Inviernos locos
El efecto invernadero explica las oscilaciones de temperatura que se dan entre estaciones.
La acumulación de gases de efecto invernadero producidos por la quema de combustibles fósiles ya aumentó las temperaturas del aire en verano, y provocó fuertes oscilaciones en las temperaturas anuales del hemisferio norte. Es lo que demuestra un análisis de muestras satelitales recolectadas por décadas y, de acuerdo con los climatólogos, confirman que son los seres humanos quienes están cambiando los ciclos estacionales en la baja atmósfera.
Investigaciones previas indicaban que el calentamiento global está alte- rando las estaciones en la superficie de los suelos, originando que la nieve se derrita antes, impulsando la migración animal y prolongando las estaciones en las que suele haber incendios. El último estudio, que toma los registros satelitales de las temperaturas desde 1979 hasta 2016, es el primero que señala la presencia de cambios estacionales en la atmósfera.
Es decir que la influencia de la actividad humana se da no solamente en las temperaturas anuales (que siguen aumentando) sino también a lo largo de todo el ciclo de las estaciones. Los investigadores del Laboratorio nacional Lawrence Livermore de California usaron modelos computacionales para simular el clima planetario a lo largo de miles de años, con y sin la presencia de gases de efecto invernadero.
DEBATE. Algunas tendencias que los expertos observaron en el clima estacional no pueden ser explicadas sin incluir el calentamiento provocado por el aumento en las concentraciones de los gases de efecto invernadero. La modificación más significativa se produce en el hemisferio norte, donde la diferencia entre las temperaturas de verano e invierno se incrementaron en promedio 0,4 grados centígrados, como consecuencia de que las temperaturas de verano suben más rápido. Esto efecto fue más notorio a nivel del suelo, y la hipótesis para explicarlo es que esto suceda a consecuencia del resecamiento creciente que se da sobre la superficie de las tierras.
Aunque ésta no es una investigación determinante que le ponga un sello final a la discusión sobre si es la actividad de los seres humanos la que provoca el cambio climático, lo que sí da es más respuestas para enfrentar a los negacionistas. Ese grupo ínfimo de científicos y empresarios (y hasta del propio Donal Trump, presidente de los Estados Unidos) argumentan que la quema de combustibles fósiles y las industrias nada tienen que ver con los cambios que se observan en el clima terrestre en el último siglo. Ellos los adjudican a fenómenos naturales y a los ciclos naturales del planeta. Básicamente, defienden intereses propios, dado que la mayoría de quienes sostienen estas posiciones están vinculados con la industria de los hidrocarburos.