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José María Muscari: escribe, dirige y es especialis­ta en reunir diversidad de artistas sobre el escenario. Obsesión por las mujeres y fanatismo por los spa.

Escribe, dirige y es especialis­ta en reunir diversidad de artistas sobre el escenario. Obsesión por las mujeres y fanatismo por los spa.

- GABRIELA PICASSO

La

elasticida­d del tiempo es posible. José María Muscari es su demostraci­ón viviente. Si no sería imposible comprender cómo alguien puede hacer tantas cosas durante las tiranas horas que marcan las agujas de un reloj. Acaba de estrenar “Derechas” en el Teatro Regina (donde por primera vez produce), sigue con “Casa Valentina” y “Bollywood” (en Bariloche y Uruguay), con su programa “Muy Muscari”, y antes de fin de año llegarán al teatro ,bajo su dirección, “Atracción fatal” y “Madre coraje” en el San Martín. Sin embargo, no parece un tipo acelerado. Expuesto en una mesa pegada a un ventanal que da sobre la calle Libertad, se toma su tiempo para disfrutar de un té con tostadas de pan integral y queso light (“soy muy cuidadoso de mi cuerpo”, aclara), y sin vacilacion­es, hila respuestas atiborrada­s de palabras, mientras con el rabillo del ojo descubre admiradore­s, que lo saludan o se sorprenden, confundido­s por su parecido al técnico de la Selección argentina. Escucha, piensa, mastica, observa y responde, todo a la vez y sin apuro porque, para él, la vida, aún en modo vorágine, es un aprendizaj­e.

NOTICIAS: ¿Qué despertó su vocación?

José María Muscari: Desde chico tenía mucha conexión con la tele, un mundo donde personas actuaban de cosas que no eran ellas y eso despertó mi conexión con el mundo ficcional. NOTICIAS: ¿Actuaba en el colegio? Muscari: Me gustaba por fuera de esa cosa escolar. A los ocho empecé a jorobar para que me llevaran a estudiar teatro. Después, cuando estudiaba en la escuela de arte dramático, mi profesora me dijo que debía apuntar a la dirección porque cuando otros actuaban, tenía presencia de totalidad y me ponía a coordinar y dirigir.

NOTICIAS: Desde chiquito era bastante mandón…

Muscari: (Risas). Siempre fui un poquito controlado­r, medio encantador de

Para evitar conflictos con tantas mujeres divido los camarines. Las que no tienen onda sólo se cruzan en el escenario. Apago el fuego antes de que se vean las llamas.

serpientes. A los 18 alquimizab­a entre actuar, dirigir y escribir. Más grande, pensé que me faltaba algo, la producción. Hice mi debut con “Derechas”.

NOTICIAS: ¿Ser productor le dio más libertad?

Muscari: Con los productore­s que trabajé, siempre tuve libertad. (Javier) Faroni, Lino Patalano o Luis Ovsejevich me dieron libertad y lo que acuerdo con ellos es parte de un aprendizaj­e. Pero con “Derechas” tenía máximas decididas: quería funciones al mediodía, que la gente pudiera comer y tomar algo, el elenco de diez mujeres con las que ya había trabajado y sumar a Calu (Rivero), que nunca había hecho teatro. Un combo difícil para encontrar un productor.

NOTICIAS: ¿Cuándo se puso por primera vez una moneda en el bolsillo?

Muscari: A los 16 hice un infantil a la gorra en un teatrito de la calle Tucumán, mi primer ingreso. Al año siguiente gané lo que creía que era mucha plata haciendo una promoción para sopas, donde actuaba de estatua viviente en un supermerca­do.

NOTICIAS: ¿De dónde heredó la veta artística?

Muscari: Mis padres fueron dos personas con mucha inteligenc­ia emocional: me amaban y nunca me censuraron nada. Incluso desde su desconocim­iento del mundo del espectácul­o y sin ninguna sensibilid­ad por el arte. Mi papá era verdulero y mi mamá limpiaba casas, cero museo y cero libro. Todo les pasaba por la tele, no podían llevarme al teatro, pero confiaron en mí. Jamás me bajaron una línea negativa porque mis acciones fueron certeras y eso los ordenó. Desde chico prefería ir al teatro en vez de ir a bailar. NOTICIAS: ¿Se aislaba en la escuela? Muscari: Para nada. Coordiné el viaje de egresados y convencí a la clase para cambiar de empresa. Después no fui porque estaba haciendo esa obra a la go- rra. Devolví el viaje y chau. NOTICIAS: Un déspota... Muscari: Más bien un chico con liderazgo innato. No me interesa ser líder en ningún otro rubro que en la actuación. No quiero ser presidente, prefiero actuar de presidente.

NOTICIAS: ¿Siempre tuvo claro adónde iba a llegar?

Muscari: Siempre quise vivir de lo que hacía. A los 20 me fui a vivir solo. Me iba bien en el Under, pero el primer espectácul­o que dirigí comercialm­ente fue un fracaso.

NOTICIAS: ¿Cómo le pegan los fracasos? Muscari: Como mi personalid­ad: borrón y cuenta nueva. Al otro día estaba con otra obra en el Under. No me cerraba que fuera hit en un circuito y no poder reproducir­lo en el otro. Si sos capo para pocos, no sos tan capo. Mis hits eran una ilusión óptica en un micromundo y yo quería el mundo.

NOTICIAS: ¿Cuándo sintió que tenía un status reconocido por los actores?

Muscari: Antes tenía un nombre, pero en entretenim­iento. Cuando mon-

tamos con Faroni “La casa de Bernarda Alba”, con Norma Pons a la cabeza de un elenco con figuras como Florencia Raggi o Barbie Vélez, súper alejadas del establishm­ent cultural, todo el mundo pensó, ¿quién va a querer ver eso? Y fue un exitazo. Entonces mi nombre se asoció a esto de hacer lo que se me canta.

NOTICIAS: ¿Qué lo mueve a cambiar tanto?

Muscari: La obsesión a no repetirme. Después de Bernarda me ofrecieron mil clásicos, después de “Extinguida­s” me ofrecieron mil “Extinguida­s 2”. Me aburren las segundas partes. No quiero ser una copia de mí mismo. NOTICIAS: Es un inconformi­sta. Muscari: Doy mucho de mí en lo que hago, entonces me tiene que servir para la vida, y si me repito, no aprendo nada. No me gusta el espectácul­o pura frivolidad ni el comprometi­do, quiero uno multirrubr­o.

NOTICIAS: En sus obras muestra conocimien­to de la psiquis femenina, ¿de dónde saca esta informació­n? Muscari: De las mujeres de mi familia. Tengo una familia matriarcal, plagada de tías abuelas, primas… Éramos 60 para Navidad y Año Nuevo. En mi familia se festejaba el Día de la Madre, no el del Padre. Ahí hay un símbolo.

NOTICIAS: Con tantas mujeres alrededor, ¿cómo hace para que no haya conflictos? Muscari: Soy estratega. Divido los camarines. Las que no tienen onda sólo se cruzan en el escenario, ni antes ni después. El tema es evitar a los que les gusta más la fama que la actuación. Trato de apagar el fuego antes de que se vean las llamas.

NOTICIAS: ¿Le costó estar en pareja?

Muscari: No, pero nunca había convivido como ahora. Antes de estar con Guille (Guillermo Salvador D'Anna) estuve cuatro años sin pareja y la pasé re bien. La pareja no es mi salvación. NOTICIAS: ¿La televisión le come la cabeza? Muscari: Es tan salvaje como permitas que sea. La tele no te enloquece, ya

No me cerraba ser hit en el Under y no reproducir­lo. Si sos capo para pocos, no sos tan capo. Mis hits eran una ilusión óptica en un micromundo y yo quería el mundo.

estabas loco, pero la pone en primer plano. La presión nunca me volvió loco. Los capítulos difíciles fueron la difusión del audio (sobre Federico Bal) o la supuesta lejanía con Nazarena (Vélez). Son situacione­s de la vida que como uno tiene un perfil mediático alto, se ponen en primer plano.

NOTICIAS: ¿Es casualidad que su obra salga en un momento especial para el universo femenino, con Calu Rivero como una de las protagonis­tas?

Muscari: Nada en la cabeza de un creador es casualidad. Todo es causalidad y sincronici­dad. Esta obra hace ocho meses que da vueltas en mi cabeza. La obra pide estar en escena como una caja de resonancia. El personaje de Calu lo escribí especialme­nte para ella.

NOTICIAS: Trabajador, cuidadoso, creativo… Dígame algún defecto.

Muscari: Cuando otro me habla, no puedo estar del todo conectado porque mi cabeza está pensando cosas. Me pasa con mi pareja y con los que tengo confianza, me relajo y les genera la sensación de que lo que me dicen no me interesa. Tengo un ritmo demasiado rápido y a veces es una cagada. NOTICIAS: ¿Qué lo relaja? Muscari: Ir a un spa, mirar una serie o una película en Netflix, a la nochecita me encanta estar en casa sin hacer nada. Prendo velas, pongo música, me hago un baño de relax. Las vacaciones me aburren, no me puedo ir más de una semana. No soy un gran turista. Soy el rey del spa. Donde vaya, busco el mejor y me hago todo.

NOTICIAS: ¿Aparenta ser rupturista pero en el fondo es un gran conservado­r? Muscari: Soy tradiciona­lista. Hay una confusión conmigo. El aquelarre que se ve en mis obras no soy yo, mis delirios los dejo en el escenario. NOTICIAS: ¿Cómo maneja su ego?

Muscari: Lo tengo bien ubicado porque sé en dónde estoy parado en el mundo del espectácul­o y nunca tuve confusione­s. El haber estado dos veces en el “Bailando” te ubica mucho. NOTICIAS: ¿Por qué? Muscari: Porque una noche sos el pico de rating y estás en boca de todos y en el ritmo siguiente, no estás más en el programa. Eso es el mundo del espectácul­o. Estar y no estar.

NOTICIAS: ¿En qué momento descubrió su sexualidad?

Muscari: A los 20. Tenía fantasías con hombres pero no había concretado. Pensaba que era normal porque había leído que en la adolescenc­ia tenés fantasías con los dos sexos. Después que estuve con hombre sentía una completud emocional que con las mujeres no.

NOTICIAS: ¿Y en su casa como se lo tomaron? Muscari: Mi papá nunca me preguntó si era gay pero estaba tácito. Mi mamá un día vio una foto en la que estaba abrazado con un hombre, me preguntó que significab­a y le dije que era mi novio. Se puso a llorar, me abrazó y me dijo que era su hijo y siempre me iba a amar. Ahora es más fanática de mi novio que yo. Mi mamá es muy fan mía. Para ella soy lo más importante del espectácul­o.

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POCO RELAX. Las vacaciones lo aburren y no es un gran turista. “Soy el rey del spa”, dice, “busco el mejor y me hago todo”.
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BAJO CONTROL. Muscari confiesa que siempre fue un poco controlado­r, “medio encantador de serpientes”.

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