Alerta sanitaria
Tuberculosis e infecciones de transmisión sexual, en aumento continuo.
La tuberculosis viene incrementándose año a año, con picos en ciertas zonas del país. Es un emergente de la pobreza, el hacinamiento y la mala alimentación.
“Lo de la tuberculosis es alarmante, en los últimos dos o tres años los casos están aumentando y no se está haciendo mucho al respecto.”
Lasalarmas de la población se encendieron cuando hace pocos días la Unión de Empleados del Poder Judicial de la Nación (UEJN) manifestó a través de un comunicado que a mediados de marzo una trabajadora de Comodoro Py dijo haberse contagiado tuberculosis durante una declaración indagatoria. A los dos días, se denunció un segundo caso, en el juzgado de Instrucción N° 30. En total, la cantidad de funcionarios judiciales diagnosticados con tuberculosis son seis, todos confirmados por Marcela Natiello, del Hospital Francisco José Muñiz, especializado en enfermedades infecciosas.
Sin embargo, la tuberculosis es un problema de Salud Pública en la Argentina ya desde hace al menos tres años, y sigue en aumento.
El mismo Ministerio de Salud de la Nación especifica en su último Boletín sobre Tuberculosis en la Argentina emitido en marzo último que “durante el 2016 en la Argentina se notificaron 11.560 casos y la tasa de notificación de tuberculosis aumentó nuevamente con respecto al 2015: de 24,9 a 26,5 por cada cien mil habitantes, con importantes diferencias según jurisdicciones”. Ese año las muertes por la enfermedad fueron un 5% más altas que las registradas en el 2015. Y dos de cada tres muertes ocurrieron en personas menores a los 65 años.
En el año 2009 se había producido una brusca caída en los casos, que volvieron a subir levemente para seguir cayendo en el año 2013 a su mínimo histórico desde 1980. Pero a partir del 2015 el aumento sigue siendo sostenido. Hasta el año pasado, la suba fue del 6%, de acuerdo con la Asociación Argentina de Medicina Respiratoria.
A nivel mundial, la tuberculosis es la novena causa de muerte y la primera de enfermedades infecciosas. Se estima que en 2016 más de 10,4 millones de personas contrajeron turberculosis: el 90% eran adultos, el 10% tenía coinfección con el virus de inmunodeficiencia adquirida (VIH) y se registraron 1,3 millones de muertes.
Todas las jurisdicciones del país
tuvieron un aumento de casos de la enfermedad, aunque el incremento varió por zonas. Siete jurisdicciones se ubicaron por encima del promedio nacional de suba (del 23,9 por cada cien mil habitantes): Jujuy (55) , Salta (46), Formosa (36), Chaco (36), Buenos Aires (35) y CABA (30). De hecho, Buenos Aires notificó casi la mitad (49%) del total de casos nuevos y recaídas y el 73% de los casos con tratamiento previo.
“Lo de la tuberculosis es alarmante, en los últimos tres años los casos están aumentando y no se está haciendo mucho al respecto -describe Omar Sued, Director de Investigaciones Clínicas de la Fundación Huésped-. En la Ciudad de Buenos Aires sólo sabemos qué es lo que sucede en un 20% de los casos tratados, lo que significa que la ciudad no está haciendo esfuerzos por acompañar a los pacientes para que terminen el tratamiento. La tuberculosis se trata gratuitamente y se cura, pero en CABA se ve que no ha sido posible implementar lo que es factible implementar. En Córdoba o en Jujuy se tiene información de más del 95% de los casos. Aquí, de apenas el 21% de los mismos”.
La 67a Asamblea Mundial de la Salud de la Organización Mundial de la Salud (OMS) aprobó en el año 2014 la Estrategia Fin de la Tuberculosis, cuyos objetivos para 2025 parecen estar muy lejos de ser cumplibles en la Argentina: reducir las muertes por tuberculosis en un 75%, bajar la tasa de incidencia en un 50% y disminuir los costos para las familias afectadas.
Mientras tanto, los médicos del conurbano bonaerense se muestran muy preocupados por la situación: y es que la tuberculosis es una enfermedad que pega más duro cuando hay pobreza, hacinamiento y hambre. “En San Isidro la tuberculosis es endémica pero el año pasado el aumento de casos fue alarmante -dice un médico infectólogo que pide mantener reserva de su identidad-. Sin embargo, el intendente no quiso declarar la emergencia”.
Siempre los sectores pobres y jóvenes son los más afectados. "También tienen más riesgo de enfermarse de tuberculosis las personas que no se alimentan bien, las que usan drogas, quienes están privados de su libertad y las personas con VIH -describe Sued-. Lo que hace falta son sistemas de salud que funcionen, hospitales que tengan equipos de infectología, en la Ciudad de Buenos Aires hay muy pocos hospitales con servicios de infectología, trabajadores sociales que busquen a aquellas personas que abandonan los tratamientos, incentivos para terminar esos tratamientos (como la Ley 10.436 de la provincia de Buenos Aires, que otorga un sueldo al afectado de tuberculosis mientras está en tratamiento, con el objetivo de incentivar el cumplimiento, métodos diagnósticos (hoy apenas dos hospitales que tienen la posibilidad de usar una máquina que diagnostica en menos de dos horas si una persona tiene una tuberculosis sensible o resistente, aún cuando la OMS lo recomienda hace años).
SIN PROTECCIóN. La tuberculosis, además, se asocia en once de cada cien casos con el HIV. Y el HIV, con el sexo sin protección. Y el sexo sin protección es la puerta de entrada a variadas Infecciones de Transmisión Sexual (ITS), que también crecen a lo largo de toda la Argentina.
En el país se registró un aumento de los casos de sífilis (otra enfermedad que, como la tuberculosis, tiene un largo prontuario en la historia de los seres humanos) de más del 30% en los últimos tres años. De acuerdo con los últimos datos del Boletín Epidemiológico del Ministerio de Salud en Buenos Aires el incremento fue casi del 28% entre 2015 y 2016.
CABA pasó de contabilizar 1.898 casos en 2015 a 1.967 en 2016 (aumento del 4,6%); en Córdoba las personas a las que se les detectó la enfermedad creció un 19% (de 981 a 1.210), en Santa Fe, un 15% (937 a 1095); en Mendoza un 55% (142 a 315); en Chubut el 58% (57 a 135) y en La Pampa, un pico estruendose del 80% (24 a 117). La tendencia alcista continuó en el 2017 y en lo que va del 2018, sin cifras concretas aún y teniendo en cuenta que no todos los
casos logran ser identificados.
En el Hospital Posadas se registraron en el 2015 un total de 112 casos de sífilis, 44 en embarazadas y 20 de bebés nacidos con sífilis congénita, mientras que en 2016 los casos totales aumentaron a 183, las embarazadas fueron 62 y los bebés 32. Organizaciones médicas de la provincia de Buenos Aires y de CABA dicen que no se trata sólo de la sífilis, sino de casi todas las ITS. Los cálculos de la OMS hasta agosto del 2017 indican que cada año 5,6 millones de personas contraen sífilis y se estima que 357 millones se contagian alguna de estas cuatro ITS: clamidiasis, gonorrea, sífilis o tricomoniasis.
“Es difícil hacer estimaciones de cuánto aumentaron, porque las estadísticas en ITS son muy poco confiables. Los gobiernos deberían recabar esta información de todos los laboratorios públicos y privados y eso no se está haciendo -advierte Sued, presidente del XVI Congreso Nacional de Infectología-. Lo que vemos es que cada día siguen apareciendo infecciones, y que no estamos respondiendo en forma adecuada. Hoy por hoy es muy difícil tener acceso a pruebas diagnósticas para clamidia y gonococo. Es muy arduo también encontrar un lugar donde tratarse la sífilis (que requiere inyecciones de penicilina y la mayoría de las farmacias no quieren colocarlas), y es llamativa la falta de información y de campañas de comunicación.”
¿A qué se le atribuye este aumento en los casos de ITS? A diversos factores, admiten los expertos. Sued trata de hacer un apretado resumen: “Hay muchos factores asociados, principalmente el cambio de los modos de relacionarse y de las conductas sexuales. Es un aumento que se ve en todo el mundo, y que coincide también con el auge de las redes sociales como herramientas para contactar parejas sexua- les. Por eso es difícil pensar que sea algo que se restrinja sólo a la Argentina”. Pero a nivel local hay situaciones que oscurecen ese panorama general. “Por supuesto que la falta de campañas, la falta de recursos y la falta de seguimiento de los pacientes empeoran la situación. Como ejemplo, Buenos Aires es una de las pocas ciudades que no tienen centros de atención de infecciones de transmisión sexual”. DENGUE, ZIKA Y CAMPAñAS. Pero la mala salud no se queda aquí. Hay clásicos y nuevos actores que siguen al acecho. “En la semana epidemiológica 24 se registra en Argentina transmisión de virus dengue serotipo DEN-1 en las provincias de Chaco, Corrientes, CABA y Formosa y transmisión de virus Zika en la provincia de Salta”, según muestra el Boletín integrado de vigilancia emitido en mayo por la Dirección Nacional de Epidemiología y Análisis de la Situación de Salud del Ministerio de Salud.
La situación del Zika en Salta está catalogada actualmente como de “brote”, y afecta a cinco localidades de la provincia, con un total de 40 personas contagiadas. Además de un caso en La Matanza, provincia de Buenos Aires. El dengue está, aunque poco se hable de él. “Hasta la semana 24 se notificaron casos positivos para dengue
La sífilis aumentó su incidencia casi un 30%, y es llamativa la falta de información y de campañas de comunicación preventivas.
sin antecedente de viaje hacia áreas de circulación viral confirmada en 14 provincias que constituyen situaciones de riesgo”, advierte el informe.
Vacunación mediante, la Argentina certificó la eliminación de los virus de sarampión y rubeola ante la Organización Panamericana de la Salud (OPS) y la OMS. Sin embargo, desde la eliminación de la circulación endémica de sarampión se registraron en el país 29 casos importados y relacionados con la importación: 3 de ellos sólo en el 2017, en la provincia de Tucumán. Y este año 2018 nos encuentra con 3 casos confirmados de sarampión en CABA y 49 casos en estudio en todo el país, sujetos a modificaciones. Salta otra vez, tuvo hasta mayo 72 hospitalizaciones por meningitis viral, lo que ya entra en la categoría de brote.
Detección, tratamiento, seguimiento, prevención. Cada uno de los eslabones de esta cadena parecen estar en corto circuito actualmente.
NOTICIAS: ¿Hay disminución en la provisión de retrovirales contra el VIH? ¿Faltante de otras drogas relacionadas con las ITS?
Omar Sued: No ha habido faltante de fármacos para tratar el HIV en los últimos 15 años. Lo que falta es seguimiento y campañas. Faltan también herramientas diagnósticas, por caso, que en los hospitales haya forma de diagnosticar clamidia y gonococo de una manera rápida, con pruebas moleculares, y que el Estado busque proactivamente la información de casos en los hospitales públicos privados y laboratorios públicos y privados. “Y campañas de prevención, ni hablar, comentame cuándo fue la última campana de sífilis o de tuberculosis que recordás”.