al status quo, al poder y los medios de comunicación (mayormente en poder del Estado o funcionales a este), a las estructuras sociales y las verdades indiscutibles que habían sido dogmas por siglos.
Con Jorge Fontevecchia, CEO de Perfil Network como moderador, el consultor Jaime Durán Barba, la catedrática y analista política Adriana Amado, y el ex canciller Rafael Bielsa, hoy presidente de la Corporación América, desgranaron ante un auditorio colmado en el Aula Magna de UADE, los paralelismos entre aquella revolución estudiantil y las actuales manifestaciones millennials.
JORGE ARGÜELLO “DE LA PRIMAVERA ÁRABE A LAS FAKE NEWS”
En la primavera árabe, diría Humberto Eco en referencia a Internet, el panorama se volvió mucho más complejo que en los ‘60. Antes de existir Internet, Eco había promovido una guerrilla semiótica, que le permitiera a los ciudadanos mantener una actitud crítica frente al contenido de los grandes medios.
Ahora, el semiólogo italiano sentenciaba directamente: “El exceso de información provoca amnesia”. Casi apocalíptico. Y propuso una misión para las universidades: elaborar una teoría y una herramienta para filtrar responsablemente, según él, la montaña gigantesca e inmanejable de datos provistos en la red.
Cerremos este círculo histórico con la última vedette en los desafíos de la comunicación: las fake news. Falsedades rotundas con apariencia formal de información veraz. Es una realidad tecnológica pero también es una realidad política, geopolítica y diplomática. Lo hemos comprobado, sin ir más lejos, en las últimas elecciones presidenciales en los Estados Unidos en el año 2015.
Las fake news definen claramente un nuevo ambiente comunicacional, intervenido por grandes poderes y del que puede ser víctima hasta el propio establishment mediático tradicional. Volvamos a citar a Eco: “Si en los ‘60 la clase política intelectual rechazaba los nuevos medios, ahora los entiende, y más aún, ahora aspira a controlarlos a nivel global”.
Para terminar volvamos a la pregunta inicial, a la pregunta que aportamos al debate. En este nuevo medio ambiente comunicacional, inédito y global, pero sometido a las mismas lógicas del poder de antaño: ¿Cómo harían para llevar hoy la imaginación al poder? ¿Es más fácil y accesible como parece o esconde más riesgos?.
“Sous la plave, la plage”, proclamaban los estudiantes en el París del ‘68, es maravillosa esta frase: “bajo los adoquines, está la playa”. ¿Qué clase de playa habrá debajo de los adoquines digitales de trolls y fake news, para llevar la imaginación al poder? Después de los cordobeses del ‘18, después de los parisinos del ‘68, ahora les toca intentarlo a esta nueva generación.
JORGE FONTEVECCHIA “LA HERENCIA DEL MAYO FRANCÉS EN EL PERIODISMO”
Me parece oportuna una reflexión sobre la herencia del Mayo Francés en el periodismo y los medios de comunicación. Yo veo que se pone mucho acento en el tema de las herramientas, si hoy es Twitter, si es la televisión, si era antes la radio. Y me parece importante ver detrás de las herramientas, qué hay verdaderamente nuevo, y cuánto de lo que se dice finalmente no es tan nuevo, sino está revestido de novedades que son solamente aparentes.
En lo que sucedió en la Argentina en Córdoba a principios del siglo pasado, en lo que sucedió en Francia en las últimas tres décadas, la clave son los jóvenes. La juventud fue un invento del siglo XX, no existía juventud hasta el siglo XIX. A los 13 años se iba a trabajar, solamente eran universitarios el 0,1 por ciento de la población, que era la que podía tener recursos como para continuar estudiando. Es decir, la juventud es el resultado de un avance de la humanidad que permitió que haya un exceso de producción, que genere un estiramiento en la edad que comienza a producir. Es decir, una cantidad de personas que pasan más años consumiendo sin produ-
cir. Este es el primer elemento con el cual se explica a la juventud como actora, no solamente del Mayo Francés sino de otros hechos.
Pero tanto se habla de los medios que me gustaría poner foco en esta introducción, en desmitificar aquellas cosas que parecen novedades, como por ejemplo las fake news, que simplemente es un cambio de nombre pero existió toda la vida. Se llamaban mentiras, o se llamaba propaganda, y simplemente adquiere nuevas denominaciones para continuar su rumbo. Pero son exactamente las mismas cosas que sucedieron siempre en la historia de la humanidad. Y que más allá de que la discusión se haya hecho con grafitis en la Primavera árabe, o en Twitter hoy, la cuestión de fondo que se planteó en el siglo XX, en distintas manifestaciones, es algo mucho más profundo que es una relación con la verdad. O sea, lo que estaba en discusión en el Mayo Francés, que nos toca a los medios en particular, es que había una ingenuidad metafísica, propia del dualismo cartesiano, la idea de que había una representación en la mente real de la cosa, que había hechos que eran objetivos. Había interpretaciones, pero los hechos eran objetivos. ignorando que nunca sucede una sola cosa al mismo tiempo. Ante un mismo hecho, cada uno contará que vió algo distinto. Y son verdades, no son falsedades, no es que hay una sola narración de esto que va a suceder hoy aquí. Suceden muchas cosas y cada uno va a recortar de lo que está sucediendo, una parte.
Hasta el siglo XIX, y entrado el siglo XX, existía la idea de que la verdad era unívoca, y había una oposición entre unívoca y equívoca. Era esa verdad y el resto estaba equivocado. Eso valía tanto para la mirada de los países comunistas, la ex Unión Soviética exuberante, y el mundo capitalista por el otro lado. Los dos se basaban en ideas fuertes, duras, hay una sola verdad. Y lo que el siglo XX vino a demostrar era que esa ingenuidad metafísica, esa soberbia epistémica, estaba mal.
En la Argentina los coletazos del Mayo Francés los tuvimos en la comunicación con el periodismo en el gobierno anterior. Son exactamente las mismas discusiones respecto si hay una verdad, si los medios simplemente lo que hacen es tener lenguaje preformativo, que dicen y transformar en verdad simplemente lo que dicen por tener la capacidad de decir; o si finalmente el oráculo no predice sino finalmente prescribe, y hace que sea verdad lo que está diciendo simplemente porque tiene el poder. Lo que decía Foucault es que la verdad es simplemente una construcción del poder, aquello que tiene el poder de imponer como verdadero su propia perspectiva.
La post verdad encierra la idea de que entonces hubo una pre verdad. Si hilamos un poquito más fino vamos a ver que la pre verdad y la post verdad, son parte de lo mismo. Hay una discusión entre una idea dualista, de que existe una representación de la cosa en la mente, o sea una verdad. Y una discusión respecto si existen verdades alternativas. Como decía la asesora de Donald Trump, “hechos alternativos”, ya no interpretaciones alternativas.
La pre verdad era el mito, la ciencia vino a aportarnos la ver-