La lectura como arte: al mando de Soledad Costantini, Malba Literatura es uno de los espacios más activos en creación y crítica fuera de la Academia.
Al mando de Soledad Costantini, malba literatura es uno de los espacios más activos en creación y crítica fuera de la academia.
Paul Auster y John M. Coetzee estuvieron hace muy poco juntos en un escenario para hablar del libro “Aquí y Ahora”, que entrecruza la correspondencia que ambos mantuvieron durante años. En la zona de depósito, una archivista terminó de clasificar para su preservación todo el material recolectado del escritor Rodolfo Fogwill —estrecho amigo de la casa- a quien le rinden memoria. Por las galerías y los salones del museo cientos de lectores encontraron su rincón para leer en la sexta edición del Reading Party. Y ahora, mientras la primera becaria de la Residencia de Escritores —una francesa nacida en Singapur—se pierde por las calles de Buenos Aires en busca de su esencia poética, la oficina de publicaciones envía a imprenta las primeras tres entregas de la Colección Cuadernos, una serie de ediciones nacida para atesorar y poner al alcance alcan del público general el resultado de entrevistas, cursos y charlas sobre temas y autores caros a los afectos de todo amante de la literatura.
Los días en las modernas oficinas de Malba Literatura son intensos, varios son los proyectos p que se estudian en la mesa de trabajo y hacerlos viables via es el desafío cotidiano. “Hace “Hac 17 años este departamento se dedica ded a difundir la literatura, a acercar más má lectores y a apoyar a escritores, creadores, poetas y filósofos”, cuenta Soledad Costantini, quien dirige esta usina de divulgación y es además pionera en el arte de insertar la literatura en el hábitat de un museo. “Tenemos actividades gratuitas abiertas al público en el auditorio y tres cursos mensuales como parte del programa de formación. Trabajamos con embajadas, centros culturales, con otros gestores culturales, con editoriales y difundimos literatura a través de cursos, conferencias, homenajes y de ciclos de documentales”, agrega.
Entre las actividades que ha realizado Malba Literatura en estos años se cuenta un extenso programa de visitas internacionales con nombres que van desde Pamuk a Alessandro Baricco. Muchas de estas visitas se dan en el marco de Filba, el Festival Internacional anual de literatura en el que Malba participa activamente.
En paralelo, el departamento realiza una gran tarea de formación, fuera de los límites académicos, en cursos, seminarios, entrevistas públicas y ciclos de cine con los principales referentes del campo intelectual
nacional.
Otra idea interesante, son los cursos que apoyan las grandes muestras visuales del museo y ponen en relación la reflexión estética, filosófica en general o literaria.
Este mes, por ejemplo, hay tres actividades imperdibles gestadas por Malba Literatura. Se inicia un ciclo de talleres de creación para niños y niñas (miércoles 18 y 25 de julio a las 15.30). El lunes 23, hay un diálogo entre Ricardo Monti y Javier Daulte sobre el proceso creativo en la novela y el teatro. Y en agosto, se da inicio a un seminario sobre Kafka, con claves para leer el cuerpo entero de su obra (inicia 16 de agosto).
ÚLTIMA NOTICIA. Entre las novedades del momento —cada estación trae las suyas— también está la llegada de la primera escritora becada para la Residencia de Escritores Malba 2018 (REM), seleccionada por un comité honorario que estuvo integrado por John M. Coetzee (Premio Nobel sudafricano en 2003), por Luis Chitarroni (editor y escritor argentino) y por la propia Soledad Costantini, entre otros. Se trata de un programa de inmersión en Buenos Aires de cinco semanas, para darles a los escritores que muchas veces pasan por la ciudad en breves giras editoriales, de dos o tres días, la oportunidad de conocer y de captar el pulso del país.
“Una de las condiciones era que debían tener al menos dos libros publicados. Se les pidió una carta de interés y de presentación en la que tenían que desarrollar el proyecto sobre Buenos Aires en el que trabajarían acá —explica Constantini—. Nos interesaba que tuvieran algún conocimiento sobre la literatura argentina y que supieran a dónde estaban viniendo. En el caso de la escritora Fiona Sze-Lorrain, que ahora está en la ciudad, fue lectora de Borges, de Silvina Ocampo, de Alejandra Pizarnik e íntima
amiga de un traductor de la obra de Borges al inglés. Tiene familiaridad con la poesía argentina” (Ver recuadro).
EDITAR. Para capitalizar todo el conocimiento que se genera en este espacio de prestigio internacional, entre julio y noviembre se publicarán las primeras tres entregas de la Colección Cuadernos, pensada con el propósito de difundir el rico archivo de cursos y seminarios que guarda Malba Literatura. “Además de salir a la venta estas publicaciones—resalta Costantini—, este año, gracias al apoyo de Mecenazgo de la Ciudad, vamos a tener un porcentaje de la tirada que va a estar destinado a la distribución en bibliotecas, en centros culturales y en universidades de todo el país”.
El Cuaderno 1 se titula “Juan José Saer: Seamos realistas (a pesar de todo)” y reúne las clases que dictó Aníbal Jarkowski (escritor y docente universitario) en el auditorio en 2011, e incluye la entrevista realizada a Saer por Guillermo Saavedra en 2002. “Breve historia argentina de la literatura latinoamericana (a partir de Borges)” es el nombre del Cuaderno 2, y es la compilación de las clases dictadas por Luis Chitarroni en 2016; por último, y por ahora, el Cuaderno 3 conduce a una narrativa cautivante y tan en boga por estos días: “Una introducción a la literatura japonesa del siglo XX”, clases a cargo de Anna Kazumi Stahl.
PUENTES Y REDES. La avidez de Soledad Costantini por la literatura y su divulgación fue delineando desde 2001 un derrotero de visitantes ilustres y a su vez, de puentes que conectan hoy a autores argentinos con el mundo. “Como resultado de los programas que nacen desde el Museo, y en este caso también de la Cátedra John M. Coetzee de la Universidad Nacional de San Martín, este escritor sudafricano, residente en Australia, comenzó a traer escritores a Buenos Aires desde Mozambique, Sudáfrica o Australia, y sus obras fueron traducidas por UNSAM Edita”, explica Costantini y destaca la sinergia y el juego de conexiones que exige estar al frente de la gestión cultural. “A su vez, a partir de esto, y como una forma de agradecimiento de John a la UNSAM y al país por todo lo que difunden su obra, se abrió en Australia una residencia para escritores argentinos, en la que ya estuvo Pedro Mairal. Este año irá Mariana Dimópulos, y el que viene, Mariana Enríquez. No sólo eso sino que también ya se están publicando y traduciendo al inglés en Australia a nuestros escritores gracias a estos puentes. Esto es algo que se va armando entre países, son las redes que se tejen”.