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Seducidas por ANARQUISTA­S

Aún a su pesar, las herederas de la grieta se parecen. A la coincidenc­ia de estrenar películas con protagonis­tas anti-sistema se le suma el asombroso paralelo de sus vidas.

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Apenas

se enteraron que iban a compartir la tapa de NOTICIAS, en el entorno de Agustina Macri y Florencia Kirchner pusieron el grito en el cielo: “No tienen punto de comparació­n”, se quejaron amigos y allegados de las dos mujeres. Sin embargo, a la hora de describirl­as, parecía que todos leían el mismo libreto: “Su pasión es el cine”, “detesta la exposición”, “hace una vida más allá de su apellido” fueron algunas de las frases que repetían para definir a una o la otra. Sucede que, más allá de la coincidenc­ia de su vocación, las hijas de Mauricio Macri y Cristina Fernández comparten un perfil, un estilo de vida y un modo de pensar el mundo. Progresist­as, amantes del arte y, por estos días, dedicadas de lleno a los estrenos de sus películas: “Soledad” (donde Agustina debutó como directora) y “El camino de Santiago” (en la que Florencia participó del guión), dos tragedias marcadas por la muerte, la lucha política y el anarquismo.

No es descabella­do que Agustina Macri y Florencia Kirchner se parezcan tanto. Las herederas de los líderes de la grieta argentina nacieron y se criaron con las lógicas de las familias poderosas y tuvieron que crecer con los beneficios y p perjuicios de su apellido. Aunque ninguna se siente la oveja negra de su clan, insisten en que el costo de s ser “la hija de” es demasiad do alto: se sienten perseguida­s por la prensa y saben que cualquier declaració­n p pública que hagan tendrá u una repercusió­n directa en la carrera de sus padres. A las dos les interesa la política y, al mismo tiempo, pasar desapercib­idas. El cine y la posibilida­d de estar detrás de las cámaras fue, para ellas, la mejor manera de contar historias y marcar posición sin tener que entrar en

la rosca partidaria o correr el riesgo sgo de exponerse.

Agustina y Florencia viajan por or el mundo, se forman en las mejores ores academias y tienen la posibilida­d dad de selecciona­r los proyectos en n los que quieren trabajar. En los últimos imos meses, cuentan sus allegados, ambas estuvieron obsesionad­as con n los personajes de sus películas: María Soledad Rosas y Santiago Maldona- donado (ver recuadros). El azar hizo o que las fechas de estreno coincidier­an: eran: “El camino de Santiago” se proyec- royectará por primera vez para el público úblico general el 7 de agosto y “Soledad” ad” se estrenará el 20 de septiembre. e.

Las hijas de los políticos más influyente­s de la Argentina reniegan niegan de la casualidad y de la compara- mparación pero son consciente­s de que no lo pueden evitar. “Ni bien supe upe que Florencia Kirchner también sacaba una película, me imaginé que ue iban a hacer esta nota. Pero Florencia encia no tiene la carrera y la trayectori­a oria que tiene Agustina”, insiste una a fuente cercana a la hija del Presidente. ente. “Es una casualidad que las dos películas cuenten la historia de personajes najes parecidos. Pero Florencia es otra cosa, ella está comprometi­da de verdad erdad con lo que pasó con Santiago”, insiste un viejo colaborado­r de los Kirchner. rchner. El esfuerzo, de ambos lados, , para hacerlas ver como polos opuestos uestos es descomunal. CINE Y VOCACIÓN. Agustina tina y Florencia llegaron a estas películas lículas por una búsqueda personal. l. Ninguna fue convocada a participar ar de estos proyectos por otra persona na sino que fue una elección propia por la fascinació­n que les despertaro­n ron sus protagonis­tas y por el interés s que tienen ambas de darle forma al perfil de sus carreras como cineastas. s. La hija mayor de Mauricio uricio Macri, con apenas 35 años, ya tiene una carrera larga. Cuan- ando terminó el secundario o en el colegio Northlands deci- ecidió estudiar Sociología a en la Universida­d de Buenos enos Aires (UBA). Durante toda la cursada, como el resto to de su vida, trató de pasar desapercib­ida aunque, cuen- uentan en su entorno, se hacía difícil cuando los compañe- pañeros conocían su apellido. ellido. Ni bien se recibió se mudó a España y ahí fue que se entusiasmó con el cine. ine. La influencia de las clases de teatro con Julio Chávez y su pasión por la fotografía fueron determinan­tes es para cambiar el rumbo de su profesión fesión y decidió inscribirs­e en la carrera rera de “Creación de documental­es” en la prestigios­a Escuela de Medios Audiovisua­les Audiovi isuales de Barcelona (EMAV).

“Siempre trabajó. Ahora, , que es la hija del Presidente, mucho muchos os pueden pensar que llegó a hacer una un na película de la nada pero eso es porque porq que no conocen su trayectori­a. Está realmente r muy formada”, insiste una colaborado­ra. En efecto, sus antecedent­es antece edentes en el mundo audiovisua­l tienen tien nen larga data. En sus primeros años s se dedicó a proyectos pequeños como com mo la realizació­n de videos para marcas marca as de ropa y fue creciendo de a poco. Entre E sus trabajos menos conocidos s se cuenta, por ejemplo, la dirección direcci ión de los videoclips de las cancione canciones s ““Bailar” Bailar” y “Rompe paga” de Leo Ga García. arcía.

En 2008, cuando regresó de Barcelona, su padre ya era Jefe d de Gobier Gobier- - no y, a pesar de su histórica a resistenci­a a involucrar­se en las actividade­s ac ctividades de su familia, decidió colaborar colab borar con Mauricio Macri en la realiz realizació­n zación de un documental sobre el deterioro dete erioro del Teatro Colón. Su aporte fue fu clave para que el líder del Pro pudiera p lanzar un plan maestro de e obras para refacciona­r el espacio. espaci io. Esa remodelaci­ón fue uno de los s hitos en la gestión porteña.

Su nombre fue creciendo poco a poco en el mundo del cine. Entre otros trabajos, en 2016 logró dar un gran salto internacio­nal al ser asistente de producción en una película de Oliver Stone. Por esos años dirigió el documental “Carnacalip­sis”, que trata sobre la pasión de los argentinos por la carne y más adelante trabajó con su hermano Francisco, también cineasta, en la realizació­n de un documental sobre el espectácul­o “Séptimo día”, del Cirque Du Soleil.

A medida que avanzaba en su profesión, Agustina buscaba el texto adecuado para lanzarse con su primer largometra­je de ficción. Según sus amigos, la hija del Presidente es una lectora voraz y así llegó a la novela de Martín Caparrós “Amor y anarquía”. “Lo leyó y se enamoró de Soledad, de su historia. No por ser anarquista, necesariam­ente, sino por su vida”, cuenta alguien que la conoce desde hace años.

La carrera de Florencia es un tanto más corta que la de Agustina pero tiene varios puntos en común. La hija de Cristina y Néstor Kirchner tuvo clara su vocación por el cine ni bien terminó el secundario en el colegio La Salle. “Era difícil que estudiara en Argentina. Cuando terminó la escuela, sus padres estaban en la Presidenci­a. No hubiera podido hacer la vida

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FOTOS: CEDOC.
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FOTOS: CEDOC.
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MIRADA CRÍTICA. Ni Agustina ni Florencia están interesada­s en involucrar­se con la política partidaria pero sí consideran que el cine es una forma de sentar posición.

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